as herbáceas son plantas que pueden aportar textura y color a nuestro jardín, ya sea por sus atractivas flores o por su follaje, en todas las estaciones.
Casi todas prefieren exposición soleada aunque algunas se adaptan a la media sombra o sombra. Por ello al elegir las plantas en un diseño, además de las características ornamentales, es importante considerar este factor que finalmente va a determinar las especies a utilizar.
Las herbáceas tienen consistencia no leñosa aunque algunas como la gaura o la salvia guaranítica, entre otras, pueden presentar algo de leño en su base.
Se pueden utilizar en macizos integrados únicamente por especies herbáceas perennes o combinadas con herbáceas anuales, arbustos bajos y/o gramíneas ornamentales en canteros mixtos.
Con respecto a la textura del follaje, las hay de textura gruesa, hojas grandes, como la achira para sitios soleados, protegidos y húmedos, que además aportan el color de sus vistosas flores durante la época veraniega, o el acanthus (cucaracha o planta del arquitecto) para lugares de media sombra que tiene largas inflorescencias al final de la primavera y grandes hojas, de hasta 60 cm de largo verde oscuro.
En cuanto a la textura media encontramos las salvias, ideales para sitios soleados con diversas épocas de floración y color de flores. Estas plantas atraen colibríes y mariposas, haciendo del jardín un sitio soñado.
Para comenzar, en otoño e invierno la salvia leucantha nos deleita con sus hojas glaucas aterciopeladas y flores en espigas violetas y blanca tomentosas, o en sitios más protegidos la salvia involucrata "coral de invierno" con sus grandes flores rosas invernales y su gran altura ideal para apoyar en un muro o como fondo de composición.
Desde la primavera hasta el otoño, la salvia guaranítica con sus hermosas flores azul oscuro, y variedades púrpura y violáceas, no dejan de florecer como tampoco lo hace la salvia uliginosa con sus flores celestes o la salvia microphylla con sus pequeñas flores rosadas .
También hay herbáceas con tallos rastreros, hojas con mácula oscura y flores pequeñas rosadas, como el Polygonun (persicaria) capitatum ideal para primeros planos o como cubresuelo. De color verde grisáceo y con hojas anchas y aplanadas, formando un abanico, se encuentra el Iris germánica, con bonitas flores de colores variados como rosa salmón o azul entre otros.
Hay especies que se pueden utilizar como ejemplares aislados con grandes hojas compuestas, glaucas y flores rojo vino en invierno y primavera.
Muchas herbáceas perennes poseen hojas lineares acintadas, como los hemerocallis, con hojas persistentes o caducas, largo período de floración desde la primavera hasta el otoño y variados colores de flores, como amarillo, naranja, rojo, rosa, crema o verde fluo entre otros. Algunas tienen períodos de reposo, sin órganos aéreos, mientras que otras poseen follaje persistente. Asimismo, algunas van aumentando su número con los años, por lo que se pueden dividir para utilizarlas en otras zonas.
Cómo armar un cantero con herbáceas.
Para realizar un cantero con estas plantas primero debemos elegir el lugar, considerando que tenga un punto visual importante, ya sea desde la casa, desde la pileta o en un lugar de reposo en nuestro jardín.
Según el espacio disponible determinaremos su dimensión, y en cuanto a la forma podemos elegir entre un cantero regular o irregular, siguiendo el estilo de la casa. Es importante que el ancho del cantero sea por lo menos la mitad del largo para lograr un mejor efecto.
Las herbáceas perennes podrán ser plantadas en canteros en distancia variable entre 35 y 45 cm, por lo que al principio se puede reforzar el mismo con flores de estación.
En la elección de las plantas debemos considerar su tamaño adulto, ubicando las más altas atrás si sólo observamos el cantero desde un lado, o en el centro si éste tendrá varias vistas.
Lo ideal es formar manchas de una misma especie y color, combinando los colores de las plantas compañeras del cantero. Podemos lograr armonía o contraste de colores, según el lugar y objetivo buscado. También el follaje crea efectos en cuanto a los diferentes tonos, textura, forma y tamaño.
En la elección de plantas debemos considerar que el cantero luzca las cuatro estaciones. Por eso resulta interesante el uso de especies con largo período de floración, que abarque desde la primavera hasta el otoño.
En el otoño podemos considerar la floración rosa de los sedum, azul de algunas salvias, varios colores para los aster, chrisanthemun y las floraciones que persisten del verano.
En primavera se destacan las hermosas flores de las aquilegias en media sombra, y al sol, las delicadas flores de los geraniun y las oenotheras en tonos rosados y amarillo.
Las margaritas amarillas florecen casi todo el año y soportan bien el frío
También las bulbosas son herbáceas que dan un toque especial a los canteros, sorprendiéndonos con sus floraciones. Así en primavera temprana se destacan los tulipanes, narcisos, jacintos, anémonas y marimonias. Durante la primavera se suceden la coloridas floraciones de los lirios y al llegar el verano se lucen los agapantos, dalias, crocosmias y azucenas, con su intenso perfume. A mediados del verano y en otoño los nerines y cyclamen, y en invierno las clivias y los crocus, entre otros.
Las herbáceas anuales contribuyen con sus coloridos estacionales.
Para acompañar las herbáceas perennes en canteros se pueden utilizar arbustos bajos, rosas floribundas y gramíneas.
Combinando adecuadamente estas especies lograremos resultados exitosos para realzar el diseño de nuestro jardín utilizando especies herbáceas.
Patricia Costantini es ingeniera agrónoma (UBA), posgrado en licenciatura en Diseño del Paisaje y docente de www.integral.edu.ar