Los aerogeneradores podrían ser una solución para pequeños abastecimientos aislados de electricidad, pero a pesar de que en la zona hay interesantes desarrollos de esta tecnología, cada vez hay menos equipos y, para colmo, los gobiernos no promueven esta fuente alternativa de energía, más barata que otras que sí se aplican en el interior de las provincias. La Patagonia es uno de los sitios más favorables del mundo para desarrollar proyectos de granjas eólicas, dice el ingeniero mecánico neuquino Pablo Alvarez, un docente de la Universidad Nacional del Comahue, que llegó a tener su propia empresa para montar decenas del Aerogenerador Patagónico que creó. Alvarez no alimenta el mito de que las energías alternativas, como la eólica o la solar, son más baratas que las fósiles y de igual rendimiento. Más bien lo refuta con datos de la realidad. De todos modos, los aerogeneradores no están llamados, por ahora, a remplazar la producción de energía a gas o fueloil, cuyo rendimiento es incomparable, especialmente en Argentina. Lo que afirma este ingeniero es que estos enormes molinos que cada vez se ven más en el mundo pueden servir en nuestra región a abastecer pequeñas demandas, domiciliarias o industriales, adonde no llegan los tendidos eléctricos. "Acá hay una confusión o una fantasía: la energía eólica no es gratis, tiene un costo de instalación importante, casi igual que el de una turbina a gas", medido, claro, por potencia instalada, aclara Alvarez. De hecho, cada vatio instalado en energía eólica tiene un costo de 1 dólar. El emprendimiento de Alvarez se desarrolló durante la década pasada, cuando, tras especializarse en la materia, desarrolló un prototipo tan eficiente que se utilizó en la protección catódica de caños en el yacimiento de YPF Loma de la Lata. Sirvieron para darle protección eléctrica contra la corrosión a los caños de pozos surgentes alejados de las fuentes de energía. Se llegaron a instalar 14 de estos aparatos en esa área gasífera de la zona de Añelo. Pero la recesión hizo trizas el entusiasmo de este emprendedor, que llegó a fabricar su propio alternador para no depender de proveedores. Tiene ahora esperanzas que tras la devaluación resulte rentable desarrollar aquí los equipos que antes se importaban. Pero será muy difícil avanzar en esta tecnología si el Estado no la promociona. No hay que ir muy lejos: en Neuquén hay gran cantidad de viviendas rurales, escuelas, puestos sanitarios que en este momento están abastecidos con paneles solares, que tienen un factor de utilización inferior a los aerogeneradores y un costo de instalación superior. Alvarez muestra que el impacto ambiental de un aerogenerador es menor al de los paneles solares porque no precisa cercos perimetrales ni se extiende a lo largo sino a lo alto. Estima que la energía solar precisa un metro cuadrado por cada 120 vatios instalados. La disponibilidad de la energía es superior en la generación eólica porque puede utilizarse durante la noche y sus instalaciones no son presa fácil de los robos. Como contrapartida, este ingeniero reconoce que el hecho de tener piezas en movimiento hace que los aerogeneradores requieran de un mantenimiento superior al de los paneles solares. |