Carlos Carrizo, el gerente de Pluspetrol para la región, trabajó durante casi seis años en el Perú, pero no en el proyecto insignia de la empresa, que es Camisea, sino en la selva del norte del país.
Esta petrolera argentina, que se transformó en tal a partir del yacimiento Centenario, tiene en el proyecto Camisea "un ícono" debido a "la complejidad del entorno socio ambiental, el desarrollo logístico requerido y el planteo de la estructura necesaria para la operación", según la información corporativa. "Es un hito en el trabajo en áreas sensibles para las operaciones en Latinoamérica, donde se anticipó el concepto de licencia social trabajando en base al diálogo y la consulta previa".
Carrizo sostiene que la experiencia en Argentina sirvió para poder desarrollar los proyectos complejos del Perú y no al revés, como puede presumirse.
Camisea fue un desafío por la interacción con las comunidades indígenas, el cuidado de no contaminar, no ya sólo con hidrocarburos, sino con bacterias desconocidas, el medio ambiente.