En césped de festuca necesita, en pleno verano, uno o varios riegos que totalicen el equivalente de 7 milímetros de lluvia, o sea 7 litros de agua por metro cuadrado por día... sensiblemente menos que un árbol, que necesitará como mínimo 500 litros. Sin embargo, si lo dejamos varios días sin riego, se nos seca.
Esta aparente contradicción se explica por el volumen de raíces. Un césped las concentra en los 20 a 30 centímeros superficiales del suelo y un árbol puede profundizarlas más y además enviarlas lejos de su eje central, si "huele" que hay agua de buena calidad en las cercanías. Ése es el ejemplo muy claro de raíces que invaden los jardines delanteros, levantan veredas y cimientos y pueden llegar a varias decenas de metros dentro de los jardines.
Es por eso que a los árboles los regamos los primeros años y después nos olvidamos de ellos, con las consecuencias que podemos observar en nuestras calles y los daños en nuestras propiedades. En cambio el césped lo regamos todos los días, porque si no lo hacemos, éste comienza a secarse por manchones.
De allí que los organismos que administran el agua potable presurizada en nuestros domicilios, filtrada y clorada y por ende con un costo, pongan la mira en nosotros, los dueños de jardines, como los grandes derrochadores de este vital elemento que cada vez es menos renovable. La pregunta es cómo podemos contribuir a cambiar esa imagen, sin afectar nuestro espacio verde.
Para ello, le brindo cinco consejos básicos.
PRIMER CONSEJO
No cultivar más césped del que realmente se necesita. No cabe duda que si ocupa el 80% del jardín y está bien cuidado, es una verdadera delicia además de contribuir con una importante cuota de frescura y oxígeno, pero la contracara es que insumirá muchas horas de trabajo (o sea sudor) mantenerlo bien cortadito y regadito y que el medidor de agua, allí donde están instalados, será implacable.
SEGUNDO CONSEJO
No sucumba a la tentación de usar agua de perforación, pues ésta es generalmente salobre e irá salinizado cada vez más su jardín, hasta que su acumulación se vuelva tóxica para las plantas. Use el agua de red en forma racional sobre una superficie de césped razonable.
TERCER CONSEJO
Sea solidario con el resto de sus vecinos, especialmente los de barrios periféricos. Riegue de madrugada y de noche, que son los horarios permitidos y que además permiten que la totalidad del agua sea absorbida y almacenada por el suelo, en lugar de evaporarse en el aire por efecto del calor antes de llegar a las plantas y al suelo.
CUARTO CONSEJO
Riegue la cantidad necesaria y evite el derroche. El suelo tiene una capacidad de almacenamiento que, cuando es excedida, provoca el drenaje hacia la freática... o sea que se pierde sin ningún beneficio para las plantas.
QUINTO CONSEJO
Es tan importante el volumen de agua que se le agrega, como el que se evita que se pierda por evaporación por efecto del sol y el viento. El mulch es una "cobija" de materia orgánica que se extiende sobre el césped y que lo aísla de los factores climáticos. El mejor mulch es el que se produce con el corte semanal... las hebras cortadas se secan, pierden volumen y tamaño y se deslizan al suelo, donde forman una capa orgánica que hace que los rayos solares "reboten", retiene la humedad y alimenta al suelo, como se muestra en el dibujo.