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Sábado 24 de Noviembre de 2007
 
 
 
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  La memoria de los ex empleados de Hidronor
Acaban de realizar en Villa El Chocón su segundo encuentro anual. Y ya están pensando en reeditarlo en el 2008, con una mayor convocatoria. A casi 40 años, un ingeniero de los inicios evoca los tiempos de esplendor.
 
 

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Hidronor marcó en la región un antes y un después. Las obras que emprendió solucionaron el problema de las crecidas de los ríos Neuquén, Limay y Negro y las presas que construyó aportan, aún hoy, un volumen de energía al sistema interconectado nacional que es indispensable.

Significó también el florecimiento económico de Cipolletti cuando se decidió su instalación en la ciudad y mucho más que esto para quienes trabajaron en la empresa estatal privatizada en 1993 durante el gobierno de Carlos Menem.

Precisamente un grupo de ex empleados de la empresa ya desaparecida hicieron este mes un segundo encuentro en Villa El Chocón para evocar los años de oro de Hidronor.

Enrique Adrián Landi tiene en su haber parte de la historia. Fue el primer ingeniero elegido por concurso a poco de haberse creado la firma, a fines de los 60. Fue también uno de los primeros ingenieros que llegó a trabajar en tareas ejecutivas a El Chocón-Cerros Colorados cuando se iniciaba su construcción.

"En ese tiempo había muy poco trabajo para los ingenieros hidráulicos, tal es así que cuando me recibí en la UBA de los 600 ingenieros que obtuvieron su diploma sólo seis habíamos seguido hidráulica", comienza el relato en una mesa de café que sirvió de excusa al recuerdo.

Landi estaba en Jujuy trabajando en una compañía minera cuando leyó un aviso en el que pedían un ingeniero de su especialidad. El anuncio le provocó una "gran emoción" aunque recuerda que el contacto desde la Puna con Buenos Aires era "dificilísimo". Pero no se echó atrás. "A través de mi hermano y un radioaficionado finalmente logramos concretar la entrevista, que fue en la sede de SEGBA".

Eran sesenta postulantes. "Fue muy interesante, era gobierno militar y entre las cosas que preguntaban una era a qué personas del siglo XX admirábamos más. Me acuerdo que Orengo (el otro ingeniero que entró con él) contestó Juan XXIII y Fidel Castro e igual lo tomaron. Creo que en ese momento lo que se buscaba era que fueran buenos en el trabajo", relató.

Entró a Hidronor en agosto de 1968 y a las pocas semanas ya estaba en la zona donde se iba a construir Portezuelo Grande. Después debió viajar a Londres porque se iniciaría la licitación de esta obra y un año más tarde regresó a Cerros Colorados como segundo jefe de obra y del sector de hormigonado.

"Nunca se habló mucho de Portezuelo Grande pero el avance de esta obra era fundamental porque iba a permitir el desvío hacia las cuencas y regular el paso de agua río abajo del Neuquén hasta El Chañar. Ademas, era una obra chica y no estaba en el camino. En cambio, El Chocón estaba en un punto ideal para mostrarlo, no por nada le pusieron de eslogan 'la obra del siglo'. Era la vidriera de lo que el gobierno quería hacer", recordó Landi.

Las anécdotas se sucedieron. Los recuerdos aparecieron uno tras otro a medida que avanzaba la conversación. Dejaban translucir "la mística" que impregnó a los que pertenecían a una empresa que en sus primeros años fue "modelo" de gestión y eficiencia.

BENEFICIOS

 

"Trabajar en Hidronor significaba ganar bien, poder hacer ingeniería con absoluta libertad y trabajar muchísimo. Pero lo hacíamos con gusto porque veíamos que estábamos haciendo algo. Estábamos unidos por un objetivo que era el trabajo. Te podías ocupar nada más que de eso porque el resto lo tenías de alguna manera solucionado", revalorizó Landi.

Obviamente muchos de los que estuvieron en las obras también pasaron dificultades y debieron "aguantar" decisiones políticas con las que no estaban de acuerdo.

Landi lo relata de esta manera: "En Cerros Colorados no teníamos agua caliente. El primer año estuve viajando una o dos veces por semana a Neuquén para bañarme. Portezuelo Grande tuvo sus épocas duras y difíciles porque el contratista no era de los mejores pero se lo eligió por una decisión política".

Recordó que en ese momento Argentina tenía una balanza comercial muy favorable con España y que este país quería entrar en el mercado argentino.

"Por orden de la Cancillería debimos incluir a esa empresa y la decisión nos trajo serias dificultades. Me acuerdo de que hacían los encofrados de madera y el capataz que estaba a cargo de la carpintería llegaba a sudar sangre tratando de darles una tolerancia máxima de dos milímetros. En cambio en El Chocón todos los encofrados eran metálicos", contó.

Para este ingeniero de gran memoria la caída de Hidronor comenzó en 1983, "cuando se comenzó a nombrar gente que no estaba capacitada" y que "hizo desastres porque no servía para ese trabajo". (AC)

 

MARÍA LUJÁN VENIER

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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