Esto no es un recital. No es un ensayo. Antes que cualquier otra cosa, es un regalo inmerecido.

Minutos atrás Luis Andrade y Andrés Fuhr reflexionaban acerca del disco que han imaginado y perpetrado juntos después de varios e intensos meses y de pronto, con la levedad con que suelen ocurrir estas cosas -el arte-, arrancaron con uno de los temas del nuevo trabajo de Luis: "Zamba de los barcos".

"Es una zamba pero una zamba insinuada, matizada. Si la escuchás con atención podría ser una típica canción de Tom Waits", explica Luis en medio de la interpretación mientras el contrapunto de guitarras aún permanece en el aire, entona una letra mentirosa a "lo Waits" que da a parir un blues borracho y madrugador.

Con ustedes, una zamba intervenida. Una zamba tuneada. Una zamba distinta, made in Luis Andrade.

Nada mejor para introducir a "Lulú", la flamante producción de este compositor patagónico que será presentada hoy a las 22 en Casa de la Cultura de Roca.

Existe un evidente salto compositivo entre el entrañable primer disco de Luis, "Palmieri Beach", y el segundo.

Es el rostro de su evolución como artista. El siguiente capítulo. El acto mágico que le permite al artista hacer surgir un nuevo paradigma dentro de su propia iconografía.

Y hablando de actos mágicos. "Lulú" es el apodo de su primera hija, Luisina, y la persona, la personita que tiene en sí misma la posibilidad del conjuro.

"Me imagino a esa pequeña creando una pócima. Este disco es la síntesis de las brujerías, de los hechizos que provoca mi hija en mí", explica Luis.

A lo largo de la travesía que implica escuchar el disco, uno no encuentra un hechizo maestro. Un único conjuro.

Como en "Palmieri Beach", aunque de un modo distinto, Luis expande sus fronteras, se atreve a buscar donde nadie lo llama, donde nadie lo espera.

"Este año volví a la guitarra, fue mi reencuentro con el instrumento; dejé un poco de lado el contrabajo. Me dediqué a dar clases y comencé a darle forma a un nuevo sonido. Creo que ese sonido fue un disparador para el sonido de Luis", me cuenta Andrés mientras Luis se sirve un vasito de vino en el transcurso de una noche húmeda y extraña.

Diremos entonces que en "Lulú" hay muchos caminos que conducen a otras tantas Roma.

El disco cierra con una zamba con alma de blues y abre con una "rock song" con alma de zamba sureña. En el medio un bossa y una canción donde convergen el ritual oriental y la química argento patagónica.

Porque, esto hay que jurarlo y plantearlo, aquí y ahora, la música de Luis Andrade respira el oxígeno del sur.

Desde la lejanía se acerca. A partir de lo recóndito se vuelve amiga. Se deja querer. Se hace imprescindible como un buen consejo.

-Dices en "Espantar lo oscuro": "Para cambiar de nuevo sin olvidarme por qué será, para parar el miedo poner el cuerpo y fuera de acá".

-Luis: Hablo de cambiar, de madurar y de ese "algo" que viene de afuera y que te transforma. El disco vino en un año muy especial. En principio fue una propuesta de una productora, "El Escalón", que me ofreció el tiempo y los recursos para hacer el disco que yo quería hacer. Pero las canciones en sí fueron tomando forma en un entorno muy íntimo y sin saber que iban a convertirse en disco. Ha sido una época de nacimientos, de trabajo, de cambio? todo eso está en las canciones.

-Andrés: Queríamos registrar una etapa muy concreta y hacerlo con honestidad. El problema nunca fue componer canciones complejas, para hacer posible lo complejo está Luis, el problema era componer simple. Buscar lo simple y ver qué pasa.

-Luis: Dejamos que la música se insinuara y tomara su rumbo. El resultado es un disco donde encontrás la zamba, el rock, el pop, el folk, el bossa, pero todo está insinuado y luego se proyecta.

-Andrés: Las composiciones son más paisajísticas.

