Para muchos de los que no se explican cómo las vacaciones pasaron tan rápidamente y añoran organizar una escapada hacia un destino que los aleje de la rutina, las playas de Las Grutas permite gozar de un abanico de paisajes y actividades en una intensa jornada que incluye desde trekking hasta snorkeling.
Es que con la excusa de visitar el mítico Fuerte Argentino (la meseta rocosa que proyecta sus 150 metros de altura sobre el nivel del mar a 42 kilómetros al sur de la villa) la sucesión de playas que se despliegan a una escasa distancia de los sitios que masivamente ocupa el turismo en temporada develarán sus secretos para los excursionistas que no sólo podrán descubrir las leyendas que se tejen en torno al lugar sino que tomarán contacto con los verdaderos habitantes de esta particular geografía costera.
El viaje propuesto comienza poco después de las 8 y se realiza en grupos reducidos a bordo de un imponente vehículo 4x4. Mientras el móvil rueda por el camino de los pulperos, el guía irá develando la historia de esta tradicional actividad, que todavía depara las delicias de los que llegan en busca de los sabores de la zona y que tiempo atrás era uno de los puntales de la economía de muchísimas familias que al apretar el calor recorrían la costa al ritmo de las mareas haciendo zigzaguear junto a las rocas los ganchos que regresaban rebosantes de tentáculos.
Después, al llegar al puesto ubicado en la inmensa extensión de campo en la que se emplaza el Fuerte, será el propio "Gringo", un pulpero de estirpe, el que compartirá con los recién llegados los pormenores de ese oficio tan particular, mientras todos se deleitan con los frutos de su labor.
Aunque primero, claro, habrá que llegar al Fuerte y abandonar la mera observación del paisaje para ponerle el cuerpo al ascenso a la cumbre de esa meseta, que cada uno hará a su ritmo mirando un mar cada vez más lejano que los custodiará.
Luego, el mismo mar que fue testigo de la aventura es el que deberá develar sus misterios, porque después de la incursión en las alturas llegará la hora del snorkeling y la laguna ubicada al pie de la meseta será el escenario de las inmersiones de los excursionistas que, con la curiosidad propia de los niños, guiados por los expertos se aventurarán a descubrir la riqueza de la vida submarina.
Al regresar al puesto, el almuerzo al aire libre con entrada de pulpos y asado como plato fuerte se amenizará con las leyendas que rodean a la meseta, que fue mencionada en una carta geográfica realizada en 1865 como uno de los tres sitios en el que los templarios que partieron de Francia construyeron tres ciudades ubicadas al sur del continente en las que permanecieron ocultos de los españoles para preservar el santo grial.
Una historia no menos rica que la que ofrecerán Magdalena y Eliodosa, de 80 y 78 años, que antes de que el grupo parta invitarán a los presentes a pasar a su rancho, ubicado cerca del puesto, dónde mate mediante recordarán cómo era la vida en el lugar que las vio nacer, destilando esa sabiduría que aportan los que saben vincularse a los otros desde la sencillez de su entrega.
La aventura proseguirá en "El cañadón de las ostras" y culminará observando la puesta del sol en ´Piedras Coloradas´. Antes de la despedida, un brindis y un pequeño lunch serán el cierre perfecto para una jornada intensa y plagada de imágenes para atesorar.
Siempre se vuelve a Las Grutas.
Para placer de todos.