En este comienzo del año realmente empezó el calor y ya tuvimos prácticamente 40ºC a la sombra. Con esto hubo también una "explosión" de plagas de las plantas, especialmente de una que está causando mucha preocupación, especialmente en las "acacias bola", que son "falsas acacias" (¡ya no se puede creer en nadie!). El nombre técnico es Robinia pseudoacacia variedad "Umbraculifera".
Estas robinias son intensamente parasitadas por pulgones y cochinillas, que se detectan generalmente cuando la infestación es tan intensa que el suelo debajo de ellas se cubre de un líquido pegajoso. Si se camina con las conocidas "ojotas" veraniegas, se corre el riesgo de que queden pegadas y se continúe "a pata"... y ni qué hablar de los autos que se estacionan debajo de ellas.
En este sentido, he recibido consultas de norte a sur y de este a oeste de nuestra Patagonia. Recuerdo que hace 20 años atrás ya era un problema aquí en el Alto Valle, pero en otros lugares como Veinticinco de Mayo (La Pampa) era notable la sanidad de estos árboles en veredas y jardines... ahora las cochinillas se han extendido de tal manera, que nos están haciendo retacear la plantación de estas especies tan susceptibles.
Pero la pregunta del millón es qué hacer con las que ya tenemos y que por lo general tienen una punta de años encima. "Pa´pior", estos árboles de sombra espectacular se ubican allí donde transitan personas y mascotas... es obvio que usar venenos como los de la fruticultura se hace peligroso.
"PAN PARA HOY..."
Por otro lado, el uso de estos in-secticidas tan potentes es "pan para hoy y hambre para mañana". Nunca matan a la totalidad de la población parásita y los que sobreviven es justamente porque son resistentes al principio activo del veneno.
Como el poder reproductivo de los insectos -en general- es muy intenso, en pocas semanas tendremos nuevamente una alta población de la plaga, con el agravante de que gran parte de ella habrá heredado esta resistencia. Esto nos obligará a cambiar de insecticida, por lo general más potente que el anterior... entramos así en una espiral infernal que no nos lleva a ningún lado.