París siempre tiene el último grito de la moda: en lugar de cibercafés, que no abundan por otra parte, desde hace unas semanas tiene un café couture cerca Canal Saint Martin.
Podés ver desde una teen con muy pocos euros en el bolsillo y con mucha creatividad hasta una abuela canchera, con amigas, poniéndose las gafas para calcar un molde y coser una prenda, entre café y tortas. Todas ellas pueden alquilar una máquina de coser por seis euros la hora (hay una tarifa plana para todo el día, si esa es la opción) y tomar clases, si quieren. Una couch, egresada de alguna escuela de diseño, está a tiro para cualquier consulta. Por supuesto que hay cursos de costuras que se pueden tomar por semana o mes, según el interés de la clienta.
El lugar se llama Sweat Cafe, tiene muebles reciclados de los años 60, un espacio con cosas dulces y máquinas de coser provistas por Singer, más muchísimos moldes vintage como un enterizo circa 1970 de Yves Saint-Laurent. Todo fue idea de la austríaca Sissi Holleis y la suiza Martena Duss (foto principal pág 3), que esperan a todos los aspirantes a costureros en el número 13 de la rue Lucien Sampaix, en el área residencial 10.
En Buenos Aires hay un símil de este emprendimiento que lo lidera Soledad Erdocia, quien da talleres de costura, bordado, patchwork y reciclado, en medio de deliciosas tardes de té con vajilla retro. En un sexto piso de Once es posible transformar un vestido bordado de canutillos talle grande en un amoroso chaleco roquero para una chica extra small o que un género de sábana estampado con perros de colores se vuelva un vestido veraniego. De vez en cuando sacan a relucir la versión del taller de luxe, con champagne, delicatessen y guirnaldas.
En París se respira algo similar.
13 rue Lucien Sampaix, Paris, 33-09-52-85-47-41
www.sweatshopparis.com.