La caída otoñal de hojas de árboles y arbustos es un fenómeno natural que ya vimos el domingo pasado. Una vez que se acortan las horas luz y baja la temperatura ambiente, los vegetales de hoja caduca se preparan para el reposo invernal, no sin antes regalarnos una increíble paleta de colores.
Toda esa inmensa cantidad de materia orgánica puede tener utilidad en el jardín. En primer lugar, debemos tener en claro qué es lo que contiene ese follaje.
HUMO TOXICO
Si se trata de árboles y arbustos ubicados en espacios públicos como calles o plazas rodeadas de intenso tránsito vehicular, estarán fuertemente contaminadas con el hollín y los gases tóxicos típicos de una ciudad. Esas hojas pueden servir para proteger las raíces de plantas sensibles del jardín, especialmente en regiones de nuestra Patagonia donde los fríos intensos congelan el suelo ... formamos con ellas una capa térmica que atenúa las heladas y luego al descomponerse servirán de alimento orgánico para las plantas.
Pero cuidado, por su alta concentración de tóxicos, especialmente metales pesados como plomo, cloro, níquel y cadmio y óxidos de nitrógeno y dióxido de carbono producidos por la combustión de combustibles fósiles, no se deben usar para plantas que serán alimento humano o de mascotas, ya que se reciclan y vuelven al organismo que los consume. Tampoco se las debe quemar, ya que el humo que se produce no sólo es molesto sino que devuelve esos tóxicos al ambiente de la ciudad.
PARA HUERTA Y FRUTALES
Los que sí se puede usar como mulch y la preparación de compost para la huerta y los frutales, son las hojas producidas dentro del jardín o sitios alejados de las fuentes de contaminación. En ese caso no existen riesgos para la salud.
La forma rápida de aprovechamiento es distribuirlas entre las plantas y dejarlas que la humedad las descomponga. Pero si las quiere ir usando de a poco, lo recomendable es juntarlas al atardecer, cuando están bien secas, y guardarlas en bolsas comunes que no sean herméticas.