-Luis: Son mántricas.

-Después de escuchar "Frenesí", el tema 7 del disco, pensé: "¡Uy! ¡Estos tipos cómo se van a delirar en vivo con esta canción!".

-Andrés: Tal cual. Para "Frenesí" incluso preparamos nuevos arreglos y participan otros músicos. Para el vivo, en realidad, armamos otra cosa. Éste no será el típico caso del disco que cuando se presenta suena exactamente igual al estudio. No queríamos eso.

-Luis, el disco es una obra que se abre. Se me ocurre la imagen de una ventana, de un abanico. Una materia expuesta. Pero esto sin abandonar tu veta folclórica, aunque "Lulú" se siente como un disco más canción que el anterior.

-Luis: Sí, es probable. En "Lulú" hay una gran apertura y la voz tiene otro protagonismo.

-Andrés: Al ir componiendo vimos que había un sonido nuevo y que teníamos que hacernos cargo de eso. De atrevernos a continuar.

-Luis: "Lulú" es desde ya un disco que invo-ca a la brujería, a la fanta-sía, al imaginario infantil tan rico.

-Muy adecuado pensando en esta geografía propensa al simbolismo y la invención.

-Luis: Una de las letras dice: "Se te hincha el sur". Cuando componíamos con Andrés dijimos: esto es nuestro también. Ésta es nuestra forma de sentir la Patagonia. Es el producto de nuestra experiencia de vida, ¿por qué no vamos a mostrarlo?

Del jazz, al folk, al rock, al folclore

Luis Andrade no es un músico fácil de clasificar. Tampoco es el caso de Andrés. Sin embargo, este último está ligado inexorablemente, y por un grueso cable de acero, al jazz.

La suma de ambas partes es tanto una oportunidad como una provocación. Oportunidad porque lo que de allí emerja siempre marcará la diferencia. De un lado la poesía y el paisaje, del otro el estilo y un exquisito laberinto sonoro. Y provocación, puesto que ambos se reivindican como gente del sur. Hijos de sus barrios. Parientes cercanos de los cuatro elementos, artistas capaces de abarcar todos los géneros que les resulten útiles a sus composiciones.

-Andrés: No comenzamos ayer sino hace muchos años. Nos conocimos a los 16 años y desde entonces hacíamos esto. Tocar y componer juntos.

-También es un dato significativo que ambos han hecho de la música su camino. El elemento más importante de sus biografías. Y el camino ha estado marcado por el placer y el dolor.

-Andrés: Pero ha habido más placer que dolor. Ha sido gozoso ser músico.

-Luis: Sí, y esto se refleja en cómo hicimos el disco. El 80 por ciento de las canciones las hicimos acá (por "acá" Luis se refiere a la sala de ensayo que tiene armada en su casa Andrés Fuhr). En las primeras grabaciones, Andrés hizo las guitarras, todos los instrumentos y yo todas las voces.

-Andrés: Cuando llamamos a los músicos ya estaba casi todo armado y los llamamos para ir directamente a grabar al estudio.

-En el tema más "Clapton" del disco que ustedes habían bautizado para uso doméstico como "Dylan", vuelves a mencionar el cambio en la letra. "Hay visitas del ayer, vas cambiando la piel".

-Luis: Sí, el hecho de mudar de piel atraviesa el disco.

-Al escuchar esta canción en especial pensé en que estabas cambiando el paradigma de tu propia música.

-El disco tiene un sonido más roquero que el anterior. Pero sobre todo es el resultado de dejar entrar y dejar salir distintas influencias. De dejarse llevar y de permitir un sonido más simple. La vida se refleja en la música. Como te decía, es un disco con canciones mántricas. Como una caricia que se repite.

Ficha técnica

"Lulú"
Luis Andrade: guitarra y voz
Andrés Fuhr: guitarra y contrabajo
Ernesto Amstein: piano y teclados
Mauricio Costanzo: batería
Walter Lusarreta: saxo
Ernesto Pugni: percusión
Jesús Fernández: sintetizadores