Las conocemos con el nombre genérico de "falsas viñas" por su apariencia, aunque no den uvas sino que su utilidad es embellecer y proteger paredes y estructuras varias. El nombre técnico es Parthenocissus y la diferencia es su lugar de origen y la forma de sus hojas.
Parthenocissus quinquefolia es originaria del norte de América y se la identifica porque sus hojas tienen cinco lóbulos o puntas. La otra es Parthenoccisus tricuspidata y es nativa del Asia.
COSAS COMUNES
Ambas tienen en común que son trepadoras que se cubren de un follaje verde intenso en verano, formado por grandes hojas que se solapan como las tejuelas de un techo, lo que protege a las paredes del sol del verano e incluso de la lluvia, reduciendo gastos de refrigeración. Cuando llega el otoño, los días se van acortando y los fríos aumentan, paulatinamente el color verde va cediendo a un amarronado que termina por ser rojo fuego, especialmente si se hallan a pleno sol.
El rojo intenso de las hojas exteriores contrasta con el más pálido o incluso amarillento de las que se hallan más al interior. Esta cobertura llameante se mantiene por varias semanas y de repente comienza a desprenderse, especialmente con los vientos de la región. Quedan al desnudo entonces las delgadas ramas, las ventosas con que se adhiere a los objetos y los frutos azul oscuro a negros con pedúnculos rojos.
Este desprendimiento del follaje permite que las paredes "respiren" en invierno y absorban los rayos solares, reduciendo así gastos de calefacción. Si la pared a proteger tiene orientación sur, o sea que no recibe sol, y se desea mantener la protección, se la puede combinar con alguna hiedra, que es de hojas perennes, de color verde o moteadas de amarillo ... elija una que no sea demasiado vigorosa, o maténgalas controladas con poda para que no se fagociten entre sí.