Desde el vamos, como cuarteto vocal femenino Rondaluna -Monique Passalacqua, Marina Pacheco, Norma Chaves y Cecilia Nacinovich- eligió caminar amadas canciones de enormes autores, para decir y hacer.

"Cuarto creciente", su primer disco, es una muestra de ello, con poesías de Simón Díaz, Aníbal Sampayo, el "Cuchi" Gustavo Leguizamón, Ariel Petrocelli, Acho Manzi, María Elena Walsh, Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Jorge Fandermole...

Lo presentaron en sociedad en el Aula Magna de la Universidad Nacional de Comahue y siguieron desparramando acordes y armonías con "Doña Ubenza", del Chacho Echenique; "Presente ahora y siempre", escrita por Aníbal Guajardo tras el asesinato del maestro Carlos Fuentealba; "El seclanteño", de Ariel Petrocelli, o "Vidala de la copla/Chayita del vidalero", del Chango Rodríguez y Ramón Navarro.

Al disco Rondaluna sumó a Pablo Arroyo, Jorge Eney, Luis Cides, Pablo Córdoba, Nora Revesz, Fernanda Ortega, Charly Aros, Claudio Olivieri, Rudy Muñoz, Jorge Rosales, Desides Flores, Ayelén Fernández, Carlos Muñoz y Jorge Pescia. Doce canciones para el encuentro con cuatro voces solidarias que emocionan, juegan, experimentan, sienten, disfrutan de estar juntas.

"Río Negro" las reunió en casa de Cecilia, en el centro de Neuquén; tardecita ventosa, mate infaltable. Vienen de ganar el pase al Pre Cosquín ya en el escenario mayor de la plaza-estadio Próspero Molina. "Los requisitos piden seis temas acotados a folclore argentino que vamos a presentar allá y son una elección de nuestra estética musical, es lo que estamos haciendo. Si bien cantamos lo que queremos, hay una expectativa de que les guste el material, lo mejor que tenemos para dar", dice Marina Pacheco.

-¿Cómo se arman? A la manera coral, dividen las voces en cuatro registros, los usan según cada obra...

Marina: -Es un ensamble de voces y cada tema lo arreglamos de manera diferente, no es que una tiene la voz principal o hace siempre de soprano o de contralto. En general, vemos cómo la canción le va a cada una y la armamos junto con Pablo Arroyo, nuestro arreglador. Él nos tira ideas, se las discutimos, las peleamos y si nos gustan quedan. Yo soy mezzosoprano y voy a veces de soprano segunda.

Monique Passalacqua: -Hay arreglos armónicos que son muy interesantes cuando se abren las cuatro voces, por ejemplo. No todo el tiempo son a cuatro, por momentos cantamos a dos y en un estribillo se despliega el abanico a todas, que a mí me encanta, y suena un cañón (risas a cinco). En cuanto a lo instrumental, es básico lo que tenemos, algo de percusión, guitarra y, últimamente, nos acompañan en esta última, bajo y demás, muchas amigas y amigos músicos. En Casino Magic (en abril del año pasado) hubo flauta traversa y otros instrumentos muy interesantes que engordan lo que hacemos.

-¿Qué tipo de emociones genera ser parte de un grupo, qué conocimientos, qué crecimientos?

Las miradas buscan quien responda. Cecilia Nacinovich ceba y pasa. Norma Chaves toma la palabra: "¿Tenés ocho horas, más o menos, de entrevista? (Risas totales) Es maravilloso estar cantando, primero cuatro mujeres que además de hacer música y disfrutarla juntas tenemos un gran afecto entre nosotras. Que entre cuatro señoras muy fuertes en carácter haya cariño, nos guste la música y podamos compartirla, sentirla y hacerla juntas, es un regalo de la vida", explica.

Cecilia: -Yo había cantado en grupos femeninos, sí. Cantar en grupo tiene una connotación completamente diferente. Siento que al perder protagonismo cada día soy más yo misma. Cada una tiene una función que es parte del proceso de reconocimiento propio, de qué rol cumple dentro del ensamble. Si no se reconoce tal papel, no se da la dinámica grupal que debe darse. Es muy rico que así suceda. Te digo ahora, porque mis compañeras pecan de humildad: Marina y Monique son las fuertes solistas del cuarteto, yo hago más los bajos junto con Norma. Canté sola siempre, pero en Rondaluna mi rol no es de protagonismo. Bueno, también es una tarea reconocer cuán rica es cada una. Para mí fue conocer el folclore latinoamericano, algo nuevo, porque vengo más del jazz; descubrir instrumentos autóctonos de los que no tenía idea. Mejor ni te digo, porque me va a dar vergüenza. Empecé a escuchar otras cosas. Norma decía que las cuatro tenemos carácter fuerte y a veces discutimos al cohete, pero siento que tengo ganas de hacerlo con ellas. Hay una energía muy potente cuando cuatro mujeres cantan. Para mí, no hay con qué darle.

