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  Sábado 25 de Diciembre de 2010  
 
 
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  Entre el bosque y el mar
Un refugio concebido para disfrutar tanto del interior como del exterior. La inmensa vegetación que la rodea y su cercanía al mar, hacen que este paraje esté lleno de magia. Confortable y contemporáneo, destila personalidad.
 
 
 
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Le tocó uno de esos clientes con los que todos los profesionales de la deco sueñan tener: sibarita, decidido pero con apertura para escuchar propuestas, lógico y generoso al momento de las adquisiciones. María Anzoátegui, diseñadora de interiores (www.anzoateguideco. com.ar), lo conocía bien porque le había ambientado su departamento porteño. Más que feliz con los resultados, este empresario soltero, generación cuarenta y pico, la volvió a contratar para participar del desarrollo y ambientación de su nuevo refugio de veraneo. María estuvo presente en el proyecto desde los planos: trabajó codo a codo con la arquitecta Paula Rossi y el cliente para diseñar este "búnker", en San Vicente, una suerte de pueblo privado abierto, a unos pocos minutos de José Ignacio.

Decidido como pocos, este bon vivant ya sabía bien lo que quería: "Tenía bastantes requisitos: Crear un espacio conectado con el exterior, concebido desde la practicidad y funcionalidad absoluta. Un refugio para el alma en estos tiempos tan vertiginosos en los que vivimos. Un espacio confortable para disfrutar entre amigos. Mi cliente tenía muy claro el concepto y la volumétrica de la casa que quería construir. Fue un trabajo en equipo muy divertido, el trato fue muy fluido y el entendimiento fue al instante". Los materiales elegidos para la construcción de esta casa fueron la madera, la piedra, el vidrio y el hormigón, que aportaron una dosis de sencillez en el conjunto. Estos materiales se conjugaron, dando lugar a un espacio de proporciones balanceadas y una perfecta armonía. Es una casa simple porque él es muy simple. "Fue pensada con un espíritu versátil, tanto para disfrutar con amigos como también para poder tirarse a ver el fuego en la intimidad. Es una casa que se vive todo el año", cuenta María.

La piedra es un elemento protagonista y de fuerte carácter que aporta un condimento muy característico de la zona, invadiendo de calidez el ambiente con los matices de su paleta. Las carpinterías exteriores son de aluminio anodinado, herméticas, indispensables para este clima y la cercanía del océano. La madera fue un elemento conciliador entre la piedra, el vidrio y el cemento, aportando la calidez necesaria para convertir esta casa en un paraje vivible y acogedor. El vidrio también jugó un papel muy importante ya que los grandes paños fijos, como los ventanales corredizos, integraron el ambiente exterior prolongando la superficie interna y generando transparencia y liviandad. "La conjunción de materiales hace de esta casa un refugio, una pequeña fortaleza, cálida y espacial", continúa.

La ubicación es privilegiada: descansa sobre la arena dentro de un centenario bosque de pinos, de 2500 m2, enmarcando una franca vista del mar.

Desde el punto de vista del paisajismo esto creó un gran desafío ya que había que sortear varios extremos: vientos marinos fuertes, sombra, sequedad del suelo provocada por las raíces de los pinos y ausencia de tierra.

Como la madera y la piedra se integran perfectamente al lugar las plantas también debían acompañar la identidad de la casa y relacionarla con el paisaje local. "Con la colaboración de la paisajista Amalia Robredo se logró una perfecta armonía, donde se usaron plantas nativas e indígenas dentro del diseño, como Ricinus comunis variedad "Carmencita", Trasparentes, helechos "Calaguala" y Salvias que evocan el espíritu agreste de la zona, intercaladas con otras que se adaptan también a este entorno como Tamarisco blanco, Echium fastuosum, Salvia leucantha, Azarero enano, Formio bordo enano, Gauras blancas y varios cubresuelos como ser Salvia procurrens (autoctona), Plectranthus neochilus, Plectranthus ciliatus y Campanulas", detalla María.

En el interior se utilizaron los mismos elementos del exterior pero con diferentes tratamientos.

