La Compañía General de Combustibles (CGC) está a un paso de quedarse con la concesión del área rionegrina Angostura para explorarla en busca de hidrocarburos. Su gerente general, Diego Garzón Duarte, asegura en esta entrevista que dedicará la mitad de los recursos de la empresa al desarrollo de este yacimiento.
Endulzó los oídos de los funcionarios de la Dirección de Hidrocarburos de la provincia con la opinión de que el proceso de licitación del plan exploratorio es de manual y, por ello, cristalino.
Garzón Duarte realza la participación de las empresas pequeñas y medianas, como CGC, en las áreas que las grandes compañías van descartando por poco atractivas.
La empresa está en convocatoria de acreedores por los problemas del accionista que hasta hace unos años controlaba la petrolera, pero con la llegada de un fondo de inversión nacional las cosas parecen haber cambiado.
–¿Cómo definiría la empresa?
–Esta es una compañía que tiene 87 años, debe haber muy pocas petroleras de la edad de CGC. Hemos tenido nuestros vaivenes. Tuvimos una situación complicada por el accionista que controlaba la empresa, que era Comercial del Plata, que entró en convocatoria de acreedores en 2000. A partir de 2003 salimos del concurso en una situación, diría, bastante provechosa porque el acuerdo dejó finalmente a CGC sin deuda y con una generación de caja importante. Nuestro accionista controlante es ahora un fondo de inversión, Southern Cross, que maneja inversiones por más de 2.000 millones de dólares en Latinoamérica, con base en Argentina y Chile.
–¿Es un fondo creado aquí?
–Sí, es un fondo creado acá, en Argentina, que ha sido muy activo a partir de la compra de CGC. Tiene una planta de generación eléctrica en Chile, una participación en Gas Atacama, en Chile. Y CGC es la compañía con la que decidió meterse en el negocio de la producción de petróleo. Cuando ellos entran a la compañía buscan definir un modelo de negocio, de petrolera independiente. En Argentina la realidad es que las petroleras, fuera de YPF y las “mejors”, nacieron como compañías de servicios y por cuestiones de oportunidades se fueron adaptando y hoy se muestran como petroleras. En Estados Unidos y Canadá hay 4.500 “independents oil & gas company” que manejan el 45% de las reservas y la producción, parecidas a CGC, que nacieron como tales. Nosotros redefinimos nuestra estrategia con ese espíritu. Y si me dijera: “Pero ustedes son iguales que otras compañías petroleras”, contestaría que la diferencia es que somos argentinos. Basamos nuestra estrategia en crecer como petrolera independiente, bajo este modelo.
–Acá tendemos a la concentración en grandes empresas.
–Pero la clave de estas compañías no es que somos más inteligentes que las grandes, diría que todo lo contrario. La única gran diferencia es que las compañías como CGC están a la altura de los proyectos parecidos al proyecto de Angostura. En términos petroleros hoy, por ejemplo, las exploraciones en el norte de Africa son proyectos multimillonarios, como los del Golfo de México. Y las empresas como CGC están hechas para los proyectos de inversión como Angostura, que es una exploración de 40.000.000 de dólares, que son más acordes al nivel y el tamaño. No somos más vivos ni conocemos más que las petroleras grandes, la diferencia es que para nosotros Angostura va a ser clave. Diría que voy a tener más del 50% de la compañía pensando en sacar petróleo de Angostura. Esa es la diferencia con una “major”. Otra cosa importante es que la decisión la vamos a tomar en Buenos Aires; estamos esperando la firma de la adjudicación para tomar presencia activa en Río Negro.
–Hay muchas empresas “junior” que se han quedado con áreas provinciales y han quebrado en el camino. ¿Por qué ahora hay tanto interés en el plan de exploración rionegrino?
–Creo que estamos frente a un escenario mundial de falta de energía y de necesidad de nuevos yacimientos en cualquier región. Y es cierto lo que dice. Pero la provincia de Río Negro ha sido sumamente prolija y la verdad es que estoy muy orgulloso que mi compañía haya ganado en un proceso de una pulcritud interesante. No digo que en otras provincias no haya sido así, pero las cosas se hicieron con el manual: primero se calificó a las empresas y se dijo: “Mire, señor, usted está calificado para hacer lo que propone o no”. Nosotros calificamos con 85 puntos sobre 100 y a partir de ahí se abrieron los sobres económicos. Por el tamaño de compañía creemos que podemos tener muy buen diálogo con la provincia porque las autoridades de Río Negro van a querer hablar con los que toman las decisiones y las decisiones se toman acá, en Buenos Aires.
–Pero por más de manual que haya sido el proceso, hay un interés en el negocio. ¿Qué les atrae de Río Negro?, ¿la geología?
–Dicen que los médicos y los geólogos se parecen porque sus errores siempre quedan bajo tierra. La verdad es que todas las regiones tienen sus particularidades y Río Negro está en la Cuenca Neuquina. Hay mucha información y la industria petrolera fue avanzando sobre la base de analogías; los primeros descubrimientos sí fueron precursores porque fueron a prueba y error, pero cuando las cuencas ya están más identificadas hay que hacer un trabajo más fino y ahí es donde rescato el trabajo de las petroleras independientes.
Nosotros tenemos dos grandes experiencias: una es en Onado, en Venezuela, que es un área en tierra, con pozos a 6.000 metros de profundidad, que CGC la recibió sin producción y llegó a estar e 7.000 barriles y hoy está en 5.000, y ése fue un éxito desde el punto de vista operativo. Lo que pasa es que lo tenía PDVSA y al lado descubrió un yacimiento que producía medio millón de barriles y es lógico que se focalice en el yacimiento más grande. La clave de las petroleras independientes está por el lado del foco en los activos que tenemos. Angostura va a ser un activo muy importante. Creo que vamos a aplicar lo mejor que hay en tecnología.