-Para quien no las conoce o no las ha escuchado, ¿cómo suenan las cuatro juntas?

Monique: -Como cuatro calandrias... (risas totales)

Norma: -¡Como cuatro gallinas! (más risas)

-Según los momentos.

Marina: - Hemos ido evolucionando, haciendo un camino. En un principio nos esforzábamos por tocar todos los instrumentos, por armar nosotras las voces. Y a lo largo del camino cada una fue encontrando su lugar y fuimos definiendo la identidad como grupo. Lo que más nos interesaba era el canto, transmitir a través de él; lo instrumental pasó a ser secundario y lo fuimos delegando. Convocamos a otros músicos y músicas para nos acompañen. Fue un proceso interesante ir escuchándonos, viendo cómo iban las voces en cada tema. Así que del principio en que queríamos hacer todo todas hemos seguido caminos más definidos.

Ceci: -Al principio nos costaba aceptar que alguien nos acompañara; es decir, teníamos que poder solas, una cosa así medio reivindicatoria, ¿no? Pero, a medida que una se va asegurando, no importa que otros u otras participen del proyecto. Ahora nos damos el gusto de cantar con músicos bellísimos también como personas.

INSPIRACIÓN PROFUNDA

"Yo fui la última en entrar y me encantó la espontaneidad que tenían -sigue Cecilia-. En el primer ensayo me sorprendió que sólo se miraran y entraran todas juntas en la canción".

Norma: -Esto le llamó la atención a Ceci pero, en realidad, se relaciona con algo muy poderoso que nos une, con el afecto, con la onda que subyace y no se puede explicar ni ver desde otro lugar que no sea en lo interno.

Monique: -Los armazones sociales, en este caso un grupo artístico, pensando en cuestiones ideológicas también, hay que llevarlos a cabo en una dinámica de permanente construcción horizontal de las relaciones. Hay muchos grupos pero no todos duran, y la importancia está en el afecto y en la forma de tejer los vínculos. En nuestro caso, de modo horizontal. Ésa es la idea que tenemos las cuatro. Estamos hartas del verticalismo, al que nos oponíamos. Ninguna lidera Rondaluna, cada una tiene un rol distinto. Cecilia, hace un rato, decía que somos un ensamble, y para que funcione bien tiene que haber un reparto -como en la vida misma- de funciones, de roles, de voces".

Cecilia: -En la final provincial del Pre Cosquín en Plaza Huincul sentí que podíamos estar en una instancia de certamen, con toda la presión que eso significa, y disfrutar. Hubo disfrute y ganamos; se siente la realización artística, que estamos bien. Es el resultado de todo lo que nos comunica, nos une. Rondaluna representa una cuestión fuerte de género, sin querer ser feministas para nada aunque lo somos. Las mujeres se copan al vernos madres, abuelas, novias, también cantando y haciendo el esfuerzo de movernos para ensayar y participar en presentaciones donde van nuestros hijos, por ejemplo. Cuando todo eso se halla en equilibrio -la relación humana, el ensamble y lo artístico- ¡ya está!

Monique: -En el escenario hay una recorrida de energías, se siente algo especial que ocurre con la adrenalina, con la mirada del otro, relacionado con hacer con lo que a una le gusta, fundamentalmente. Eso le imprime una intención, una potencia especial, diferente de cuando se está sola cantando.

POR AMOR AL ARTE

"No entendemos todavía para qué se organiza un Pre Cosquín provincial, si después no se bancan lo que viene con eso -expone Cecilia-. Vamos representando a la provincia pero no hay apoyo económico para que vayamos. Viajamos por esfuerzo propio, pagamos el alojamiento, la comida, todos los gastos que implica ir a Cosquín. Nos dieron algunos pasajes y 200 pesos en efectivo. Esto no es parte de la organización. Nosotras fuimos oficina por oficina, con distintos funcionarios y lo conseguimos, rogando. En realidad no estaba previsto el pago de los gastos. Y no nos afecta a nosotras solamente sino a toda la delegación. Hay más de sesenta personas en estas condiciones, representando a una sede del Pre Cosquín sin un apoyo económico para ayudar, para sostener lo que hacemos para representar a Neuquén. La provincia no pone un peso. Estamos moviéndonos para lograr algo, con ayuda de la gente que nos compra el disco, para sumar los pocos pesitos que hemos reunido".

"Un diputado nos dio pasajes a último momento... es triste que no se le dé a la cultura el lugar que tiene. Se organizan eventos que después no se sostienen en lo concreto. Por amor al arte hay que ir a Cosquín!", cierra Cecilia.