A gorriones y "vaquitas" se une contra los pulgones todo un "combo" de microavispas (foto), llamadas así porque son pequeñísimas, más chicas que el pulgón, y no tienen aguijón, por lo cual son totalmente inofensivas. En su lugar poseen un aparato para poner huevos dentro de cada pulgón... de ese huevo se desarrolla la larva de la avispita que va devorando el pulgón por dentro hasta que nace un nuevo adulto... que copula y vuelve a parasitar pulgones.
Cada avispita, según la especie, coloca entre cientos a miles de huevos, de modo que en poco tiempo la gran mayoría de los pulgones quedan parasitados y se puede observar su cascarón vacío (foto). Pero no todos, porque si así fuera, las avispitas y las "vaquitas" se quedarían sin alimento y en la naturaleza siempre se busca el equilibrio.