El domingo anterior nos ocupamos de la susceptibilidad de las plantas al ataque de plagas como la cochinilla y los pulgones, en referencia a la "acacia bola" (Robinia pseudoacacia "Umbraculifera") y a la forma ecológica de controlarlas. Técnicamente, las cochinillas pertenecen al orden Hemiptera y a la superfamilia Coccoidea, de la que en Argentina se conocen unas 90 variedades hasta ahora.
La mayoría de estos insectos son parásitos de plantas y se alimentan de la savia chupada directamente del sistema vascular del huésped.
Los pulgones son del mismo orden Hemiptera pero de la superfamilia Aphidoidea (conocidos como áfidos). Son pequeños (no más de pocos milímetros), de colores variados, sobre todo verdes, amarillos o negros. También chupan la savia de las plantas y pueden trasmitir enfermedades de una planta a otra. (Fuente: www.es.wikipedia.org/wiki).
Por el hecho de cubrirse con un escudete las cochinillas son algo así como pulgones con escudete (como si fueran "tortugas" muy pequeñas) y pueden llevar a la muerte a la planta, en tanto que los pulgones son de corta duración y por lo general no ocasionan grandes daños directos a las plantas.