Cayeron las primeras heladas suaves en nuestra región del norte de la Patagonia y lo que más llovió fueron las preguntas sobre qué hacer con aquellas plantas -especialmente cítricos- que teóricamente tenemos que proteger (porque agua... nada). Recuerden que en el 2007 tuvimos una de las heladas más fuertes de los 20 años últimos y allí aprendimos muchas cosas y se cayó más de un mito.
Los norpatagónicos entre los ríos Colorado y Negro tenemos un concepto exagerado de lo que es el frío... a los primeros grados bajo cero nos echamos el ropero encima. Todos pudimos asistir a "resurrecciones" que creíamos imposibles en la primavera-verano del 2008.
Les puedo relatar de ceibos plantados -sin protección- a la vera de la Ruta 6, aquí en Roca, que parecían perdidos y rebrotaron. Limoneros que parecía que habían dado las hurras y este verano 2009 ya volvieron a dar frutas. Pero no se trata de casos extraordinarios ni solamente de suerte sino de precauciones mínimas antes del frío y correcta ubicación en el momento de la plantación... al menos "así lo veo yo", como decía un conocido locutor allá por la década del ´50.
PLANTACIÓN CORRECTA
Lo primero que debemos hacer con aquellas plantas que sabemos son sensibles a temperaturas bajo cero es buscarles el lugar adecuado en el jardín. En nuestra región del Alto Valle, es aquel que tenga reparo de los vientos predominantes del suroeste, fríos, y que permita que el sol los abrigue la mayor parte del día invernal (ver foto). Dentro de nuestras ciudades las temperaturas mínimas rondan entre los -4 a -6°C y de esta forma podemos lograr 1 ó 2 grados más de calor, suficientes para evitar daños severos.
MANEJO DEL AGUA
La helada produce formación de hielo dentro de una cañería y éste, al expandirse, su rotura. Lo mismo sucede con las "cañerías" que conducen el agua dentro de una planta. Si una cañería no tiene agua no forma hielo y no hay roturas (¡descubrí la pólvora!). En una planta esto es algo más difícil de lograr, pero si suspendemos el riego en el momento oportuno lograremos cierta deshidratación y con eso disminuimos el riesgo. De todos modos, en invierno poca agua necesita.
El momento oportuno varía, pero en líneas generales será al ritmo de los primeros fríos que casi siempre nos dan un preaviso.
Por supuesto, también ayuda mucho forrar las partes sensibles con tela o acumular hojas secas alrededor de ellas. Mientras tanto, no las tire ni las queme... métalas -bien secas- en bolsas negras tipo consorcio... y lea la próxima nota.