Eduardo Rouillet
Desde enero, Los Fabulosos Cadillacs han recorrido buena parte del país y de América Latina. Pero no se detienen: el sábado estarán en Neuquén -más precisamente en el Casino Magic- para iniciar la etapa final del Satánico Pop Tour 09.
Grabaron su primer disco, "Bares y fondas", en 1986. El último se lanzó el 8 de octubre en formatos CD y CD más DVD: "El arte de la elegancia de Los Fabulosos Cadillacs", sucesor de "La luz del ritmo" y, por lo tanto, el segundo álbum que editan desde su regreso tras una separación de tres años y medio a partir del 2002.
Este disco incluye ocho temas históricos en versiones renovadas, un cover de Curtis Mayfield, "Move on up", y dos canciones nuevas, "Siete jinetes" y "Lanzallamas". Fue grabado en mayo en los novísimos estudios Sony, "Casa de la música", en Villa Mercedes, San Luis, por Vicentico en voz, el bajo de Flavio Cianciarulo, Sergio Rotman en saxo, los teclados de Mario Siperman, Fernando Ricciardi en batería y el trompetista Daniel Lozano.
"Nos decidimos por canciones que casi no tocamos en el pasado y merecían nuestra atención. Algunas de las seleccionadas tienen historias particulares, como ´Vamos ya!´ -cover de ´Move on up´-, que fue estrenada en vivo en 1987 y nunca la grabamos en estudio hasta hoy. ´Siempre me hablaste de ella´, registrada para el segundo disco ´Yo te avisé´ (87) quedó afuera a último momento y tiempo después entró en el tercero, ´El ritmo mundial´ (88), en versión diferente; ´Contrabando de amor´ es de ´El satánico Dr. Cadillacs´, que sacamos en 1989", enumera Vicentico (Gabriel Fernández Capello).
"Río Negro" charló además con Flavio Cianciarulo y Mario Siperman sobre el crecimiento personal y grupal sostenido en más de dos décadas, el reencuentro y la reelaboración de viejas canciones.
A pocos metros juegan los hijos de varios de Los Fabulosos, que ya no son los mismos. Algunos pintan canas y otros calvas y lucen pancitas de buen vivir. Flavio acaba de editar "The dead latinos", una novela? "La vida misma es así".
Cianciarulo puntea. "Uno ha dejado de ser el que era y, a la vez, todo es más complejo. Es un retorno a valores y cosas del pasado que quizá estaban en un costado pero siempre presentes en el cuerpo. En el caso de la banda, es interesante cómo pueden subir y bajar a voluntad de nosotros épocas. Resulta sorprendente cómo uno se puede reciclar, cómo puede renovarse. Puntualmente, en términos de grupo, dejando de lado la vida misma, en aspectos más técnicos, es maravilloso que eso pase. El último disco y el que sacamos en esta nueva etapa de Los Fabulosos Cadillacs reversionan temas".
"Hace poco nos preguntaban a Vicentico y a mí si no era chantada hacerlo. ¿Cómo va a ser chantada grabar un disco en el que tenemos ganas de hacer una canción nuestra? A una compañía (discográfica) le sirve mucho más editar la vieja versión sin el trabajo de reelaborarla. Hay que tener deseos de retocarla, de volver a arreglarla, y el gusto de reencontrarse con amigos a realizarla. Es casi media canción nueva. Es muy interesante reversionar".
-Significa ver eso que quedó en el pasado y reconocer su valor.
Mario Siperman, ahora: -Hay una decantación bastante? no sé?
-¿Natural?
-Sí. Hay temas que aparecen y desaparecen solos. Llegás a la sala de ensayo, empezás a tocarlos y al día siguiente ya no se hacen. Creo que hay algo de selección natural, de ganas en el momento. Es una cuestión bastante lúdica. Ignoro si otros grupos funcionan así, pero sí Los Fabulosos.
-Siempre aparece la palabra "juego", esa necesidad de jugar muy de la niñez.
-Y... porque tiene la suficiente ingenuidad para dejar filtrar cosas nuevas, para que todo sea más fácil. Cuando se intelectualiza mucho se traba la cosa.
