La producción del yacimiento Centenario tiene un techo que no está dado por el fin de la vida útil del reservorio sino por la falta de lugar en la superficie para perforar nuevos pozos, ya sea exploratorios o directamente productivos. En la concesionaria del área, Pluspetrol, seguramente jamás pensaron que la ciudad iba a terminar creciendo hasta el punto de que los barrios (de viviendas, los cerrados y hasta las tomas) cubrieran territorios que antes estaban reservados al mundo petrolero.
Por supuesto que la industria ya superó los escollos que este tipo de barreras urbanas le pone por delante, con técnicas muy modernas pero también con costos que muchas veces están muy por encima de los beneficios.
Prácticamente todo el sur del área Centenario (que se llama así a pesar de que ocupa sobre todo territorios en los ejidos de Neuquén y Plottier) está dentro de áreas urbanas. Es llamativo pero las nuevas oficinas de la empresa, sobre la Ruta 22, frente al casino, están en territorio del yacimiento.
Una de las barreras a las que se enfrenta Pluspetrol está en el valle, no en la meseta, donde hay chacras. De todos modos, una perforación que se intentó allí hace un tiempo no dio buenos resultados, según comentó el gerente del Distrito Sur de la empresa, Carlos Carrizo.
Otra realidad está en el faldeo de la meseta, en Valentina Norte, porque a los barrios de planes de viviendas que se construyen en cuadrículas que más o menos acompañan los accidentes del terreno, se les suman las tomas, las que tienen cierto grado de organización y las que están desperdigadas por el arenal.
La empresa tiene allí las mayores dificultades para avanzar en su plan de perforaciones porque se trata de una realidad social tan delicada que cualquier intento de trasladar una casilla podría encender un conflicto con final incierto.
La opción de los pozos dirigidos es la que se adapta a las necesidades de Pluspetrol en esa zona de la ciudad de Neuquén.
En un punto alto del faldeo, la compañía logró reservarse pequeñas parcelas que alambró (hoy sólo quedan los postes, a modo de mojones). Allí funcionarán las "islas" desde donde se dirigirán las perforaciones.
Las perforaciones en ese punto del yacimiento van a profundidades de hasta 2.500 metros, pero como no pueden ser pozos directos, el recorrido deberá aumentar en unos 900 metros.
Hay una realidad muy similar pero en relación con el otro extremo de la sociedad: en un barrio cerrado cercano al límite con Plottier dos pozos conviven no sólo con el verde de una cancha de golf y las enormes viviendas, sino también con una laguna artificial repleta de aves.
Los socios del country no ven, de todos modos, como un riesgo las instalaciones de Pluspetrol (hasta hace poco había una típica cigüeña en medio del barrio, ahora se optó por una bomba sumergida a 1.500 metros de profundidad) sino más bien como una excentricidad.
Otra de las barreras que tiene el área Centenario, más física que teórica, es la nueva autovía norte, que partió en dos el yacimiento y la base del área. Como esta ruta no tendrá más que un puñado de rotondas, el cruce de un lado a otro será complicado.