Decididamente la realidad imita al cine o, más bien, parece escrita por un guionista de Hollywood. Hace unas semanas, el pasado 27 de junio, el FBI detenía a una decena de espías rusos que se hacían pasar por honrados y ejemplares ciudadanos norteamericanos.

Entre los arrestados se encontraba una sensual mujer de pelo rojizo llamada Anna Chapman. Una historia, en definitiva, que tiene todos los ingredientes de una buena película: intriga, sexo, traición, amor... Pues bien, ahora llega a las pantallas "Salt", un filme dirigido por Phillip Noyce, con Angelina Jolie.

¿Y cuál es su argumento? El siguiente: Evelyn Salt es una agente de la CIA acusada de ser una espía rusa que intenta matar al presidente de Estados Unidos. Efectivamente los caprichos del destino han hecho que realidad y ficción coincidieran en las carteleras de cine, en los titulares de los periódicos y en los tribunales de justicia.

De momento, Angelina Jolie en las entrevistas de promoción no compara su personaje de Evelyn Salt con la bella y enigmática Anna Chapman sino con James Bond: "He crecido con las películas de 007. De pequeña soñaba con ser una James Bond femenina", repite la actriz.

"Salt" es, efectivamente, una película de acción. Un filme más cercano a las aventuras del célebre agente británico con licencia para matar o a las del desmemoriado Jason Bourne que a las historias de espionaje que se desarrollaban durante la Guerra Fría escritas por John Le Carré.

El director de "Salt" maneja con habilidad y precisión los resortes de este tipo de cine. Es decir: trepidantes persecuciones, interminables tiroteos, explosiones encadenadas, alguna que otra sorpresa...

Noyce ya había trabajado con Angelina Jolie hace más de una década en una entretenida película de psicópatas titulada "El coleccionista de huesos", que protagonizó Denzel Washington.

A Angelina, por su parte, está claro que le gusta el género de acción. Su última película hasta la fecha, "Wanted", era una sinfonía inacabable de disparos. En "Mr & Mrs Smith" no dejaba un tabique en pie mientras intentaba aniquilar y seducir a Brad Pitt. Y en las dos aventuras de Lara Croft hacía todo tipo de acrobacias mientras manejaba con soltura las armas más sofisticadas. "Siempre tuve demasiada energía", dice y afirma, además, que el cine de acción le "hace sentirse muy sexy". Algo que en realidad nadie duda.

Sin embargo, durante la promoción de "Salt" Angelina ha hablado relativamente poco de la película y mucho de Brad Pitt, como si quisiera alejar definitivamente los rumores de ruptura. "Desde que comenzamos nuestra relación nunca hemos pasado más de tres días separados", dice.

Además reveló que se ha hecho un nuevo tatuaje en una zona íntima de su cuerpo, que sólo puede ver él. Y es que Angelina, hay que admitirlo, sólo puede ser una espía en las pantallas de cine. Una legión de fotógrafos la sigue allá donde vaya y para colmo, como ella misma ha reconocido, "es malísima ocultando secretos". Excepto, claro, su último y privado tatuaje para Brad. Como decía el título de una película de su admirado James Bond: "Sólo para sus ojos". (DPA)