En el mercado petrolero local la mayoría da por cierto que en marzo habrá un cambio y la actividad repuntará. "Es como que todos tuviésemos la meta puesta en el primer cuatrimestre del año, que ya hemos tocado fondo y empezamos a levantar vuelo", dijo en esta entrevista Carlos Bandieri, de la empresa Protección Catódica del Comahue, una de las tantas compañías de servicios nacidas en Neuquén.

La firma tiene 21 años de trayectoria en el mercado energético y cuenta con 65 empleados.

El nombre de la empresa es descriptivo de los servicios que presta: la protección catódica permite contrarrestar en el tiempo el deterioro del acero por el efecto de la corrosión galvánica (la oxidación) a través de un proceso electroquímico con la aplicación de corriente continua a toda estructura metálica enterrada o sumergida.

Su mercado principal es la Cuenca Neuquina, si bien ha desarrollado operaciones en Bolivia, Chile, el norte de la Argentina y la Patagonia en general.

Sus clientes son todas las productoras de gas y petróleo de la región, así como las transportadoras y distribuidoras de gas.

-¿Cómo ve el panorama actual del sector?

-El nivel de actividad ha venido decreciendo a niveles preocupantes en el último semestre; se ven recesión y falta de trabajo.

-¿Qué factores influyen?

-Independientemente del contexto internacional, que no ayuda, no se ve una evolución en el tema de precios en petróleo y gas que les permita a las operadoras realizar inversiones, que han disminuido, y el efecto llega a todas las empresas de servicios.

-¿Qué otras variables identifica?

-Las retenciones no les permiten a las productoras buscar una rentabilidad competitiva; se les van cerrando las puertas. Y eso a la larga trae la falta de demanda de trabajo que vemos día a día como empresas prestadoras de servicios.

-¿No alcanza con la prórroga de las concesiones?

-Creo que no; entiendo que esto da una perspectiva a mediano y largo plazo a las petroleras pero no soluciona el tema de la rentabilidad, generado por las retenciones y otros impuestos que las dejan fuera del mercado internacional.

-Es decir que aún faltan incentivos?

-Sí, tienen las prórrogas pero las reglas impositivas no son claras y beneficiosas para el sector. La forma de reactivar es darle prioridad a la producción, como pasa con el campo, con una rentabilidad razonable y políticas claras que impidan que el fruto del esfuerzo caiga en una maraña impositiva que quite la rentabilidad.

-¿Cómo analiza la declinación en la producción que viene sufriendo la Cuenca Neuquina?

-Ésta no es una realidad nueva. Se sabe que este tipo de industrias necesita una reinversión permanente para mantener la producción. Si la operadora no tiene una ecuación económica atractiva, lo lógico es que no invierta. Y el no invertir trae aparejadas mermas en la producción.

-¿Y si la comparamos con la situación en la Cuenca del Golfo San Jorge?

-Sabemos que han tenido oportunidad de explorar con mayor intensidad. Pan American ha descubierto reservas muy importantes, cosa que no ha ocurrido en Neuquén. Tengo la esperanza de que se reactive la actividad y se encuentren nuevas reservas aquí.

-¿En este contexto, cómo se ven afectadas las empresas de servicios?

-Si seguimos la cadena, vivimos de dar servicios. En nuestro caso la especialidad está dada por el mantenimiento y, cuando el negocio deja de ser rentable, una de las primeras variables de ajuste es el mantenimiento.

-¿Cómo es la convivencia con las operadoras y con el sindicato?

-La empresa de servicios es la que aporta la mano de obra, que a su vez es controlada por el sindicato. Cuando la operadora toma la decisión de reducir el volumen de trabajo, esto impacta en las empresas de servicios. La experiencia que tenemos es que, si bien el gremio tiene una fuerza muy importante, entiende que este tipo de situaciones escapa a la empresa de servicios, que es la que toma la mano de obra directa. Hacemos todo lo posible por mantener el trabajo. La clave para las empresas de servicios es la demanda de trabajo de las productoras; sin él es imposible mantener mano de obra.

-Se logró un acuerdo de no reclamar aumentos de salarios si se mantenían las fuentes de trabajo. ¿Esto se está cumpliendo?

-El problema es que la recesión a nivel internacional está trayendo aparejada una situación en la que va a ser más difícil mantener los puestos de trabajo si no hay una reactivación del sector. Cuando se realizó ese acuerdo, nadie tenía presente un precio del crudo como el actual y una situación del mercado interno tan complicada. Hay mucha gente buscando trabajo, y no sólo relacionado con la industria del petróleo: todos los sectores se han resentido.

-¿A las empresas de servicios petroleros no les falta mayor asociatividad?

-Estamos en la cámara, la Capespe. Creo que sí; el nuclearse y pedir medidas concretas en conjunto es útil, y hoy es el momento de hacerlo. El objetivo es desarrollar la actividad y generar más puestos de trabajo.

-Se comenta que a partir de marzo o abril se reimpulsaría la actividad, ¿ve motivos concretos que avalen esta percepción?

