Con menor intensidad que en Neuquén, podría decirse que en proporción al tamaño de su producción y sus reservas, en Río Negro la prórroga de las concesiones petroleras ya está en debate y, de a poco, se cuela en la campaña electoral hacia las elecciones de mayo.

¿Puede Miguel Saiz decidir antes de que termine su mandato, el 10 de diciembre que viene, la extensión de los contratos otorgados la década pasada por el gobierno nacional? Para el principal contrincante en su carrera hacia la reelección, Miguel Pichetto, no.

Para dos funcionarios del gobierno provincial la pregunta es de todos modos equivocada, porque debería formularse así: ¿pretende Saiz avanzar este año en la prórroga de las concesiones petroleras? Y la respuesta es que no, aunque la oposición no lo crea.

El área de Hidrocarburos del gobierno provincial hizo foco en el 2006 y en lo que va del 2007 en la licitación de las áreas revertidas por la Nación a favor de Río Negro. En este punto no hay reproches de la oposición, no al menos de los integrantes del Frente para la Victoria de Pichetto y Julio Arriaga.

Sobre el territorio oeste de Río Negro se extiende una parte de la zona fronteriza de la cuenca Neuquina, la mayor productora de gas y la generadora del petróleo de calidad más atractiva.

No es determinante para la economía provincial pero la renta petrolera es importantísima en la provincia. Se estima que en el 2007 el Estado financiará alrededor del 11% de sus gastos corrientes y de capital con las regalías de petróleo y gas.

Según la información que se maneja en el Ministerio de Hacienda rionegrino, este año la provincia recibirá unos 240 millones de pesos por este concepto.

El gasto corriente total más las erogaciones de capital obra pública, esencialmente equivaldrá este año a unos 2.200 millones de pesos.

En Río Negro se produce alrededor del 6% de todo el crudo que se extrae en el país. La provincia ocupa el quinto puesto en el ranking de diez provincias productoras de petróleo (no pasa lo mismo con el gas que, además, tiene precios mucho más bajos).

El 6 de setiembre del 2015 comenzarán a vencer los primeros contratos, otorgados en 1990. Los poco más de ocho años que separan el hoy de ese futuro son muy escasos para una industria que invierte cientos de millones de dólares para obtener resultados en el largo plazo, argumentan las empresas para pedir las prórrogas.

Las compañías reclaman las extensiones porque son una de las posibilidades previstas en los contratos originales, que fueron a 25 años.

Entre los yacimientos de importancia cuyas concesiones vencen primero hay dos emblemáticos para la región: Agua del Cajón y Entre Lomas.

El primero está en la zona de Senillosa, Neuquén, y pertenece a Capex. Es un área de gas, pero su importancia está dada por la eficiente central de generación de electricidad de ciclo combinado construida en el yacimiento.

El segundo bloque constituye, además del mayor productor de crudo de Río Negro, parte importantísima de una historia petrolera del país, porque fue el yacimiento a partir del cual la empresa Pérez Companc (hoy Petrobras Energía) se transformó en petrolera.

Para el candidato Pichetto, en plena campaña por la gobernación, la política petrolera de los gobiernos provinciales del radicalismo llevó a Río Negro a perder espacios en el negocio petrolero argentino a manos de Chubut, que compite con Neuquén por el primer lugar en el ranking de productores de petróleo en el país.

Los funcionarios de Saiz se jactan de haber recibido promesas de inversiones por 80 millones de dólares con el plan de áreas revertidas y sostienen que no hubo otro proceso similar tan exitoso en el país.

Por uno u otro motivo, Río Negro aumentó en tres años su producción de petróleo de unos 5.000 metros cúbicos promedio por día a 7.000, lo que no es poco.

En Neuquén la polémica por las prórrogas ya forma parte de la campaña electoral o, mejor dicho, de la puja por el poder, porque separa además a los actuales funcionarios de Sobisch de los candidatos del MPN encabezados por Jorge Sapag.

Lo que está en debate cada vez menos porque Sapag suavizó su posición es si un gobernador que se va puede tomar una decisión de semejante trascendencia.

Guillermo Pereyra, el temido jefe del sindicato petrolero, es del MPN y colocó a un hombre de su gremio a la cabeza de la lista de candidatos a diputados provinciales de Neuquén, pero su organización se extiende más allá de las fronteras de la provincia gobernada por Sobisch.

Fue este sindicalista el que denunció que, también en Río Negro, Saiz busca negociar la prórroga de las concesiones nacionales que por derecho ahora le corresponden a la provincia.

No es el mismo caso que en Neuquén, porque Saiz es candidato confirmado por la UCR a la reelección con Pichetto como principal rival.

MARTIN BELVIS