Mi primer encuentro con el arte y la creatividad fue a los cinco años: con la tijera y las nuevas cortinas del living de mi madre armé una hermosa bruja de trapo.
Cuando iba a primer grado, los miércoles al mediodía, inevitablemente "sufría de dolores de panza" en el momento en que el transporte me pasaba a buscar para ir a la escuela; dolor que desaparecía "mágicamente" cuando mi madre salía para su clase de cerámica y debía llevarme con ella.
A los catorce años buscando un taller de cerámica, conocí a Ingerborg Ringer, una increíble artista (escultora y pintora) que me hizo descubrir la arcilla y las posibilidades de manifestación que tenía. Casas y castillos fueron las primeras piezas y marcaron de alguna manera el estilo que mantengo hoy, inspirado en el hogar, la familia, el amor, la naturaleza.
Gracias a ella, el arte se transformó en la manera de expresarme, de expresar mis emociones y en la medida de esa necesidad fui descubriendo materiales e infinidad de formas de utilizarlos.
Durante muchos años tuve que poner stand by a mi autonomía e independencia porque me dediqué a mi familia, sólo eso contaba... Mis ojos estaban allí, en tratar de criar a mis cuatro hijos con alegría y confianza en la vida.
Mis hijos crecieron y me di cuenta que estaban por un buen camino, que eran cuatro adultos. Fue entonces cuando me solté de pies y manos: estaba convencida de que no caía en un abismo sino que empezaba a volar.
Ese vuelo me trajo nuevamente a este lugar.
Una cosa se dio atrás de la otra de manera casi perfecta. Había tomado la decisión de volver; siempre lo deseé, pero no me imaginé que saldría este caudal creativo que empieza a salir aquí.
No tengo miedo de sacar de adentro, de lo más profundo? se produce como una catarata... cuando empiezo con una pieza se me ocurren tantas cosas y tengo que seguir con la siguiente... La que estoy haciendo me inspira para la próxima... no puedo con una sola? una sillita me lleva al sillón de dos cuerpos... y eso me lleva a la playa de los palos y hacer el sillón grande y de allí a hacer un nido. No puedo plasmar todo en una sola pieza? la creatividad y la naturaleza son infinitas...
Podría hacer sillas de por vida... serían distintas pero con la misma esencia... todo lo que hago me vincula con el hogar, con la familia... y con mi historia de vida?
¿Cómo es un día habitual mío, un día de trabajo? Me levanto temprano, miro el lago increíble y observo cómo viene el día. Entonces me preparo para ir al "almacén" a buscar mi materia prima? gran parte de mi trabajo es buscar?
Así llego a la Playa de los Palos, en el Parque Llao Llao, donde tengo cuidado por donde camino? si piso un palo y lo rompo es una posibilidad menos que tengo de realizar todo esto. Todos los días descubro un color distinto, un material distinto... palos? líquenes, frutos y flores secas.
En la Playa de Palos me tomo mi tiempo, estar ese rato ahí, escuchar el ruidito del agua en el banco que yo misma hice -que por suerte ya usan muchos porque es un lugar público- me hace feliz, después de un descanso desando el camino cargada de maderas y de ideas.
Utilizo muchos sectores para trabajar, abajo en el basement despliego los materiales, y los desparramo en el piso; entonces aparecen solas las formas. Arriba en la mesa del comedor hago las sillas, ahí tengo mis herramientas, donde armé mi mesa de carpintero.
Así transcurre el día? subo y bajo? miro la pieza, la acomodo? cargo el lavarropa, vuelvo a pasar por los lugares y vuelvo a modificar la escena aunque sea un centímetro. Por ahí la pieza tarda días y días en tomar forma? a veces empiezo y termino?
En cada una de las cosas que estoy haciendo encuentro camino para seguir con otra idea, otra posibilidad, otra forma.
Hasta los momentos de más tristeza me sorprenden, sin dudas la creatividad tiene que ver con los estados de ánimo, y de la tristeza salen cosas increíbles? la creación hace que pueda transformarla en algo completamente nutritivo.
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