Claudio andrade


El ejercicio de la memoria es un tarea ardua y conflictiva. A veces incluso desesperante. Jamás podremos encuadrar el recuerdo con precisión científica. Las imágenes, las palabras, los hechos y sus diálogos vuelven del pasado hasta nosotros de un modo siempre caprichoso.

"Elegía para un americano" (Anagrama, 2009) de Siri Hustvedt es, envarios sentidos, una extensa y profunda reflexión acerca de la memoria.La historia presenta a Eric, un psicólogo que ha sido abandonado recientemente por su esposa, su hermana Inga, una mujer de edad madura, atractiva aunque también soltera, y Lars, el padre de ambos ya muerto pero que mantiene su invisible protagonismo a través de unas cartas que los hijos  descubren entre sus papeles.

Una de éstas, firmada por "Lisa", dispara una singular investigación por parte de los hermanos que advierten en la misiva la pista de un dramático secreto.

Ese relato oculto, esas frases vedadas en el relato oficial de su padre, acaso, les permitirá llegar a conocer aun mejor al hombre manso y experimentado que fue su progenitor.Sin embargo, la novela está constituida por otras historias que el lector no podría considerar secundarias. En cada una se dirimen la verdad, la mentira y la fantasía a la hora de reconstruir lo sucedido.

Miranda, una artista gráfica, cautiva a Eric no sólo con su belleza sino también con su fragilidad. La joven debe soportar el acoso de un ex marido obsesionado con ella y que no cesa de tomarle fotografías, que va dejando junto a su puerta. Otro apunte temporal. Igna deja que las manos de un torpe enamorado la invadan porque "ya no puede vivir sin caricias".
El libro de Siri es mucho más que la suma de estas historia, es también un compendio de sabiduría.

La escritora deposita sobre el cuerpo de su novela, como si fueran flores, reflexiones intensas, puntos de vista muy trabajados, aproximaciones a la vida que revelan humildad y una búsqueda constante de su parte que, por supuesto, excede el territorio de lo estrictamente literario.

"Elegía para un americano" nos introduce a la noción de que el amor está profundamente atado a la memoria. "Si no sintiera lo que siento cuando te veo, te convertirías en otra persona -dijo- sería horrible. Habría perdido la conciencia de amor por ti", reflexiona Inga, luego de que Eric le refiriera el caso de una mujer que producto de un trauma había dejado de reconocer a su marido.

El sentido de la vida se dirime en ese espacio invisible y poderoso ubicado entre los hechos ocurridos y los deseos que aún queremos poseer.

La esposa

Desde hace años y probablemente por el resto de su vida Siri Hustvedt deberá cargar con el título nobiliario que la señala como "la esposa de Paul Auster". Y bien es sabido que Paul Auster es una de las mayores figuras de la literatura norteamericana de la actualidad.

Hustvedt ha sido la pareja del autor de "Mr. Vértigo" por más de dos décadas. Junto a él, como ella misma ha mencionado, debió soportar el rechazo y el anonimato de un autor fantástico que no encontraba editor.
Sin embargo, en el último tiempo, un poco en broma y un poco en serio, los críticos comienzan a llamar a Auster como "el esposo de Siri Hustvedt".

Las novelas anteriores de Hustvedt son "Los ojos vendados", "El hechizo de Lily" y "Todo cuanto amé".