"Una premisa que seguimos con mucho cuidado fue la de mantener cada uno de los materiales en su estado natural: el cielo raso del living y comedor se hizo íntegramente de madera al igual que el piso, entablonado, con una terminación blanca aguada e hidrolaqueada. El cielorraso del resto de la casa se dejó en estado natural, con la fisonomía de los encofrados dándole un carácter muy particular.

La cocina está revestida en madera y gran parte del revestimiento de sus paredes es de mármol de Carrara al igual que las mesadas. Los pisos de los sectores privados son de cemento alisado con juntas de acero.

Las escaleras son de madera con el mismo tratamiento blanqueado que los pisos de planta baja. Las paredes que no son de piedras están pintadas de color blanco que proporciona un plano neutro que no condiciona, sino que acompaña la diversidad de objetos", explica la diseñadora.

Dos elementos muy importantes son las grandes chimeneas construidas íntegramente en piedra; la principal está en el living, sobre ella gira la circulación y decoración del espacio; y la otra, en el balcón aterrazado del primer piso, correspondiente al dormitorio principal, constituyendo un lugar sagrado del cliente, desde donde se pueden observar los amaneceres frente al mar y pasar largas horas de charla frente al fuego.

La vivienda, empapada de un lenguaje contemporáneo, es de amplias dimensiones y con una planta híperfuncional, a medida de las necesidades de una casa de veraneo: tiene 170 m2 cubiertos y 125 m2 semicubiertos, los necesarios para ubicar un generoso espacio multifunción que alberga cocina con barra desayunador, comedor y living. Se completa con un toilette y dos cuartos para huéspedes que comparten un baño completo.

En la planta alta está su refugio, un cómodo cuarto en suite, con ropero armado detrás del cabezal de la cama y un deck externo que tiene hasta un hogar que se enciende no bien baja la temperatura.

María aprovechó este gran balcón para armarle un living, perfecto también para disfrutar de la vista del mar. "Esa era otras de las premisas: quería un sector privado. La planta de arriba funciona independiente de la de abajo, no necesita nada de la de abajo; él quería tener esa posibilidad y un segundo piso era necesario para poder ver el mar".

A la par que avanzaba la obra, la decoradora ya estaba en plena acción comprando muebles, géneros, ropa de cama, detalles para que una vez terminada el propietario pudiera entrar con lo puesto.

"Ya sé lo que le gusta, entonces traía los objetos directamente a la casa y le encantaba. O le marcaba unos negocios y él los recorría!", cuenta María. Y así fue: la casa se completó en seis meses. Todo fluyó sin problemas porque María conocía perfectamente sus gustos y debilidades.

Es así como se logró una casa cálida y atrapante, eclécticamente decorada, que permite disfrutar cada rincón. No se dejaron detalles al azar; las diferentes culturas que intervienen en esta ambientación enriquecen el ambiente de una manera muy serena.

En el resultado final de la casa la decoración jugó un papel fundamental; fue contemplado cada uno de los espacios dotándolos de una identidad particular pregnante y actual. La elección de la paleta cromática que aparece tanto en los textiles, alfombras almohadones y tapizados tuvo como único objetivo aportar calidez y clima a los espacios.

Se eligieron los tonos tierra inspirados en la naturaleza para los grandes volúmenes, con notas de color más estridentes en sus complementos que le aportan vitalidad y energía. La decoración es totalmente ecléctica, combinando diferentes mixturas, con marcadas influencias de diferentes regiones del mundo.

Las piezas antiguas se mezclan graciosamente con textiles y mobiliario vintage. Blancos lavados, maderas policromadas y rusticidad se combinan mágicamente creando un clima único. En cada rincón muebles del siglo XX ayudan a crear el justo equilibrio pasado-presente y hacen que los espacios respiren una atmósfera de serenidad moderna, de relajada sofisticación.

Contacto:

Estudio de Diseño Interior María Anzoaregui

Tel: 011-47781723

www.anzoateguideco.com.ar

   

Texto: Inés Campodónico

Estilismo: Mariana Rapoport

Fotos: Daniela Mac

Adden/surpressagencia.com

   
 
 
 
 
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