–¿Cuál es el activo más importante que tiene la empresa en esta momento?
–En Argentina tenemos una presencia muy fuerte en Santa Cruz. Es un área que se llama Santa Cruz I, tiene varios yacimientos. La opera Petrobras, nosotros tenemos 21%. Y también un área que se llama Campamento Martillo, del que tenemos el 50%. Y éste es el segundo caso del que quería hablar porque fue el último gran descubrimiento que se hizo en Argentina, de 2002. Esa área la tenía en su momento Pérez Companc; no quería explorar o en el ranking de sus proyectos no era prioridad. Nosotros invertimos cerca 20.000.000 de dólares. El concepto fue operar la exploración y después del descubrimiento que lo opere el continuador de Pérez Companc, que es Petrobras. Después tenemos activos en el Norte, que no operamos.
–Desde el momento en que el gobierno les adjudique el área, ¿cuánto pasará hasta que comiencen a perforar?
–Tenemos un plan bastante intensivo, por eso fue la mejor oferta, que consiste en hacer sísmica 3D en 400 kilómetros cuadrados y 24 pozos. Inmediatamente a la toma del área, la idea es empezar los procesos, como obtener los permisos ambientales para poder perforar o para ejecutar una sísmica.
–¿Pero tienen equipos disponibles?
–Estamos en conversaciones con varios, pero no podemos comprometer nada hasta que no tengamos firmado el contrato porque usted sabe que esto tiene un costo grande. Puedo comprometer un equipo pero tengo que saber bien exactamente cuándo puedo empezar a perforar. De todos modos, somos muy activos y siempre vamos conversando con los operadores de los equipos, que es un sector, como las petroleras, tiene sus grandes empresas y otras pequeñas que a veces dan un mejor servicio. El otro caso emblemático que tenemos es Laguna de los Capones, en Santa Cruz, que vale como ejemplo para Angostura: un área marginal que estaba subexplotada. Nosotros la empezamos a analizar el 15 de diciembre de 2005, firmamos la compra el 1 de febrero de 2006, terminamos de ejecutar la sísmica 3D en setiembre de 2006 y hoy tenemos unos 20 prospectos para perforar; el área pasó de 1 metros cúbico diario de producción a 25 y estamos terminando de definir cómo va a ser este plan de explotación. Nuestra intención es movernos con la misma actividad en Angostura.
–¿Por qué la empresa no tiene presencia en Neuquén?
–Nosotros participamos activamente en todas las licitaciones de la Cuenca Neuquina. Neuquén no empezó o no lo hizo de manera diferencial, pero también hay que reconocer que tiene mucha operación petrolera.
–Pero no hay reposición de reservas en la provincia.
–Hay que tener en cuenta que las reservas son estimaciones que se saben a ciencia cierta cuando los yacimientos se agotan, antes son aproximaciones a la realidad y por lo general se equivocan de manera conservadora. No entramos en la provincia de Neuquén porque no se nos dio la oportunidad, pero estamos muy activos.
–El gobernador que asumirá el 10 de diciembre en Neuquén, Jorge Sapag, que su apuesta es a las empresas que no son grandes y a las locales, con la intención de que las empresas de servicios entren en el negocio. Puede ser un buen período para empresas como CGC.
–Estoy totalmente de acuerdo.
–¿Tuvieron algún contacto con el próximo gobierno?
–No, no. Las empresas como la nuestra tienen un perfil muy bajo desde el punto de vista político. Nos abocamos mucho a trabajar más en lo técnico. En Santa Cruz tenemos mucha relación con los entes concedentes, que es a quien nos debemos. Ponemos gente con capacidad, que tiene autonomía porque los hacemos responsables por los resultados y no puedo exigir si no lo doy los recursos. Le hemos dado mucha importancia a la descentralización: en Venezuela tenemos una oficina con casi 75 personas; sólo dos son expatriados. Hay que tener en cuenta que ver las cosas a la distancia no es lo mismo que estar en el lugar. Hay que estar, entender las problemáticas de cada lugar. A veces se subestima por falta de información.
Empresa en recuperación El concurso de acreedores no finalizó para CGC aunque el proceso se lleva adelante con ajustada corrección, según confirmaron fuentes del gobierno rionegrino.
La empresa tiene 87 años y su historia, dicen, “está estrechamente asociada al desarrollo de la república Argentina, por haber aportado en sus orígenes al aprovisionamiento de energía a los sectores productores y, más tarde, a la evolución de la industria petrolera y gasífera nacional, en la que se convirtió en un protagonista de primera magnitud”.
Hay pocas petroleras tan antiguas como éste, aunque, claro, los accionistas fueron variando con los años. CGC en sus inicios “se dedicó al transporte naviero, y a la importación y comercialización de combustibles y lubricantes especialmente destinados a las usinas generadoras de energía, en tiempos en los que la producción local era absolutamente insuficiente para abastecer a la demanda”.
La reseña de la empresa sostiene que en “los años 50 la compañía comenzó a diversificar sus actividades mediante una estrategia comercial basada en la oferta de productos y servicios con alto valor agregado, que eran demandados por sectores dinámicos de la sociedad. Así, se convirtió en uno de los pioneros en el fraccionamiento y comercialización de gas licuado para uso domiciliario, aportando de esa manera al desarrollo de poblaciones en zonas muy alejadas de los principales centros urbanos, de producción y consumo del país”.
En la Argentina tuvo también importantes participaciones en las refinerías DAPSA, Parafina del Plata y San Lorenzo.