El creciente recurso de materias primas alimentarias para la producción de biocombustibles pone en peligro el abastecimiento de alimentos para la población del mundo, advirtió el director del primer grupo agroalimentario mundial, Nestlé, Peter Brabeck.
"Si se quiere cubrir el 20% de la necesidad creciente de productos petroleros con biocarburantes, como está previsto, no habrá nada que comer", declaró el presidente del gigante alimenticio suizo.
"Otorgar enormes subvenciones para producirlos es inaceptable moralmente e irresponsable", afirmó el dirigente de Nestlé.
Estimó que millones de toneladas de maíz dedicadas a biocarburantes son toneladas de maíz menos para el sector alimentario.
El fenómeno de los biocarburantes ha hecho subir los precios del maíz, la soja y el trigo, las tierras cultivables son escasas y el agua también está amenazada, declaró Brabeck, antes de subrayar que para producir un litro de bioetanol se necesitan 4.000 litros de agua.
Desde el punto de vista de la industria energética, los biocombustibles son una sustitución de prestación acotada. Como sostiene Oscar Vicente (ver página 6) no es posible reemplazar el petróleo en cuestiones indispensables de la industria, como la petroquímica.