El estudio de arquitectura contemporánea Servente & Larrazábal tiene como base en San Martín de los Andes "para desarrollar un producto en compromiso constante con el entorno natural-urbano-paisajístico respaldado por una eficiente y constante gestión del proyecto, dirección de obra y detalles particulares", según dicen sus responsables a este suplemento.
"Desarrollamos nuestras obras con un sentido estético previo que transmite una sensación tanto abstracta como vivencial al habitante y del entorno", agregan.
Prueba de ello elegimos una obra que está ubicada en un lote céntrico de San Martín de los Andes con una superficie de 500 m2, en una zona de predominante carácter turístico. Se trata de un apart hotel boutique con siete unidades, tres de ellas de dos dormitorios y las restantes de un dormitorio; cuentan con estar, comedor y cocina integrados, amplias vistas al paisaje y grandes expansiones de decks. Se desarrollan en dos volúmenes con un patio intermedio, relacionados por un puente que vincula los diferentes usos. En la planta baja se ubica la recepción con una pequeña oficina administrativa, el estar, la cocina y los servicios.
El proyecto es parte de una investigación previa que potencia y superpone varios temas: el vacío, la estructura, los vínculos sensibles y abstractos entre interior y exterior, la escala visual y el dinamismo espacial. El tratamiento y superposición de estos temas dan el resultado particular de nuestra obra.
El volumen se descompone y desarma parcialmente generando los vacíos que cualifican y potencian los espacios exteriores. El espacio interior se proyecta hacia el espacio exterior "construido" (decks, expansiones, estructura evidente, aberturas en esquina), y lo mismo sucede de manera inversa, integrándose el espacio exterior al interior.
El trabajo con los vacíos se observa en cada fachada y en el recorrido de la obra iniciado en la planta baja permeable a escala peatonal. Se generan espacios de transición entre lo público y lo privado, creando una atracción con la trama urbana.
La paleta de materiales y texturas utilizada incluye la piedra, la madera, el vidrio, el hormigón armado y el hierro, todos colaboran con la forma e intensificando la vivencia del vacío.
"Como envolvente tomamos la piedra, la madera y el vidrio, formando parte de la expresión volumétrica, poniendo especial atención en el tratamiento de la continuidad visual y material de los mismos. El hormigón, el hierro y las vigas de madera se dejan en evidencia conformando la estructura que es parte expresiva del edificio", dicen los arquitectos.
La resolución del techo, en forma invertida a los techos tradicionales de la zona, surgió en respuesta a la búsqueda de un producto que produzca un impacto arquitectónico que atraiga al turista actual, en contraposición a la oferta turística que se repite en San Martín de los Andes. La estructura de madera de grapia queda en evidencia desde el exterior debido a esta particular disposición del techo y da una espacialidad interesante en las unidades del nivel superior del complejo, ampliando las visuales al entorno.
Este lenguaje de estructura desnuda también se trabajó en las vigas en voladizo de hormigón armado que sostienen los grandes decks aterrazados y en el puente conformado con UPN que salvan la distancia entre los bloques sin recurrir a elementos intermedios que descarguen sobre el terreno.
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COLABORÓ:
Daniela Staniscia