Ignacio Rogers, Belén Blanco y Mónica Lairana son tres jóvenes y talentosos actores que decidieron ponerse detrás de cámara para convertirse en cineastas y cuyos filmes se presentarán ahora en distintas secciones del Bafici.

Rogers, además de concursar con su filme "Sábado uno" en la Competencia Oficial de Cortometrajes, es uno de los protagonistas del largometraje "El pasante", ópera prima de Clara Picasso que participa de la Competencia Oficial Argentina del certamen porteño.

Por su parte, Belén Blanco -quien ya dirigió los cortos "Nadie", "Germen" e "Imagen"- presentará en la Muestra de Cortos Argentinos su último filme, "Ésa soy yo", que protagoniza junto a Norma Pons y que muestra el ritual de una actriz, artista popular de larga trayectoria, preparándose para salir al escenario.

En tanto, Mónica Lairana -quien ya había estado en la Competencia Internacional del Bafici como actriz con "El desierto negro", de Gaspar Scheuer- presentará en la misma muestra el corto "Rosa", su debut como guionista y directora, que forma parte de las Historias Breves VI producidas por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa).

Pero ellos no son los únicos actores-cineastas que participarán en el festival, ya que en la lista -que en ediciones anteriores sumó filmes dirigidos por Celeste Cid, Juan Minujín y Javier Van de Couter- hay que agregar a Guillermo Pfening ("Nacido y criado"), quien presentará en la sección Work in Progress del Bafici un armado de "Caíto", su primer largo como director.

También se suma Enrique Piñeyro, quien encarna al general Pedro Aramburu en "Secuestro y muerte", de Rafael Filipelli, y además presenta el corto institucional "Nieves del tiempo" y el documental "El Rati Horror Show", que concursa en la Competencia Oficial Argentina.

"Mi escuela en cuanto al cine fue el hecho de ser espectador con la conciencia de querer hacer cine algún día; tratar de afilar la mirada y pensar cómo se hizo eso que estoy viendo, encontrar algún mecanismo para después poder reproducirlo, modificarlo o descartarlo", explicó Rogers, protagonista de "Como un avión estrellado", de Ezequiel Acuña.

Mientras Blanco dice no tener escuela ni haber estudiado cine, Lairana afirma que aprendió de "cada uno de los directores con los que tuve el placer de trabajar. Y también, claro, de mirar películas, porque mirar cine es la mejor escuela para cualquiera que quiera filmar".

La ganadora del ACE a la Revelación Femenina 2009 por su papel en la obra teatral "Agosto" señaló que su aprendizaje como directora depende además "de la simple observación del trabajo de los compañeros. Cuando me iba a rodar siempre llegaba mucho antes de mi citación y me iba mucho después. Quería ver, saber, aprender. Preguntaba mucho, observaba todo".

Según Rogers -quien estudió en el Centro de Investigación Cinematográfica (CIC)-, "nunca pude aprender ninguna cosa técnica durante un rodaje, pero aprendí mucho sobre la situación de trabajo. Si bien en la mayoría estuve como actor, el estar presente enseña mucho sobre la dinámica de trabajo y eso me sirvió para mis proyectos curriculares como para el corto que dirigí".

-¿Cómo pasaron de la actuación a la dirección?

Rogers: -No me interesaba demasiado estudiar actuación como carrera, prefería seguir aprendiendo trabajando o yendo a clases de una manera más informal. El cine me gustaba desde hacía tiempo y siempre había tenido curiosidad por la dirección, así que busqué escuela de cine y empecé.

Blanco: -No sé muy bien, en el medio estuvo escribir... y después fue un poco por necesidad no sé bien de qué...

Lairana: -En mi caso se dio de manera natural. Al principio yo estaba fascinada con actuar en cine. Incluso me involucré con la investigación del trabajo del actor en cine; con el tiempo, la curiosidad y el conocimiento que fui adquiriendo, me empecé a fascinar también con la hechura, el detrás de escena.

-¿Cuáles fueron los primeros acercamientos al cine?

Lairana: -Primero nació el deseo profundo de hacer cine como actriz y ser parte de ese universo que me maravillaba. Eso me impulsó a buscar y hasta intentar armar mis propios proyectos, desde el desconocimiento absoluto en aquel momento, pero con una enorme voluntad de aprenderlo todo.

Blanco: -En mi caso, fue cuando actué en mi primera película... y creo que cuando descubrí a Ingmar Bergman.

Rogers: -Mi primer acercamiento al cine fue como actor. Yo estaba actuando en "El adolescente", de Federico León, y Ezequiel Acuña la vio y me llamó para hacer "Como un avión estrellado".

-¿Se sienten más cómodos adelante o detrás de cámara?

Rogers: -La verdad es que me siento más cómodo adelante. La actuación es algo que empezó mucho antes y eso me da más recursos para sentirme cómodo. Pero cuando dirigí, al momento de rodar me sentí cómodo. Igual, no tengo la suficiente experiencia dirigiendo como para saber cuál es el lugar en el que puedo sentirme mejor.

Lairana: -Yo no lo sé. A lo mejor cuando tenga más realizaciones propias pueda sacar esa conclusión.

Blanco: -Para mí, en cambio, es muy diferente, tanto en comodidades como en incomodidades.

-¿Qué desafíos y placeres les ofrece la dirección?

Blanco: -Creo que aún no me hice esta pregunta, no me llegó el momento de reflexionar acerca de eso.

Lairana: -Soy una actriz que se entrega íntegra a las decisiones del director. Lo que aporto es siempre consensuado, porque defiendo la idea de que es "su obra". En ese sentido, dirigir me dio el desafío y el placer de tomar cada una de las decisiones y la posibilidad de contar una historia desde mi mirada.

Rogers: -Al actuar uno se concentra en una parte de la obra y al dirigir uno tiene que concentrarse en la obra completa, pero el objetivo es el mismo en los dos casos, llegar a una creación buena y honesta. Es extraño, pero creo que dirigir puede ofrecer los mismos desafíos y placeres que actuar pero por el camino contrario.

(Télam)