Tras consagrarse en Cosquín 1994, Los Nocheros -hoy Rubén Ehizaguirre, Mario, Kike y Álvaro Teruel- editaron "Con el alma", su primer álbum. Desde entonces han llegado premios, reconocimientos, cientos de conciertos.

Ahora, antes de llegar a Neuquén, donde se presentarán esta noche a las 22 en el Ruca Che con "La Otra Luna", "Río Negro" los entrevistó en Buenos Aires. Ocho de la noche, comienza la prueba de sonido, corrección de volúmenes en los micrófonos y retornos por auriculares, nerviosismo atenuado. Mario baja a la platea para escuchar a distancia. Pasan un par de temas, mientras tanto. Ocho y treinta pasaditas, atenúan las luces, el cuarteto deja el escenario. Saludos generales. La Moro, mamá, consulta a Álvaro por el estado de su adrenalina. Es el que luce más tenso. Ya en los camarines comienzan los diálogos. Kike explica cómo suena el cuarteto desde su posición en el centro de la formación.

VIVIR CON LA SOLEDAD

Kike Teruel (Salta, 9/5/65), casado con Carina Villalba. Cuatro hijos: Julieta, Rodrigo, Naomi y Felipe. Voz, guitarra y charango.

"El sonido lo tengo en la cabeza. El canto Nochero lo tengo incorporado desde muy chico. Así que, estando en el medio del escenario, Rubén y el Alva me cantan en estéreo, pero la resultante sonora la llevo muy adentro, muy metida? Yo creo que uno de los secretos, no, mejor, estilo nuestro, es que cuando hay un acorde lo hacemos con mucha sensación, porque tenemos que cantar y contar con él lo que queremos expresar. Y eso a la gente le llega mucho, porque encima que suena bien cuando vamos los cuatro juntos, lo que estamos diciendo también está bueno. Es una sensación placentera que se lleva la gente con nuestras canciones y por eso nos sigue viniendo a ver". Arriba la sala se va llenando.

-Hay dos ámbitos de lo sensible, los solos y la armonía. ¿Quién es el cerebro musical?

-El Mario, sí.

-¿Y el organizativo?

-¿Dónde cantamos? Yo, siempre con el aval de los cuatro. ¿Qué cantamos? Mario. ¿Cómo cantamos? Sabiendo que tenemos al Negro y el Alva, dos tenores semejantes, todo se hace más fácil. Pero Marito tiene el secreto armónico.

-¿Y la relación con los músicos? Hay que contener a muchachos que están solos, lejos de la familia, de gira?

-Todo el tiempo... Nosotros sabemos convivir con la soledad. Porque es así. Muchas veces estamos solos pero nos conocemos mucho. A veces la soledad nos depara depresión, a veces cansancio. Ya nos conocemos tanto que uno mira al otro y ya sabe si tiene que hablar de más o de menos.

- También, como en la música, hay que manejar los silencios.

-Mira? eso es fundamental en la relación de Los Nocheros. Sabemos muy bien cuándo hay que estar callado para respetar al otro.

EL DÍA QUE ME CUESTE

Rubén Sergio Ehizaguirre (Salta, 14/8/64), divorciado. Una hija: Constanza María. Primera voz del grupo.

"Te acostumbrás a la exposición de ser la voz más aguda. Siempre a los changos les gusta salir y me invitan a una pileta, por ejemplo. Lamentablemente, me tengo que quedar; no puedo darme ese lujo por temor a estar resfriado a la noche. Es, quizá, la voz que más expuesta está, la gente está pendiente del solo del tenor y, si falla, capaz que fracasa todo. Es una presión que vengo viviendo con Los Nocheros hace veinticinco años, a la que me he acostumbrado. Tomo los recaudos necesarios para cada ocasión

-Llevás más de la mitad de tu vida con el cuarteto.

-Los Nocheros es mi hijo, mi primer hijo. Mario y yo hemos comenzado con esta ilusión y para mí sigue siendo una familia. Salgo a tocar con él todas las noches, viajo todos los días del año, grabo cada disco que hacemos. Para mí es alguien más que está al lado, que me hace compañía siempre. Es compartir. Es parte de mi vida.

-¿Te tomás un tiempito de distancia, de descanso?

