"El ilusionista" es una brillante película francesa de animación dirigida por Sylvain Chomet, el mismo autor de "Las trillizas de Belleville", que en este caso se basó en un guión autobiográfico del gran cineasta y comediante francés Jacques Tati, a quien la película rinde homenaje incluyendo una escena de su clásico "Mi tío".

La película está dedicada a Sofie Tatischeff, hija del maestro cómico francés, y trata justamente de Tatischeff, un mago que se parece mucho a Tati, que se mueve y se viste como él y que debe convertirse en un ilusionista itinerante para sobrevivir, recorriendo Francia e Inglaterra en la incasable lucha por conseguir un trabajo donde valoren su arte.

Más allá de la belleza y delicadeza visual que Chomet pone en práctica para animar esta historia, "El ilusionista" es un relato inteligente, tierno y divertido sobre una especie de Quijote de la magia, un artista brillante que parece de otro tiempo en un mundo cada vez más dedicado al consumo y las apariencias.

"L´Ilusioniste", título original del guión escrito por el autor de "Playtime", cuenta la historia de un viejo mago solitario -únicamente acompañado por el conejo que sale a desgano de su galera- que en el ocaso de su carrera artística encuentra en una jovencita que admira su experiencia un motivo para volver a creer.

Los cambios de gusto del público del music-hall durante la década del 50, con la masiva irrupción de las estrellas de rock, empujan a Tatischeff a actuar en lugares marginales y en uno de esos viajes conoce a una joven ingenua que lo acompaña en sus presentaciones con la esperanza de que el mago pueda conseguir con su arte todo lo que ella desea.

La película es una carta de amor entre un padre y su hijo: ese padre es Jacques Tati, genio francés de la comedia reconocido por el mundo entero, quien escribió la historia original hace más de 50 años pero no pudo verla plasmada en la pantalla.

Su guión, que lleva el nombre de Film Tati Nº 4, durmió largamente en los archivos, donde esperó durante años por un artista que le diera vida. La hija de Tati, Sophie Tatischeff, se resistió a abandonar el guión y comenzó a buscar un director que fuera capaz de revivir la incomparable magia de su padre. Finalmente encontró a Sylvain Chomet, el realizador del filme animado nominado al Oscar "Las trillizas de Belleville", que se volcó con toda su pasión en el proyecto de animación que le demandó cuatro años de realización y al que pudo dotar de toda la mágica impronta de Tati.

Tati, cuyo verdadero apellido era Tatischeff, nació en 1907 en Le Pecq, en las cercanías de París, y se dedicó al deporte durante muchos años hasta que a comienzos de la década del 30 empezó a trabajar como mimo para después convertirse en actor de comedia, siguiendo los pasos de su admirado Buster Keaton. Después de participar en la Segunda Guerra, Tati creó su propia productora y debutó -en 1949- como realizador con "Días de fiesta", que tuvo un gran éxito de público, mientras que en 1953 dirigió "Las vacaciones de Mr. Hulot".

Con un estilo muy particular donde une la comedia con la mímica y la crítica social, haciendo hincapié en la mecanización del hombre, en 1958 filmó "Mi tío", su obra más premiada, donde volvió a aparecer el personaje de Hulot, que se mantiene vigente en sus obras posteriores como "Playtime", de 1967. (Télam)