"No era un diamante en bruto, era un diamante. Brutos eran los demás".

El que lo dice es Andrés Calamaro. Y lo dice en "Buen día, día", el documental sobre Miguel Abuelo, el fallecido líder del grupo de rock argentino Los Abuelos de la Nada desde el cual un joven Calamaro saltó a la fama a principios de los 80 con temas como "Mil horas" y "Sin gamulán".

Sin embargo, a pesar de haber sido uno de los pioneros del rock argentino, el lugar de Miguel Abuelo en el panteón de las estrellas caídas de los 80 no suele revisitarse tanto como el de Luca Prodan, líder de Sumo.

Es por eso que Sergio "Cucho" Constantino, quien lo conoció personalmente, se decidió a llevar su historia al cine junto a Eduardo Pinto, quien al igual que él tiene una larga experiencia en la dirección de videoclips.

Tras un exitoso paso por la edición 2010 del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici) y su proyección, desde principios de enero, en el prestigioso Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), "Buen día, día", que toma prestado su título de una de las canciones más famosas que surgieron de la talentosa pluma de Miguel Abuelo, se estrenó comercialmente ayer en Buenos Aires.

"Era música que no sólo te hacía mover el cuerpo sino también pensar", dijo Constantino, quien conoció al histriónico líder de Los Abuelos de la Nada de adolescente gracias a su amistad con el sobrino del músico, Chocolate Fogo, quien posteriormente integró la última formación del grupo como bajista.

"Conocí a Miguel Abuelo en 1982, en pleno éxito de Los Abuelos de la Nada, y quedé muy impactado por su personalidad. Era otra cosa. No hacía un personaje sobre el escenario, era así de la mañana a la noche. Era un tipo que no paraba, su mente no descansaba nunca. Sabía captar las capacidades de los demás en pos del arte y era, sobre todo, un gran poeta", contó Constantino.

Y agregó que la muerte del músico en 1988 a causa de una infección generalizada agravada por el virus del HIV fue "un cimbronazo". Desde entonces, confiesa, llevar su vida al cine se convirtió en una obsesión.

Pensado como un collage de imágenes, frases, entrevistas y canciones de Miguel Abuelo -algunas de ellas inéditas-, "Buen día, día" hace especial hincapié en la poesía de sus letras, como la del famoso "Himno de mi corazón" compuesto por el músico, en el que cantaba: "Nada me abruma ni me impide/ en este día que te quiera amor/ naturalmente mi presente/ busca florecer de a dos./ Nada hay que nada prohíba/ ya te veo andar en libertad/ que no se rasgue como seda/ el clima de tu corazón".

DE padre y de hijo

Filósofo andariego, poeta trovador, compadrito, genio: los calificativos se suceden en boca de los que prestaron su testimonio para el documental, entre los cuales se encuentran Cachorro López, Daniel Melingo, Gustavo Bazterrica y Andrés Calamaro -integrantes, junto al fallecido Polo Corbella, de Los Abuelos de la Nada- pero también otros músicos como Luis Alberto Spinetta y Horacio Fontova, quien fuera su esposa, la bailarina Krisha Bogdan, y su hijo, Gato Azul.

Su nacimiento como Miguel Ángel Peralta, la crianza en un orfanato, la expulsión de los colegios, sus rondas nocturnas por bares de intelectuales y lúmpenes, sus inicios en el mítico bar "La cueva", la primera y casi desconocida etapa de Los Abuelos de la Nada junto a Pappo, su autoexilio de casi diez años en Europa, su casi inmediato éxito con la formación de Los Abuelos de la Nada integrada por Calamaro a su regreso al país en 1981 y su disolución en 1985: ninguno de los momentos de la vida de Abuelo queda afuera de la película, uno de cuyos mayores hallazgos reside en entrelazar esta historia con la de su propio hijo, Gato Azul, a quien se ve recorrer en moto Buenos Aires en busca de respuestas acerca de su padre.

"Me quedó mucho por aprender de él y a él le faltó una buena paliza mía antes de que falleciera", asegura Gato Azul, hoy de 38 años, en un tramo del documental. "Como padre fue un desastre, un genio, todo a la vez. Un quilombo pero buenísimo".

"El tipo -dice Constantino- fue un buscador. El olvido lo hizo buscar, lo abandonaron, y un poco a Gato le pasó lo mismo. Su padre lo dejó cuando era un adolescente y la película lo ayudó a reconciliarse con la figura de Miguel, que es un roquero con todo un ´back´ de locura encima y nada de dinero".

"´Buen día, día´ es un documental-homenaje a Miguel Abuelo para reconocerlo y recordarlo. Creo que es importante que la gente a la que le gusta la música sepa de dónde salieron las bases de nuestro rock", agregó el director.