Una buena noticia: se recuperaron durante el año pasado parte de las reservas de petróleo y gas perdidas en los últimos años.
Una mala noticia: las reservas del crudo más liviano y mejor cotizado del país, el que se produce en la Cuenca Neuquina, siguen en picada.
Una buena y una mala: la política energética provincial hizo crecer las reservas de Río Negro, mientras que las de Neuquén bajan.
La recuperación de las reservas de gas es más modesta, de sólo el 1,6% contra el 17,8% que se registró en el sector del petróleo.
En el caso de Neuquén, el resultado sigue siendo negativo porque los recursos probados de su subsuelo en materia gasífera cayeron un 2%.
Si tenemos en cuenta que Neuquén tiene el 41% de las reservas de gas del país, esta información es aún más preocupante
 Uno sólo de sus yacimientos, el de Loma de la Lata, descubierto en la década del 80, concentra el 15% de los recursos calculados disponibles en el futuro.
Pero también en Loma de la Lata, que hasta hace unos años era sostén de la matriz energética argentina, las reservas cayeron y cómo: los 124.033 millones de metros cúbicos computados en 2004 pasaron en doce meses a ser 74.944 millones, una caída del 40% justo cuando estaban ejecutándose las inversiones comprometidas en el área a cambio de la prórroga anticipada de la concesión.
Pero ni siquiera esas inversiones lograron parar la caída en Loma de la Lata ya que en 2006, según la Secretaría de Energía de la Nación, las reservas del gigante del gas bajaron a 65.037 millones de metros cúbicos, un 13% menos que en el año anterior y un 48% por debajo de 2004.
Como se ve en 48 meses el principal yacimiento de gas del país perdió la mitad de sus reservas.
Los datos de la Secretaría de Energía de la Nación corresponden al cálculo de las reservas probadas de petróleo y gas considerándolas hasta el fin de la vida útil de los yacimientos, no el fin de la concesión.
No incluyó la cartera energética los datos sobre el horizonte de reservas, es decir los años que tardaría en ser consumidos esos recursos al nivel de extracción actual.
Se asume en la industria como cierto que el horizonte de reservas es de unos 10 años para el petróleo y de un par menos para el gas, pero ese plazo depende de tantas variables en pleno movimiento que no hay certezas de su determinación.

DE QUE HABLAMOS

¿Qué son reservas de petróleo o de gas?
Escuchemos a Rubén Caligari, vicepresidente de la Sociedad de Ingenieros en Petróleo de Argentina y directivo de Petrobras, que viene de dar un curso para el IAPG en Neuquén: “Se llama reservas a las cantidades de hidrocarburos que, con razonable certeza, se estima recuperar en el futuro de reservorios conocidos y en las actuales condiciones económicas”.
Sigamos: “Son volúmenes que están en el reservorio al momento del cálculo y no deben confundirse con la producción ya obtenida. Por eso, en la definición de reservas está presente el concepto de incertidumbre y –aún con los mismos datos– cada analista puede llegar a resultados diferentes”.
Las reglas para calcularlas las pone la Secretaría de Energía, de manera de unificar todos los yacimientos, las áreas y las cuencas del país.
Los números de la recuperación no significan de todos modos que pueda hablarse de un cambio en la realidad energética argentina porque hay que ver si esa curva ascendente se mantiene este año.
La caída en las reservas fueron tan grandes desde finales de la década anterior que no basta con un año de crecimiento para hablar de reposición.
Los más ortodoxos sostienen que mientras el gobierno no envíe señales claras de mejora de precios para el sector (aumento de los internos y eliminación de los impuestos que gravan las exportaciones) no mejorarán las inversiones en procura de nuevos reservorios de hidrocarburos en nuestro país.

Repunte en Río Negro

Tal vez porque tiene el borde de la cuenca y sabe que en su subsuelo no encontrará un gran yacimiento, Río Negro se conforma con sostener y mejorar un poco su modesta producción de petróleo y gas.
El objetivo de Neuquén, está claro, es otro porque, a pesar de que sus reservas caen, el volumen es enorme y los precios no paran de crecer.
Visto de otro modo, también podría asegurarse que Neuquén, si tuviera mayores recursos de gas de los conocidos hasta ahora, bien podría preferir quemarlos cuando los precios suban y no ahora (a esta altura nadie duda de que las tarifas crecerán después de octubre).
La provincia de Río Negro tiene ahora el 5,4% de las reservas de petróleo del país y el 1,22 de las de gas.
Enfrente, a sólo unos pocos kilómetros, debajo de la tierra neuquina queda el 41% de las reservas de gas y el 15% de las de petróleo.

LA ESTRELLA

La estrella del firmamento petrolero de Río Negro es el área Entre Lomas, operada por una empresa que se llama igual, cuyos yacimientos son compartidos con Neuquén.
Las reservas probadas de este yacimiento correspondientes a Río Negro son de 7.315.000 de metros cúbicos de crudo y 2.814 millones de gas, siempre según la secretaría de Energía de la Nación.
Los descubrimientos que la canadiense Petrolífera realizó en el norte rionegrino permitieron que las reservas del área Rinconada-Puesto Morales llegara a los 1.673.000 metros cúbicos de petróleo.
De todos modos, sigue en segundo lugar en el ranking provincial la porción rionegrina de Señal Picada (concesionada a YPF), que guardaba, al 31 de diciembre pasado, 4.542 metros cúbicos de petróleo.
Los tesoros de Neuquén en materia de hidrocarburos tienen dos secciones bien definidas: en materia gasífera, tras los 65.000 millones de metros cúbicos de Loma de la Lata (YPF), se ubica Aguada Pichana (en manos de la francesa Total), que tiene reservas por 30.121 millones, y San Roque (también de Total) con 24.700 millones.
En petróleo, YPF maneja en Chihuido de la Sierra Negra más de 10.000.000 de metros cúbicos de reservas, Chevron tiene 17.899.000 en El Trapial y Petrobras, 10.800.000 en Puesto Hernández.

¿Un optimista?

El ex conductor de Pérez Companc, Oscar Vicente, habló del tema en una reciente conferencia que ofreció en el microcine de Acipan, en la ciudad de Neuquén. “Estamos en buenas condiciones para reactivar el sector, ya que la infraestructura operacional está intacta, aunque ha llegado al límite de su capacidad instalada y necesita ampliarse”, dijo en la oportunidad
“La República Argentina presenta una geología de petróleo y gas de reducido interés para los inversores internacionales y ello resulta más evidente en las áreas de alto y muy alto riesgo, carentes de infraestructura, o en el amplio mar Argentino o en profundidades cada vez mayores, que se encuentran inexploradas”, sostuvo.
Recordó en la oportunidad que “desde hace varios años no se han producido descubrimientos importantes para revertir esa tendencia y se redujo la actividad exploratoria, entre otras razones, por la grave crisis que ha padecido la Argentina, en un escenario complicado por los elevados costos financieros empujados por el riesgo-país”.
“Estas circunstancias –continuó– desalentaron a las empresas petroleras para encarar las importantes inversiones que se requieren para la exploración en niveles más profundos o en áreas de frontera o de alto riesgo”.
De todos modos, reiteró que “existe un potencial exploratorio, de alto y muy alto riesgo, que incluye en gran parte el mar Argentino”.