-Obviamente, sí. Cuando no ando con el cuarteto, estoy con mi familia verdadera, con mis padres, mi hija, mis sobrinos, mi hermano, mis amigos, con mis ratos de ocio? Cuando estoy con ellos no busco soledad, pero hay momentos en que me voy por ahí a caminar solo, en la ciudad donde estemos.

-¿Cómo fuiste manejando, con los años, el exponerte?

-Duro? Cuando estoy al cien por ciento, lo disfruto a mil. Y cuando no, sufro internamente. Pero tengo la experiencia y los recursos para saber que voy a zafar. Me ha pasado en toda mi vida -toco madera- que únicamente tres funciones se suspendieron porque yo estaba enfermo. Después, me las he arreglado. Esto, sin pasión no se sostiene. El día que me cueste venir, ensayar, la grabada de un disco, armar un bolso para viajar, ya está. Pensaré que debo hacer otra cosa.

DE CORAZÓN

Álvaro Teruel (Salta, 12/12/86), soltero. Segundo tenor.

Acaba de posar en la enésima foto. Álvaro sonríe. Pide agua y busca sentarse. No queda mucho tiempo.

-Aparecés y brotan los gritos femeninos. Pero este es tu trabajo, estás con tu padre, el tío Kike, Rubén...

-No me puedo zarpar (ríe). Está bueno y lo noto, no me es ajeno, pero siempre digo que no trabajo para eso y justamente le meto al profe de canto, a las ideas musicales. No descuido el tema estético porque me gusta, pero considero que hay cuestiones mucho más importantes y me encargo de ellas a la hora oportuna.

-Se ha ampliado tu registro vocal...

-Sí, y al principio no sabía el registro que tenía; sinceramente, hasta qué notas llegaba. Pero es cuestión de entrenamiento. Era un cantorcito joven, lo sigo siendo, y pretendo mucho de mis cuerdas vocales y de mi canto. Pienso así, sigo en crecimiento porque me hace bien, lo siento, pero no tengo metas en cuanto a la cantada. Sí, a medida que va pasando el tiempo, le meto al profe. Me da seguridad y disfruto los avances.

-Con los chicos, dijiste, que son de la generación que te antecede, ¿cómo actúa la confianza que te dan?

-En ese sentido, no me queda más que agradecerles y darles la mano porque no puedo entender la locura y lo ilógicos que terminaron siendo para elegir. No habían finalizado de escucharme cantar, no parecían seguros, pero pusieron otras cosas por delante, que sea la música. Siento que confían plenamente y yo en ellos.

-Imagino que debe conmoverte estar en escenarios que no imaginaste pisar?

-Estoy en el mejor de los mambos, me pasa lo mejor del mundo. Esto me enamora, es algo que no puedo explicar. Nuestra música es de corazón, sale muy de adentro.

POR LA EMOCIÓN DE CADA UNO

Mario Rolando Teruel (Salta, 13/11/63), casado. Voz, primera guitarra y arreglos.

Mario hace la tarea armónica, el diseño vocal, los arreglos. Escribe las partes que luego cantarán juntos, arma ese sonido Nochero tan definido. "Cuando armo las voces, parto del unísono y después vamos abriendo y le damos colorcito, dinámica a esos unísonos. Pero, en nosotros, es muy característico. Y después, los solos? El enorme potencial de interpretación que tienen Rubén y el Álvaro hace que cuando pienso en las voces, me imagino cómo cada uno de los dos puede decirlo. Trato de ir por la emoción de cada uno, fundamentalmente. Pero no estoy solo. En el último disco he hecho muchas de las cosas que el Álvaro me sugirió. Él me ha orientado en casi todo en "La Otra Luna". Me tiró todas las ideas: quiero que acá haya un solo, que aquí otro cante. Lo fuimos armando así y a partir de allí iba dándole forma a los acordes.

-¿Qué otro criterio usaron al armar este compacto?

-Ya habíamos decidido no grabar hasta que no tener canciones; buscábamos el momento oportuno para un trabajo muy bien elaborado y con un fuerte contenido. A los dos meses de haber tomado esta determinación, el Kike me llama diciéndome que estaba la posibilidad de hacer el CD en una producción independiente. Y si bien habíamos quedado en no grabar más contrarreloj, la propuesta era la que esperábamos. Una ocasión para no desperdiciar: formato acústico grabado en vivo en Telefe. Nos pusimos a trabajar y, de treinta canciones que teníamos, quedaron las doce de "La Otra Luna".

EDUARDO ROUILLET