Nació un 29 de julio del 72 en Buenos Aires, inquieta-hiperinquieta hija de cocineros. Vaya sino? Pasó la infancia y adolescencia junto a su madre en Caracas y comenzó con la gastronomía a sus veinte años. En 1995 voló a París para trabajar en distintos restaurantes durante un año. El inicio televisivo, en el canal elgourmet.com, fue en "Fusión Cúbica" (01), junto a otros chefs. Su especialidad, justamente la mezcla, por ejemplo, de cocina latinoamericana y japonesa. En el 2002 concretó su primer proyecto propio, "180º", continuando con la fusión y comentando su música preferida. Luego hizo una serie de programas en Brasil, Japón, Grecia, Londres, Marruecos, para mostrar las costumbres gastronómicas y culturales de cada región.
En el 07 Narda Lepes comenzó a hacerse más conocida en la tevé por cable y por ser la imagen de varias campañas publicitarias relacionadas con su metier. Ha editado su libro personal y trabaja en su empresa "Comer y Pasarla Bien". Grabó también "Narda, como en casa", ciclo en el que se adentra en la intimidad gastronómica de un personaje conocido y cocina para él. En este 2009 está volviendo al canal que la vio nacer con "Recetas y Secretos de Narda" y "Gourmet Vietnam con Narda". Siempre Narda, siempre hiperactiva.
"Lo que me hace sentir bien es que un día no sea igual a otro. Tengo jornadas en las que voy a la oficina y hago trabajos de oficina, de sentarme y probar cosas y escribir recetas, una tarea algo más burocrática (sonríe). Y otras, en que estoy en la calle todo el tiempo yendo de un lugar a otro. Por ejemplo, hoy estuve en la cocina de un hotel ayudando a armar menús con otra persona, después pasé a una degustación. Vivo variando mucho."
- ¿Cuál de esas actividades te da mayor placer?
- Lo que más me mueve es la variedad, me gustan y me divierten los proyectos en general y me encanta encararlos. Me gusta hacer cosas nuevas, distintas. Se me va un poco el placer cuando algo se transforma en rutinario. Creo que gran parte de mi ocupación consiste en hacer que justamente no se convierta en rutina. Por eso busco nuevas propuestas todo el tiempo. Voy a cocinar acá, vuelvo para allá, hago los postres de tal lugar, desarrollo helados, viajo, escribo un libro o para una revista Trato de ir cambiando lo más posible; también es trabajo generar eso, porque se puede encontrar un nicho y explotarlo pero yo, capaz arriesgo un poquito más para no hacer siempre la misma cosa.
El encuentro con "eH!" bien podría imaginarse en un restó, en un bar tranquilo de Palermo Viejo, una librería-café. Pero no, transcurre en su auto, mientras Narda salta de un compromiso a otro de su cargada agenda. Hace mes y medio largo, cuando comenzó la producción de esta entrevista, andaba por Vietnam?
"Viajo y hago programas que son parte de mi mundo, digamos, para la televisión y para que la gente que no puede viajar, de alguna manera, acceda a conocer paisajes y culturas tan lejanas. Y, por otro lado, aprendo yo un montón. Viajo y descubro sabores, aspectos de otra forma de vida; cómo se vive allí, cómo se produce, cómo se consume, cómo la comida afecta a un pueblo en otro sitio. Por ejemplo, nosotros tenemos una agricultura completamente intensiva. Plantamos en un lugar algo, mucho, mucho, mucho de lo mismo por todos lados."
- Soja, por ejemplo.
- Claro. Ellos siembran arroz a mano, todo lo hacen así. Entonces, en un campo trabaja toda la familia y empleando sus manos. No cuentan con maquinarias para poder hacerlo de otro modo. Y después cultivan en la huerta por todos lados. Gracias a un programa de incentivo hay huertos por todas partes. Y es literalmente así. En los fondos de las casas, por donde uno vaya hay algo plantado. En Vietnam vive mucha gente y si no siembran no comen. Su mayor ingesta de alimentos es arroz, sus derivados y vegetales.
- Sucedía así en las casas de nuestros abuelos cuando en los fondos había quinta y gallinero, algunos frutales y hasta se criaban pequeños animales de granja, de donde salía buena parte de la comida familiar.
- Exactamente. Y eso se pierde y no sólo nos quedamos sin la posibilidad de consumir una verdura con su gusto real -con días de cámara (frigorífica) pierde sabor, por supuesto- si no que se ignora de dónde vienen las cosas.
- Se pierde el contacto con la tierra, aprender a cuidarla y respetarla. En las ciudades, los alimentos llegan industrializados, envasados, congelados, ajenos a su origen?
- Igual, hay muchos factores para que la gente coma distinto. Pero, más que nada me preocupa la ausencia de variedad en la dieta. Así como me aburro de hacer siempre lo mismo, también me pasa eso con comer todos los días lo mismo. Nuestros alimentos principales son carne, papa, tomate, queso y harina. Cinco cosas y alguna otra mezclada por ahí. Yo varío. No puedo con mi genio. Pero, a menos que vaya a comer parrilla -voy a donde la hacen muy bien-, no pido carne por lo general. Me gusta mucho comer entradas, variado, pedir cuatro o cinco cosas y compartirlas. Cuando compartís la comida comés mejor. Cuando hacés varios platos chicos, la comida se extiende. En el Mediterráneo se comparte entre muchos la mesa. También hay que aprovechar el tiempo. Si hoy hacés arroz, en vez una taza, prepará tres. Lo guardás en la heladera y mañana le ponés dos cucharadas de harina, tres huevos, mezclás y hacés croquetas. El que tiene que cocinar todos los días tampoco es Sarmiento. Tenés que estirar y aprovechar. Cocinaste un montón de arroz, un día lo comiste con pollo, otro en croquetas y otro salpicón con atún.
- ¿Qué te gusta hacer cuando no cocinás?
- Escucho música, veo series, películas. Leo cuando estoy de vacaciones. Si la lectura es de trabajo, temas de cocina o relacionados, investigaciones, en cualquier momento. Pero me cuesta concentrarme durante el año. En el verano me voy, me tiro en una playa y no paro de leer? Lo disfruto un montón. (Ríe). No soy inquieta cuando estoy de vacaciones. Me tiro en la arena y no hago más nada.
- ¿Te gusta estar sola?
- Cuando sos hija única disfrutás la soledad. La necesitás, por momentos. Capaz no buscás el silencio. Llego a casa, prendo la tele, pongo música, algo de ruido siempre hay. Pero sí necesito un tiempo de soledad. Me gusta quedarme ordenando o desordenando. Digo voy a ordenar fotos, las saco, las desparramo por el piso. Necesito ese tiempo. Me gusta mucho meterme al agua. Me voy a Brasil a casa de mis amigos, no es tan caro, los pasajes no son una locura, es más fácil. Cada vez que puedo irme de vacaciones busco, averiguo, al final si quiero descansar me voy a una playa. Me gusta mucho estar en el agua, flotando. El mar me parece increíble. Hay un lugar donde uno se siente más rozagante que en otros. Hay gente que en el otoño está espléndida, cuando es invierno está bárbara o en clima seco o húmedo saca lo mejor de sí. El agua tibia y el calor sacan lo mejor de mí. (Suelta la risa, se ilumina).