Flavio vuelve: "Es interesante lo que planteás porque el artista, sea plástico, músico o escultor, lo que fuere, tiene y acarrea y todavía lleva muchas cuestiones de su niñez, época en la que convivimos con la magia. De niños, definitivamente todos coexistimos con lo mágico. Magia que con el tiempo se va opacando, se va disipando ahí, cuando empezamos a crecer. El artista y muchas veces los geniales -que son muy pocos- más aún tienen un gran porcentaje de niños, lo que también impone un precio muy caro. Se nota en estos genios -que no es nuestro caso, simplemente amamos el arte-, que podemos contar con una mano, que en su vida, en cuanto a lo que la sociedad exige como responsabilidad, ¡son un desastre! Siguen siendo niños. Alguna vez leí que ese niño que llevamos adentro puede ser fascinante, pero si lo mantenemos a medida que vamos creciendo, cuesta caro. La misma sociedad te lo cobra".
El placer de mirarse
"Un disco nuestro hoy demuestra que nos gusta volver a juntarnos en el escenario. Más allá de puestas imponentes, costosas, nos da placer mirarnos a la cara, estar en una sala de ensayo. Recobrar eso, para mí, es muy valioso, más allá del negocio que haya detrás. Un disco completo de temas nuevos nos llevaría mucho más tiempo del que pudimos otorgarle en esta gira. En el medio de esa carrera dijimos no, veámonos para ensayar? Los Fabulosos Cadillacs pueden hoy estar ahí porque tienen ganas, no por la obligación que supone realizar un concierto potente, comercialmente exitoso. Toda esta movida demuestra que nos llevamos bien y para mí eso vale mucho", dice Vicentico, como para dejar clara la base de esta reunión que los trae a Neuquén.
Los Fabulosos Cadillacs grabaron "El arte de la elegancia?" en el nuevo estudio "Casa de la música" que Sony montó en Villa Mercedes, San Luis, con la última tecnología digital, viéndose unos a otros, cara a cara.
"Siendo profesional podés poner el mejor rostro y laburar sin llevarte bien. Podés ser muy buen profesional y ante una propuesta enorme decís, ´Muchachos, ¡no vamos a ser amigos pero hagámosla!´. Puede ocurrir y está bien en términos profesionales. Un montón de bandas de afuera lo hacen (ríe). Destaco el hecho de juntarnos en la sala a crear de nuevo, a darle forma a un proyecto cuando nadie nos exigía un disco. No hacía falta grabarlo. Nosotros lo quisimos", le agrega picardía el mismo Vicentico.
Mario se suma: "Es una experiencia increíble porque estamos en un lugar y tenemos una mirada hacia el pasado donde nos encontramos desde adolescentes en adelante, y también una mirada hacia el futuro. Vamos descubriendo cosas nuevas que podemos realizar y en el medio está la música, lo que nos gusta, lo que disfrutamos. Nuestra manera de vivir y nuestro hobby también, porque hay música todo el día en nuestras casas. Estos años que paramos nos pusieron en una posición de perspectiva, donde somos protagonistas y también espectadores. Es muy raro. A veces lográs ver las cosas desde afuera y a veces estás adentro".
"Por otro lado, conocemos todos nuestros detalles, nuestras mañas. Es muy loco estar juntos a los cuarenta y cinco años con personas que a los quince o a los dieciséis empezábamos a conocer, ignorando todo el camino que íbamos a recorrer juntos. Podríamos haber sido amigos y nada más, podríamos haber sido amigos y trabajar juntos o amigos que hacen música. Hay grupos que graban un disco o dos y no tienen paciencia para seguir juntos, para vincularse en lo humano y en lo musical, y me da un poco de rabia que no puedan disfrutar de llegar un poco más allá, intentar algo más", dice.
Y agrega, enseguida: "Tuvimos momentos duros en los que no la pasamos bien, pero haciendo cada uno un esfuerzo, cinco o seis años después podemos tener un año y medio mágico como el que estamos teniendo, donde hicimos lo que quisimos en todo sentido. Y disfrutamos y nos reencontramos y nos pasaron cosas dolorosas en el medio (Gerardo Rotblat, percusionista de Los Fabulosos durante 11 años, falleció el 29 de marzo del 2008 víctima de un edema pulmonar) y las podemos llevar hasta con alegría... con recuerdos y añoranzas por el Toto que se fue, pero hablamos de él riéndonos. Son elementos que dan veinticinco o treinta años de conocernos".