Ni los planes Plus ni las prórrogas de las concesiones que la mayoría de las empresas obtuvo o está a punto de obtener actuaron como incentivo para mejorar las inversiones y levantar la producción. La provincia de Río Negro, que está iniciando el proceso para extender los contratos anticipadamente, ya puede ver lo que ocurre en Neuquén un año después de haber desplegado una amplia negociación y llegado a acuerdos con las compañías: no sólo no se recuperaron los números de la extracción de petróleo y gas sino que además cayó abruptamente la perforación.

 Visto en perspectiva, para el Estado neuquino la prórroga fue una solución más ligada al financiamiento del presupuesto público (los recursos no caen, a pesar de que la producción es menor) que a la recuperación del negocio. Se sabrá en algunos años si en las negociaciones la posición fue, en ese sentido, de debilidad frente al poder de las empresas multinacionales.

El secretario de Recursos Naturales neuquino, Guillermo Coco, defiende la prórroga y dice que los objetivos están razonablemente cumplidos.

Un analista del mercado local hizo notar que sin las prórrogas no podría haber ahora desarrollo de gas no convencional (tight sands o shale), cuyos resultados se ven a largo plazo.

Las condiciones no son ni cercanas a las que tenía el mercado energético argentino durante los 90, con algún segmento desregulado y atado a los precios internacionales del petróleo, pero de todos modos son mejores que hace cinco años, cuando el valor de referencia global del crudo tenía una diferencia sideral con lo que se reconocía en las operaciones domésticas.

La primera experiencia de extensión anticipada de una concesión fue la de Loma de la Lata-Sierra Barrosa, en el 2001, en manos de YPF (que entonces se llamaba Repsol-YPF). La empresa pagó al Estado nacional (el dominio no había sido transferido a las provincias) 300.000.000 de dólares y asumió compromisos de inversión multimillonarios durante cinco años.

Hoy Loma de la Lata, el principal yacimiento de gas del país, produce un 40% menos que cuando se prorrogó su concesión. Claro que hay una relación directa con el congelamiento de las tarifas, su correlato en el crecimiento explosivo de la demanda y lo que los empresarios consideran falta de incentivos para invertir.

El principal yacimiento de petróleo de Neuquén es El Trapial, en manos de la estadounidense Chevron. Su concesión no vence en esta década, como la de la mayoría de las áreas, sino en el 2023. En dos años pasó de producir entre 200.000 y 230.000 metros cúbicos de crudo por mes a entre 180.000 y 200.000.

Ya se sabe que la producción de gas y petróleo viene cayendo en Neuquén a niveles del 3% interanual todos los meses.

Neuquén, más allá del cumplimiento de las inversiones, recibió fondos extraordinarios que destinó (temporalmente, porque no puede aplicarse ese dinero a gastos corrientes) a cuatro áreas sensibles, según fuentes económicas del Estado:

? pago de los vencimientos de los bonos en dólares que emitió Jorge Sobisch cuando era gobernador

? pago de los aguinaldos de los empleados públicos

? terminación del plan "faraónico" de obra pública que dejó Sobisch inconcluso y con financiamiento escaso

? financiamiento del Plan Federal de Vivienda hasta tanto llegaran los fondos nacionales

"¿Vos creés que sin las prórrogas habríamos llegado a esta altura?", se confesó la fuente.

En la provincia de Río Negro hay 29 áreas que fueron concesionadas en la década pasada y cuyo dominio pasó a la órbita provincial con la sanción de la llamada "ley corta". El gobierno de Miguel Saiz quiere extender esos contratos por 10 años y de manera anticipada al vencimiento del plazo original.

El proyecto que envió a la Legislatura hace dos semanas tendrá, por lo que se ve, un largo trámite parlamentario y seguramente quedará entreverado en la interna que tiene el oficialismo y la reforma de la Constitución que impulsa Saiz.

"La verdad es que estoy algo sorprendido", reveló a "Río Negro Energía" el directivo de una empresa extranjera con intereses petroleros en la provincia. "Me parece que se pasó de un momento político en el que la provincia las tenía todas a favor a otro en el que necesita sumar fuerzas para minimizar cuestionamientos y poder avanzar", resumió.

Analistas, funcionarios, especialistas y directivos de las petroleras coinciden en que sin las prórrogas los resultados serían peores. Los datos de Neuquén muestran que la caída no se profundizó sino que se mantuvo en niveles más o menos constantes.

De todos modos, Jorge Sapag y Coco negociaron con las empresas las prórrogas con el argumento de que, de lo contrario, las empresas no seguirían invirtiendo en Neuquén y se caería la producción.

En los hechos eso es, en parte, lo que pasó.