Buscando escapar de la contaminación y el ruido de Santiago de Chile, el joven empresario Cristian Biehl se hizo construir esta casa en las afueras. Cómoda y tranquila, la vivienda se fue convirtiendo en un proyecto de pareja que se irá transformando en el tiempo cuando la familia crezca. La belleza de esta original construcción, de sólo 70 m2 cubiertos que llegan a 100 m2 contando las terrazas, consiste en la combinación entre elementos contemporáneos con un cierto gusto a campo.
"Acá no se escucha ningún ruido, se escucha la naturaleza, la vegetación", dice Cristian Biehl, cliente y amigo desde el colegio de los arquitectos Jorge García y Daniel Rojos, diseñadores de la casa, para quienes la experiencia de este proyecto de vivienda fue un enriquecedor trabajo en conjunto entre tres amigos de toda la vida.
Uno de los principales retos fue el ajustado presupuesto para conseguir una construcción contemporánea y moderna. La interesante arquitectura se estructura a partir de una plataforma con módulos de madera de 3 x 3 metros, que da como resultado las medidas totales de 6 metros de ancho por 18 de largo, y que fueron escogidas para ajustarse al bajo presupuesto requerido y rendir en un corto tiempo de construcción. Igualmente, este diseño modular concede la forma ortogonal de la vivienda que permite disfrutar el paisaje y del sol desde todos los rincones.
El proyecto comienza cuando Biehl encuentra un terreno en un barrio privado de Santiago, sector donde él ya tenía puesto el ojo tiempo atrás. Siempre a la espera de dar con la oportunidad de un lugar más tranquilo para vivir, pensó en una casa que significara un cambio de vida de lo urbano a lo campestre, en principio para él solo.
Luego de encontrarse con García y Rojo, para comenzar la construcción, el propietario se casó y sucedieron algunas modificaciones.
"Cuando comenzamos a diseñar la casa yo tenía ya algo pensado. Quería una arquitectura clásica moderna, una mezcla contemporánea con un toque rústico.
Como a ellos la arquitectura moderna es la que más les gusta, sin tropiezos fuimos acomodando ideas, trabajando súper bien en coordinación", dice el propietario a eh!.
Los arquitectos aportaron todo su saber, y de ahí surgieron diversos componentes: "El esquema de la casa es una caja cerrada de un lado, y pensando que hace mucho calor en el verano, rescatamos el alero de casa colonial del otro lado", explica García.
A partir de esa atractiva y simple caja se organizan los espacios, poniendo énfasis en el estar integrado a la cocina y comedor en un gran espacio común que genera un interesante ambiente. Luego siguen las dos alcobas y dos baños, siempre manteniendo el alero, para dar sombra y permitir que los ambientes se amplíen hacia el exterior. La ayuda de pilares contribuye a una función estructural.
Dichos pilotes responden también a las demandas de costos y funciones al elevar la casa evitando el contacto con roedores comunes en esta área campestre. Por otro lado, la elección de los materiales fue propuesta por los arquitectos siempre tomando como parámetro la expectativa de Cristian. "En eso nos complementamos súper bien: yo buscaba un toque rústico que se da con la madera; una casa más recogedora, más estilo el sur de Chile y esperaba también una arquitectura moderna que se logró con el exterior de la casa, con el piso de hormigón y las líneas simples", agrega el propietario.
Los techos guardan asimismo este concepto de fusionar estilos vanguardista con referentes más bucólicos: Para darle un toque de diseño, el techo se despliega en una hoja ligeramente inclinada de policarbonato blanco que se divide en celdas por donde atraviesa la luz, mejorando el sistema de evacuación de aguas lluvias y generando una amplia entrada del sol. Este techo, se ve complementado por el alero continuo, que fue recubierto con cañas de colihues, atenuando la luz cuando se está en la terraza.
"Es como estar debajo de un parrón, quisimos con esto una fusión con la naturaleza de a poquito, tratando de crear varias instancias. El parrón también tiene relación con el tipo de construcción autóctona, con materiales súper baratos que dan texturas y pieles", afirma García.
Dentro del mismo contexto de lo natural y de bajo presupuesto, el sol de la tarde que pega contra uno de los costados de la casa se ataja con una especie de pantallas corredizas colgadas desde el cielo, fabricadas del mismo colihue, situándose dentro de un sentido más bio que el generalizado blackout eléctrico. El tamaño de la casa y su programa fueron decisiones iniciales que se vieron modificadas ya que el propietario fijó fecha de matrimonio en medio de la construcción. Por esto en los planos se añadió una alcoba extra en la marcha y se dejaron posibilidades hacia el futuro para una expansión cuando los posibles bebés ya estén en camino. "Hay un proyecto que hice para adaptarse a lo que fuese, ya sea subdividir la mitad del terreno cuando el plan regulador cambie, o ampliar esta misma casa o hacer otra casa y dejarla como sala de juegos o para los niños el día de mañana. Este es un proyecto a muchos años" dice Biehl.
También a largo plazo, cuando la vegetación crezca, los árboles y el pasto estén adaptados, la huerta tome vigor y la piscina esté instalada se espera que la casa vaya tomando más carácter con un tono austral, aireado y natural. En cuanto a la decoración, los regalos de matrimonio se conjugaron con la pincelada femenina que ha brindado Catalina, la dueña de casa quien es diseñadora de vestuario y posee una gran sensibilidad hacia los objetos y las formas.
Muebles de anticuario reciclados y pequeños detalles han dado vida a la construcción, se irán uniendo a nuevos elementos a medida que los recién casados, que llevan menos de un año habitando la casa, vayan contagiando de su propia experiencia cada ambiente. Este fue un proyecto compartido en cuyo proceso tanto el cliente como los arquitectos estuvieron profundamente involucrados disfrutando de cada momento y llevando su amistad de larga data al buen entendimiento en el trabajo. "Pienso que el trabajo del arquitecto es ser las manos del cliente para que pueda realizar lo que desea, necesita y sueña", acota García.