-Es como que todos tuviésemos la meta puesta en el primer cuatrimestre del año, que ya hemos tocado fondo y empezamos a levantar vuelo. Esperemos que así sea, pero el contexto diario no da esa sensación. No veo puntos concretos que me muestren un horizonte de que se revierta esta situación a corto plazo; ojalá me equivoque.

-¿Cómo ve el contexto internacional?

-En el plano internacional los precios de todo lo que produce la Argentina bajaron. Los costos de producción pondrán a todas las actividades contra las cuerdas. Habrá que determinar si conviene producir. Y eso está ligado a la inversión. No sé si en el primer cuatrimestre se van a empezar a ver las cosas más claras como para que los productores de todos los sectores, que son los que pueden llevar adelante la reactivación de la economía, estén en condiciones de invertir.

-¿Cómo puede afectar esta recesión global al país y al sector?

-La Argentina ha tenido una gran capacidad de reacción frente a otras crisis que se han vivido; ha salido airosa en períodos relativamente cortos. Ahora la situación está ligada a un contexto internacional, no sabemos si el país va a poder vender lo que produce a un precio razonable en el mercado internacional.

-¿Qué opina de la presión impositiva?

-La presión impositiva está desalentando la inversión. Y no afecta sólo al sector del petróleo y el gas. Si los costos son elevados y además se los incrementa con impuestos, la ecuación económica de la mayoría de los inversores no va a cerrar. También el asalariado tiene una carga impositiva alta. Todos los niveles tributarios están sobredimensionados. Tenemos un socio mayoritario que no aporta y sólo recauda?

-¿Qué tributos considera más distorsivos?

-Un IVA del 21%, más el 35% del Impuesto a las Ganancias, más las retenciones a las exportaciones de crudo, para hablar de nuestro sector, más las cargas sociales. Si esto se llevara a un contexto de realidad, pensando en que la prioridad es la producción y no la recaudación distorsiva, creo que las cosas funcionarían mucho mejor. Sería bueno que se aprovechara esta crisis para revertir los factores que traban la inversión. Lo mejor que nos puede pasar es que el país esté en plena producción.

APOYO

-¿Existe apoyo del gobierno provincial al sector?

-No sé si tiene las herramientas. Da la sensación de que el Estado nacional usa la recaudación de forma tal que al gobernante provincial no se le permite moverse con autonomía.

-En Neuquén existe Hidenesa y, a pesar de ello, se creó otra empresa estatal de hidrocarburos. ¿Contribuye en algo a aumentar la producción?

-El sector privado va a invertir para generar recursos siempre que la ecuación le sea conveniente. Lo preocupante de volver al Estado empresario es que necesariamente esa empresa se transforma en una empresa social y lo más probable es que volvamos a caer en las viejas recetas de una YPF grande, que generaba buenas fuentes de trabajo pero no era lo rentable que tiene que ser una empresa. Va a mantener un plantel de empleados pero no va a ser rentable.

-Y alguien debe pagar las pérdidas, ¿no?

-Claro, las paga el pueblo, con los impuestos. Con la empresa privada el riesgo lo corre el empresario y el Estado recauda impuestos en función a la inversión de riesgo del privado. Acá lo que se está viendo son controles e intervenciones en la utilidad del inversor, lo que pone en riesgo la rentabilidad del negocio.

-¿Cómo ve el desarrollo petrolero de Río Negro?

-Se está explorando y se están encontrando nuevas reservas; es muy bueno y lleva a nuevos contratos petroleros, a que nuevas empresas quieran invertir.

-¿Qué limitaciones enfrentan las empresas de servicios petroleros?

-Una de las restricciones al crecimiento se vincula con los recursos humanos. Nos cuesta encontrar gente con formación técnica y actitud de servicio. En nuestro caso, se está trabajando con psicólogos laborales, cursos de trabajo en equipo, liderazgo... el factor humano es fundamental.

-¿Qué condiciones importantes se deben dar para el desarrollo del sector?

-Si las productoras logran contar con contextos adecuados y reglas de juego claras, donde no afecte tanto la carga impositiva, que producir y exportar sea rentable... a partir de allí se van a empezar a abrir muchas puertas para distintas actividades y un crecimiento sostenido.

-El actual clima de negocios no es el ideal?

-Es muy difícil que en un mercado controlado como se pretende las empresas multinacionales con poder económico y técnico vean esto como un muy buen negocio. Si las condiciones no son las adecuadas, invierten en otro lado, y somos los argentinos los que tenemos que generar el clima adecuado para la inversión.

Carlos Bandieri tiene 49 años y es técnico electromecánico; se formó en Gas del Estado, donde trabajó durante seis años. Al desvincularse del ente estatal creó, junto a tres socios, Protección Catódica del Comahue.

Como experiencia de gestión, considera que los sistemas integrados, tanto de calidad y seguridad como de medio ambiente, ayudan a las empresas a lograr un crecimiento más ordenado.

A nivel de deseo personal, aspira a que las generaciones venideras se encuentren con un país ordenado en el que se pueda producir en paz.

Su cable a tierra son la pesca y las actividades al aire libre en general.

Está divorciado y tiene 2 hijos.