Mientras los precios del petróleo siguen aumentando y generando ganancias astronómicas a las grandes compañías petrolíferas, uno se pregunta adónde va a parar todo ese dinero. Las empresas aseguran que están buscando formas de contener el alza de los precios, pero lo que invierten en exploraciones es nada comparado con lo que dedican a la compra de acciones y al pago de dividendos. Son buenas noticias para los accionistas, pero no para los automovilistas, que tienen que tomar medidas extremas debido a los altos precios de los combustibles.
Las cinco compañías más grandes del mundo emplearon el 55% del dinero que recibieron en la readquisición de acciones y en el pago de dividendos el 2007. El año previo habían usado el 30% con esos fines y en 1993 apenas el 1%, según el Instituto de Políticas Públicas James A. Baker III de la Universidad Rice. A la búsqueda de nuevos depósitos le dedican aproximadamente el 5%, porcentaje que se ha mantenido estable por años.
Los precios del petróleo son fijados por el mercado, no por la industria petrolífera. Pero ello no impide que haya un gran malestar con las ganancias que obtienen las compañías. En los tres primeros meses de este año, Exxon Mobil, la firma petrolera privada más grande del mundo, gastó 8.800 millones de dólares en la compra de acciones y 5.500 millones en exploraciones y otros proyectos. ConocoPhillips informó a los inversionistas que entre abril y junio adquirió acciones por valor de 2.500 millones de dólares, nueve veces lo que invirtió en exploraciones.
La readquisición de acciones resulta una práctica común en Estados Unidos. Es un método que permite reducir la cantidad de acciones disponibles en el mercado, lo que aumenta su valor y le da al accionista una mayor participación en la compañía.
"Si uno no gasta dinero en la búsqueda y el desarrollo de nuevos yacimientos, no va a haber nuevos campos'', expresó Amy Myers Jaffe, experta de la Universidad Rice. Empresas privadas como Exxon Mobil y Chevron tienen menos del 10% de las reservas mundiales de petróleo y gas, mucho menos que en el pasado.
JOHN PORRETO HOUSTON
AP