Durante el año pasado Camuzzi Gas del Sur, la prestadora de la Patagonia, incrementó en un 13% sus entregas de gas. Es una proporción superior a la media nacional -que fue del 6,3%- y va más allá del crecimiento vegetativo del consumo, porque en el 2007 la empresa tuvo sólo un 3,3% más de clientes.
La noticia sería buena si no fuera porque el gas es el combustible más escaso del país.
Para colmo, en el primer trimestre de este año, que son meses de muy bajo consumo, la demanda ya creció un 4,6% en el sur del país y un 6,64% en todo el territorio.
La información, proveniente de las estadísticas del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), no discrimina por provincias pero sí entre tipos de usuarios.
Así, puede observarse que el mayor incremento en la demanda -un 15,6%- se dio en las entregas que Camuzzi hace por cuenta de terceros, que son todos aquellos que ahora están obligados a contratar el abastecimiento directamente con los productores. El ejemplo más conocido de este esquema es el del GNC, que hasta hace dos años pasaba por las distribuidoras.
Los hogares de las provincias de Río Negro, Neuquén, Chubut, sur de La Pampa, Santa Cruz y Tierra del Fuego consumieron el año pasado 1.820 millones de metros cúbicos de gas contra los 1.612 millones del 2006, lo que representa un incremento del 12,9%.
Pero en el inicio de este año la tendencia no se mantuvo porque, en comparación con el mismo período del 2007, en el primer bimestre del 2008 hubo una caída en la demanda del 11,2%.
En la Patagonia hay sólo
461.000 hogares atendidos con provisión de gas natural por red y en todo el país los clientes residenciales suman 6.700.000.
Los comercios de la amplia región sur del país también incrementaron el año pasado su demanda, aunque en niveles inferiores a los hogares: en torno del 6,4%. Y este año también registraron una caída en el consumo (del 8,4%).
Además del GNC para los autos, los que compran a terceros a través de la red de Camuzzi son los grandes usuarios industriales. En la región no son muchos: jugueras, disecadoras de fruta y cerámicas, esencialmente. Todo ellos consumieron el año pasado un 15,6% más que en el 2006 y, entre enero y febrero pasados, un 10,7% por encima del 2007.
Hace años que la Argentina perdió el autoabastecimiento gasífero que había alcanzado cuando YPF descubrió Loma de la Lata. Hay cierto potencial, como la posibilidad de inyectar la producción de la isla de Tierra del Fuego al gasoducto San Martín y la búsqueda de reservorios en arenas compactas (gas tight sand), pero son siempre alternativas a largo plazo que precisan una mejor remuneración.
La importación desde Bolivia tampoco es confiable porque con el actual nivel de inversiones en ese país no hay abastecimiento suficiente para Brasil y la Argentina. El gobierno habla de comprar el caro gas natural licuado (GNL), que entraría al país a través de una planta de regasificación ubicada sobre una barcaza.
El 6,64% de incremento que tuvo la demanda en todo el país en el primer semestre del año no es, como se ve, precisamente un buen dato.