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Sábado 31 de Marzo de 2007
 
 
 
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  San Lázaro le regaló petróleo a Cuba

En la isla algunos creen que los guió hasta un yacimiento. En diciembre se encontró crudo cerca de La Habana. Esperan llegar a producir allí 20.000 barriles diarios.

 
 

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San Lázaro, dios que protege contra las enfermedades de la piel y el sida, guió a los cubanos un 17 de diciembre su día hasta este punto situado 39 kilómetros al este de La Habana, hace más de dos años, y les mostró que bajo las aguas estaba el petróleo que tanto necesitaban. Así piensan los muchos seguidores de Babalú Aye, el también orishá (dios) de la santería cubana. Pero otros, más crédulos en sus conocimientos y aparatos científicos, dicen que ese día descubrieron este yacimiento, el más joven y de petróleo menos denso (18 grados api) de la franja de crudos pesados del norte de Cuba.

A pocos centenares de metros de la costa, el ingeniero Luis Saborit dirige las operaciones de la brigada que tiene 90 días para perforar uno de los ocho pozos de este yacimiento, todavía en inicios, con unos 5.600 barriles diarios.

"Cuando estén terminados todos los trabajos, la producción del yacimiento podrá llegar a 20.000 barriles diarios", dice bajo su casco protector y enfundado en su overol azul.

Una bandera china flota al aire en las cercanías. Se trata del equipo de excavación vertical, inclinada u horizontal que es arrendado a una compañía de ese país, pero las operaciones del yacimiento la comparten Cuba Petróleos (Cupet) y Peberco, de Canadá.

En tierra y aguas someras, Cupet se asoció con compañías de Canadá (también Sherrit) y China.

En las aguas profundas del golfo de México los asociados son de España, India, Suecia, Canadá y Malasia. Se negocia con Venezuela y, según rumores, con Vietnam y Brasil.

Saborit explica que la excavación del pozo actual es de unos 4.300 metros. "Como promedio, en todos los pozos habrá que adentrarse tres kilómetros en el mar", dice.

La franja de crudos pesado del norte occidental de Cuba se extiende desde Tarará, en las afueras de La Habana, hasta poco después del famoso balneario de Varadero.

En ella hay varios campos: Santa Cruz, Boca de Jaruco, Yumurí, Puerto Escondido y Varadero. A lo largo de la Vía Blanca, la carretera de 100 kilómetros que separa La Habana de la ciudad de Matanzas, el viajero comienza a divisar torres, excavadoras, tanques, tuberías y camiones cisternas, el modesto mundo cubano del petróleo.

De ahí sale un crudo denso, con alrededor de 6% de azufre, pero que los petroleros cubanos quieren con el amor que se le dispensa al hijo feo pero bueno.

"Ese fue el que nos salvó de los apagones en los 90, por ése fue que no nos paralizamos", dice un viejo especialista cuya vida ha transcurrido entre estos campos. Durante los años de alianza con la Unión Soviética, Cuba recibía 12 millones de toneladas de petróleo, a precios preferenciales.

Cuando desapareció el bloque comunista, la isla se sumió en la crisis, con una industria basada en siete grandes termoeléctricas, altas consumidoras de petróleo.

Encontrar el crudo pesado y adaptar las termoeléctricas a consumirlo fue obra de años y dinero, que tuvieron que aportar socios extranjeros.

A unos 200 metros de la torre donde Saborit y sus obreros excavan, se alza una de las siete "bestias" generadoras, la termoeléctrica de Santa Cruz, primero vencida por el crudo pesado reformado y ahora amenazada con desaparecer bajo la denominada "revolución energética" que prevé su sustitución por baterías de grupos electrógenos.

Pero se niega a morir. Dos de sus unidades fueron preparadas para utilizar gas como combustible alternativo en sus calderas hasta 660.000 metros cúbicos diarios, proyecto que quedará concluido a fines del 2008.

 

CARLOS BATISTA

AFP

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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