"Era un tipo que en su departamento de Buenos Aires tenía un desorden total. No tenía nada y siempre andaba con la misma campera. Una vez un chofer le comenta admirado a un ingeniero que Sureda se ocupaba de la empresa como si fuera suya. Entonces el gerente le contesta con una sonrisa: mucho más porque a las cosas suyas no las atiende para nada".

De quien hablan Enrique Landi y Rafael Di Serio es de Carlos Mario Sureda, el representante de la Secretaría de Energía en Hidronor que tomó la decisión de que la empresa se radicara en Cipolletti.

¿Por qué? "Entre otras cosas porque era de Río Gallegos. Cuando le preguntaban, siempre decía primero que era patagónico y después ingeniero o el cargo que tuviera", recordaron.

Hay muchas anécdotas y sobre todo una que marca su honestidad. Relata Landi: "Cuando se iban a colocar las turbinas de Planicie Banderita, lo más lógico era que se las compráramos al proveedor que había hecho las turbinas para El Chocón. Después de acordar el precio los negociadores le pidieron el número de su cuenta para darle una comisión.

"Ah les dijo Sureda, hay una bonificación del 3% para Hidronor.

"No, ingeniero le contestaron es para usted. Para Hidronor no lo podemos hacer.

"Bueno, entonces voy a llamar a licitación les respondió. Finalmente consiguió la bonificación".

Ambos recuerdan que "murió pobre como vivió toda la vida" porque, si bien "no era un gran ingeniero", tenía "una honradez y una dedicación total".

También se ocupaba de todo. Desde por qué habían comprado ese clip hasta de las obras grandes. "Una vez estábamos discutiendo una compra de cerca de 10 millones de dólares y de repente me dijo: 'Espere, espere'. Y se puso a llamar por teléfono para preguntar de quién era la camioneta 220 que ese sábado estaba pasando frente a las oficinas de la empresa. Lo mismo hacía si veía un vehículo de Hidronor fuera del horario de trabajo en lugares no habituales", recordó Landi.

¿Cómo vivieron la etapa de caída "los viejos" empleados? "Supongo que igual que los de Agua y Energía. Todo se hace así en la Argentina. Se entusiasman en un momento, hay una decisión política, se buscan los mejores profesionales y después se olvidan". (AC)