Eduardo Rouillet

Alejandro Sergi, Juliana Gattas, Leandro Fuentes y Bruno de Vincenti son Miranda!. Del 2001 a hoy, hubo discos, presentaciones y mucho crecimiento. Su público se impacientó al saber del nuevo corte de difusión, "Mentía", que pertenece a "Es Imposible!", editado a mediados del 2009. Y ahora, todos sus fans de la zona podrán disfrutar de su show en el Puerto Rock, de Bariloche, esta noche a las 22.

Una visión superficial de Miranda! indicaría en una antigua balanza que la estética está en el plato más pesado y en el otro, el contenido de las letras? "No es una mirada superficial, tiene que ver con lo que somos. En realidad es un conjunto que viene con todo. Es parte de la estética de la banda y se relaciona también con momentos de teatralidad, con pintar el escenario. Yo no lo considero superficial, me parece que acompaña el mensaje. Es más, tengo un amor por la ropa muy importante? Para mí, unas buenas botas, un buen pantalón, estar bien vestido me emociona. A ese punto llego. Y salir a tocar así, más", dice Lolo Fuentes.

"Cuando veo a Bob Dylan con los trajes que tiene en ´Blonde on Blonde´ o ´Blood on the Tracks´, me parece increíble. Johnny Cash bien ataviado no me parece algo superficial para nada sino una postura seria frente al público. Cada uno puede tener su mirada? Yo tengo un concepto sobre que la música también va acompañada de ropa, de una actitud en el escenario. Todo tiene que ver con todo y no puedo subdividir entre superficie y profundidad. Nosotros, sobre las tablas vamos interpretando partes de las canciones, de cosas que sentimos o estamos parados de cierta manera cuando toco la guitarra en un acorde distorsionado, de distinto modo que cuando es funky, bailado.

-Sus letras hablan sobre el amor. Una decisión que no sólo se relaciona con la imagen sino con una línea a favor de ese sentimiento.

-Sí, las compone Alejandro. Una lírica que sale de situaciones que pasan en la vida misma. Así le brotan las canciones. Yo me siento a componer y no sé? Me peleé esta mañana con mi novia, ella estaba rara y va surgiendo una letra sola. Al corregirla la modifico para que entre métricamente en la música. Es un fluir la canción. O muchas veces compongo la melodía y después escribo el texto, también sobre algo que me ocurre. Es como un vómito del corazón, no algo premeditado. O sea el grito primal.

-Grito necesario en una sociedad urbana como la nuestra, en la que escasea el amor.

-Hoy venía con un amigo caminando, comentando las caras largas de la gente por la calle. Escasea el amor hacia los demás, sin ponerme cristiano, pero el mensaje -si tenés un dios- es amá a tu prójimo. Nos estamos olvidando de eso. Y hay que poner un poco de amor? Estaba con el portero en la puerta esperando unas personas y me decía lo mal que estamos: una mujer venía en su auto hablando por celular, no vio un volquete y se lo llevó puesto. Por qué esa falta de atención, estar tan acelerados, no pensar en el otro. Estás manejando, atendé por dónde vas, no usés el teléfono. La falta de amor es tremenda.

-Falta de cuidado hacia nosotros mismos, incluso.

-Miranda! no habla tanto de eso, sí de relaciones entre personas. Yo compongo canciones no con un fin determinado, sólo porque me gusta. Pero estoy reflexionando mucho sobre estas cuestiones, sobre volver a acordarte de que alguna vez soñaste. No sé? Me pega la falta de educación y de valores. Hay una chica embarazada y no le dan el asiento. Ese tipo de menosprecios me parecen espantosos. Y en un punto es una obligación también de los músicos, que son a quienes la gente escucha e influyen mucho en los más chicos: tener un mensaje que marque adónde iremos a parar si no respetamos más todo. Hay instalado un individualismo tremendo. Es una sociedad muy ventajera. Yo lo fui mucho tiempo, hasta que me di cuenta de lo equivocado que estaba. Ahora estoy aplicando el pase usted; intento recuperar los valores que me enseñó mi abuela: saludar, dar los buenos días, ser educados. Pedir por favor y decir gracias no cuesta nada y ponerlos en práctica tiene mucho que ver con el amor.

-¿Y con el público?

-Con el público tenemos una relación buenísima. Tengo mucho contacto con los fans en Facebook y me encargo de desmitificar esa onda de ídolo intocable que se arma con los artistas. Busco un contacto más real. Una chica de catorce años me cuenta de sus miedos por un examen que tiene al otro día y le escribo que se relaje, que estudie y le va a ir bien, por ejemplo. Después me pone: "¡Me fue rebien en la prueba!". Esos pequeños diálogos son fantásticos. Está bueno entretener, pero también hay que tirar alguna?