El 22 de julio, en la ciudad de México, activistas medioambientales realizaron esta protesta para llamar la atención sobre el daño ecológico del derrame de petróleo de la británica BP en el golfo. A raíz de este episodio la petrolera desplazó a su cuestionado presidente, Tony Hayward, pero para la Casa Blanca ello no la exime de su obligación de limpiar el crudo derramado e indemnizar a las víctimas del desastre.