El principal problema de todas las enredaderas es que tienden a pelarse en su base por su inveterada tendencia a crecer verticalmente, en busca de la luz... aunque les sobre sol.
Una trepadora que no se pela en la parte inferior porque gusta "vestirse" con falda hasta los tobillos, es el jazmín de leche, cuyo nombre botánico es Trachelospermum jasminoides (sinónimo: Rhynchospermum jasminoides). En la foto que acompaño, se la ve en un jardín de Roca, cubriendo los pies desnudos de un "jazmín solano" (Solanum jasminoides).
El "jazmín de leche" es nativo del este y sureste de Asia, Japón y Corea, sur de China y Vietnam, tiene hojas perennes de color verde lustroso y abundantes flores entre mediados a fines de primavera, de un exquisito aroma. Necesita soportes donde enroscar sus tallos que nunca llegan a ser demasiado tiesos o leñosos, o sea que siempre son manejables.
Debe su nombre común a la savia lechosa que desprende al ser podada o lastimada. Por otro lado, es muy resistente a plagas y enfermedades e incluso a las heladas de nuestra región.
Las trepadoras no sólo se pueden utilizar para cubrir un muro u otro objeto. Menos extendido es su uso para cubrir puertas enrejadas o portones de entrada al terreno o jardín, siempre que no sean demasiado grandes... plantando a modo de bisagras, se logra que acompañen los bastidores.