El reconocido especialista y ex secretario de Energía de la Nación Jorge Lapeña se animó a la difícil tarea de determinar cómo se reparte en Argentina la renta petrolera. Aunque aclaró que se trata de una aproximación, los resultados son sumamente interesantes porque muestra la distribución de una masa de dinero fabulosa, de 12.100 millones de dólares por año. Lo primero que aclaró en este trabajo, realizado a instancias del Instituto Argentino de Energía que preside, es que quienes aportan a esa riqueza son únicamente los consumidores, "que pagan hoy más de 70 dólares por barril (159 litros), lo que hace un par de años pagaban 35 y en 1998, sólo 15 dólares por barril". Recordó que hace sólo ocho años, "las que se quejaban eran las compañías, que amenazaban con despedir personal en los yacimientos si continuaban esos precios 'anormalmente bajos'". En Argentina algunas de esas empresas "hasta se animaban a pedir ayudas gubernamentales (subsidios) para explorar". Esas quejas, bueno es recordarlo, "casi siempre eran acompañadas por los gobernadores de las provincias petroleras", como Neuquén, que depende fuertemente de las regalías, un gravamen que crece cuando los precios de los combustibles se incrementan. Con los valores del crudo de 1998 es probable dice Lapeña que los precios, de unos 15 dólares por barril, fueran "similares en nuestro país al costo económico medio de producir petróleo". El especialista define al mercado global del crudo como "altamente sensible a pequeñas estrangulaciones reales o potenciales en el suministro, con una geopolítica muy complicada y, a causa de ello, es extremadamente volátil". Producto de ello, los precios internacionales se multiplicaron en los últimos siete años por cinco, un crecimiento que en el mismo período no se registró en los costos de producción. Inclusive en Argentina a partir de la devaluación algunos de esos costos, como el laboral, se redujo al pesificarse. Los incrementos salariales otorgados más tarde recompusieron en parte los niveles anteriores porque no llegaron a multiplicarse por tres, como la cotización del dólar. En Neuquén, por caso, los trabajadores del petróleo consiguieron aumentos del 180% en los últimos cuatro años. Aunque intenta bucear en la distribución de la renta, reconoce que "uno de los secretos mejor guardados de la industria petrolera es precisamente su estructura de costos reales y su reparto entre los diversos segmentos de la actividad". APROXIMACIONES Tomó, de todos modos, por razonable que el costo de producción de un barril de petróleo en Argentina, incluyendo el 12% de regalías a las provincias sea de 15 dólares. "Se puede inferir en una primera aproximación que la diferencia entre los actuales 65 dólares por barril (precio del crudo OPEP) y los 15 dólares por barril (costo medio estimado de la producción argentina) constituye para nuestro país lo que denominamos renta petrolera". Son esos 50 dólares por barril una cifra permanentemente variable no así los costos, en general, lo que demuestra que la renta no siempre es la misma (por caso, en 2003 fue aproximadamente de 13 dólares por barril). "Una cuestión relevante todavía no estudiada en Argentina en forma sistemática es conocer cómo se reparte esa renta petrolera entre los diversos actores económicos (empresas petroleras, Estado y consumidores) y cómo esta situación varía a lo largo del tiempo", analiza Lapeña. En este trabajo observó que: - Las empresas petroleras productoras obtienen la diferencia entre el precio de venta y el costo medio de producción; sin embargo, el precio de venta que obtienen las compañías no es en nuestro país el internacional sino un valor del orden de 35 dólares por barril (las exportaciones están afectadas por retenciones variables) y la venta a las refinerías locales para abastecer el mercado interno está sometida en los hechos a un sistema de precios congelados.
- El Estado capta recursos de diversa forma; en principio, por el sistema de retenciones variables a las exportaciones y luego a través de los Impuestos a las Ganancias de las compañías.
- Los consumidores a su vez se apropian de una parte de la renta ya que los productos derivados que consumen (naftas y gasoil) no se fabrican con un crudo de 65 dólares por barril sino con uno de 35, beneficiándose de tal situación.
De los 38.500.000 metros cúbicos por año (unos 242.000.000 de barriles) de producción anual en Argentina, 31.000.000 se procesan en refinerías nacionales. El resto de la producción que son unos 7.500.000 metros cúbicos se exporta directamente como crudo, señaló Lapeña en este informe. PRECIO INTERNACIONAL Y LOCAL Sobre los números que logró identificar, Jorge Lapeña constató que la renta hoy en nuestro país del mercado petrolero es de 12.100 millones de dólares por año, distribuidas de la siguiente manera: "Las empresas productoras globalmente consideradas reciben un bruto 4.850 millones de dólares (aunque un tercio de esa cantidad va al Estado como Impuesto a las Ganancias). "El Estado recibe en concepto de retenciones unos 1.400 millones de dólares. "Los consumidores reciben el resto, 5.850 millones de dólares. Es una conclusión lineal porque a renglón seguido, el especialista se pregunta: "¿Los consumidores reciben realmente esa parte tan mayoritaria de renta petrolera?", para responder con un no terminante. "Los productos refinados naftas y gasoil no son vendidos a los consumidores al costo de producción; sobre ellos se carga todo un conjunto de impuestos (el más importante, el ITC) que captura para el Estado esa renta a la que hacíamos mención en el párrafo anterior", explica. En esta instancia llega a un hallazgo: "Hoy el consumidor de gasoil paga en surtidor 1,43 peso por litro, equivalente a 75 dólares por barril; y el consumidor de nafta, 1,90 peso por litro, equivalente a 100 dólares por barril". Son, como se ve, "precios muy superiores a los reales costos de producción de la nafta y el gasoil". Lapeña aclara que las cifras mencionadas "no deberían ser tomadas como exactas ni definitivas. Son, por el contrario, aproximadas, y sólo poseen un valor cualitativo". "Cuando se habla de renta petrolera continúa hay que tener en cuenta de qué se habla: es necesario que todos comprendamos que la misma es variable y que muchos actores participan del reparto. Recomendó que "a la hora de tomar decisiones sobre la organización sectorial, a la hora de proponer una política de largo plazo que nuestro país no tiene en materia petrolera y de afrontar el definitivo e impostergable debate sobre una ley de hidrocarburos, esta cuestión y su adecuado abordaje estén perfectamente conocidas y en el centro del debate", concluyó. |