Los industriales chilenos iniciaron pruebas piloto para reemplazar el gas argentino por un símil licuado, en lo que es uno de los últimos pasos hacia el cese definitivo de la relación energética bilateral.
Las pruebas, que tienen como contexto las amenazas de cortes de suministro de parte de huelguistas argentinos y declaraciones de calma de ambos gobiernos, concluirán en 15 días con una primera evaluación económica del proyecto, presentado por la empresa chilena Gasco.
En cifras, la compañía local ofrece descuentos de hasta un 6% a los industriales de Santiago de Chile, de los cuales un 91% utiliza gas argentino en sus procesos productivos.
Hasta ahora, los empresarios han reemplazado el gas argentino con petróleo cuando han ocurrido cortes en el suministro, lo que tiene serias implicancias ambientales, en una ciudad que sufre niveles sobre la norma de monóxido de carbono, ozono y material particulado. Por ello, el convenio sería respaldado por las autoridades chile.
Chile y Argentina impulsaron hace 10 años una integración energética que permitió a Chile financiar su crecimiento con combustible barato.
El arribo del presidente del presidente Néstor Kirchner a la Casa Rosada marcó un giro en esa política, toda vez que el gobierno argentino declaró que su país no contaba con recursos suficientes para exportar hidrocarburos.