La obra que solucionará los problema de abastecimiento de la zona cordillerana de Chubut, Río Negro y Neuquén iba a culminar antes del invierno, pero se atrasó por problemas de financiamiento y ahora dicen que estará listo en octubre. Mientras tanto, en una decisión que en entre los actores del mercado cuesta entender, el gobierno neuquino decidió hacer su propio gasoducto Andino, desde el norte de la provincia hasta el sur, para crear un anillo con el Cordillerano y, de paso, abastecer la zona montañosa central, que ahora recibe el caro gas licuado. Lo llamativo es que el gasoducto Patagónico que ahora dicen que se inaugurará en un par de meses formará su propio anillo con el Cordillerano -que nace en Plaza Huincul- desde el sur. Si Neuquén encara el tendido de su ducto Troncal Andino (por ahora el proyecto está en una etapa completamente embrionaria), habrá una superabundancia de caños para un combustible que es cada vez más escaso en nuestro país. Del gasoducto Cordillerano depende hoy la franja de localidades ubicadas en la línea de las rutas nacionales 237 y 40 (desde Piedra del Aguila hasta Esquel, pasando por Bariloche) y de la ruta provincial 23, en la Línea Sur rionegrina. Su capacidad de transporte fue ampliamente superada por una demanda que explotó tras la devaluación por la actividad turística y por ahora el ducto da respuestas insuficientes mediante sucesivas ampliaciones y la inyección de otros gases con mayor poder calórico en las redes. Mediante el esquema financiero del fideicomiso, la empresa Emgasud comenzó en 2004 el tendido de este nuevo gasoducto, el Patagónico, desde la zona de Cerro Dragón -un yacimiento modelo en el país, cercano a Comodoro Rivadavia- hasta Esquel. Son unos 600 kilómetros con un abastecimiento que, por ahora, dicen que está asegurado por los niveles de producción de gas en la cuenca del Golfo de San Jorge, que comparten Chubut y Santa Cruz. El Patagónico le daría al gasoducto Cordillerano una doble alimentación, con lo que -se afirma- los problemas de abastecimiento en la zona cordillerana habrán terminado. De todos modos, para compatibilizar ambas redes es preciso realizar otras inversiones. Para el gasoducto Patagónico los meses pasan y la obra no se termina. Según Emgasud, "la demora se establece por la falta de inyección de fondos en el fideicomiso y esa demora hace que tengamos problemas para recibir los caños para poder terminar la última fase del gasoducto en el tiempo previsto", de acuerdo con declaraciones del gerente de Relaciones Institucionales de la empresa, Carlos Serrano, reproducidas por el diario Jornada de Trelew. A este tendido le faltan por pocos kilómetros para llegar a Esquel. No son trabajos sencillos porque a los problemas financieros deben sumárseles los meteorológicos, que en ese punto del país no son pocos, entre fríos, nevadas y vientos. La obra lleva más de 500 días de ejecución. En su desarrollo se emplean más de 250 trabajadores. Si, finalmente, las tareas culminan en dos meses, es posible que con las inversiones adicionales que hacen falta, los problemas en el sur de Río Negro y Neuquén hayan terminado. (AN) |