En una semana comienza el invierno, según el calendario gregoriano por el que nos regimos, pero todos sabemos que eso es algo relativo y depende bastante de la región donde vivimos. Aquí en el Alto Valle para las plantas de nuestros jardines, dentro de las ciudades, aún no ha helado fuerte, y es así que todavía observamos muchas plantas en flor.
Pero el frío va a llegar y no sabemos qué intensidad tendrá, aunque he leído en algunos pronósticos extendidos que va a ser un invierno bien frío. Es prudente entonces tomar algunos recaudos.
Nuestros jardines son como una asamblea de la ONU, "hay un paisano de cada pueblo" diría el criollo. Así vemos cómo conviven plantas de origen semitropical con otras que se las bancan... especialmente con las de talllos tiernos es con las que tenemos que tomar las mayores precauciones.
ENVOLTURAS
En este tema de la protección de heladas se barajan diferentes alternativas. Hay quienes envuelven los troncos y ramas principales de sus árboles, para darles una corteza adicional, como por ejemplo los ceibos que podemos observar en la imagen. Otros cubren sus plantas con lienzos de nailon trasparente o con la llamada "tela antiheladas".
Esta última, según observaciones realizadas en el INTA Alto Valle, no sería de mayor efectividad contra la helada "que cae", según estamos acostumbrados a decir, sino que su valor radica en demorar la pérdida de calor del suelo al formar una capa relativamente aislante. A decir verdad, no sé hasta qué punto puede proteger, pero creo que una helada realmente fuerte igual hará daño a las plantas sensibles.
ACOLCHADO DE HOJAS
En las plantas de bajo porte y de tallos tiernos como los geranios, malvones y otras similares, lo importante es protegerles el "cuello" (dijo María Antonieta), o sea esa porción a ras del suelo que separa los tallos de las raíces y donde se encuentran la mayor cantidad de yemas que luego harán posible el rebrote.
La mejor forma de proteger esa porción tan vital es acumulando hojas secas que actúen como un acolchado, al encerrar entre ellas cámaras de aire aislantes. Es obvio que cuanto más gruesa, seca y suelta sea esa capa, mayor será la protección.
Si no tuvo la precaución de acumular hojas otoñales para su uso, puede reemplazarlas con viruta de madera de las carpinterías de su ciudad. Si esas virutas son de madera "bruta", sin tratar, pueden servir también para la huerta, ya que no contienen sustancias tóxicas. Si por el contrario se sospecha que son de madera tratada con conservantes, es recomendable usarla sólo para proteger plantas cuyas hojas o frutos no serán consumidos.
Si a esa capa la cubrimos con un nailon para evitar que se moje con la lluvia, al mismo tiempo estaremos captando mayor calor diurno que se acumulará entre los espacios de aire.
Teodorico Hildebrandt
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