Hace cuatro años que se mudaron desde Buenos Aires a Viedma. Gabriela Fernanda Fiorentin y su esposo, Víctor Hugo Davis, se dedican al manejo y diseño de piezas de arte con vidrios, a través de antiguas técnicas.
Ella se especializa en la técnica conocida como Tiffany. Este estilo es una de las muchas manifestaciones del movimiento artístico modernistas. Su principal fuente de inspiración es la naturaleza con formas orgánicas.
Él se dedica al diseño y elaboración de vitrales, al tiempo que también es maestro en fileteado porteño.
Juntos dictan clases de Tíffany y fileteado porteño en una reacondicionada casa tipo "chorizo", en donde además, realizan trabajos por encargo. En marzo del año pasado, la Legislatura de Río Negro declaró de interés social, cultural y educativo la tarea realizada en vitraux y fileteado porteño por Gabriela y Víctor Hugo.
Dominar la técnica de los vitrales requiere de paciencia. Para conocer los secretos de este arte antiquísimo e necesitan años. Y una obstinada pasión por este trabajo.
Para Víctor Hugo Davis fue una tarea que lo obligó a ir de maestro en maestro, preguntando y aprendiendo de cada uno lo que necesitaba. Pero no todos están dispuestos a transmitir lo que saben. "Hay mucho recelo de parte de los maestros artesanos para compartir con extraños o gente que no sea de su familia, los secretos de toda una vida. Así, los pormenores de la construcción de vitrales se ha mantenido como un legado familiar, casi como un bien precioso al que solo pocos tenían acceso", piensa él.
Por esta razón, Davis tuvo que cursar en el Instituto Nacional del Arte en Buenos Aires la última etapa de su aprendizaje: el dibujo y las grisallas, esta última nacida en el corazón de Europa hace muchos siglos y presente en los vitrales de las más reconocidas catedrales del mundo..
Las fórmulas para Grisallas son un punto clave en los vitrales. Se usan para contornear y dar sombras. Son tipos de esmaltes duros cuya fórmula se diluye con trementina, alcohol, vinagre o agua, según lo que se quiera lograr. Va desde lo más espeso (con trementina para contornear) a lo más ligero (para las veladuras y las sombras).
A través de la temperatura, estos óxidos y esmaltes son fijados sobre el vidrio y perpetúan una imagen o dibujo, dando la sensación de perspectiva o relieve. En muchos casos, sobre todo en los vitrales religiosos, esta técnica de la grisalla acompaña a la idea general de recrear un texto, una historia o hasta una idea. El resultado final, con su ilusión de vida o movimiento, es fruto de la técnica o el talento del maestro vitralero que lo diseñó y construyó.
Davis construyó en Viedma dos grandes vitrales. Uno fue instalado el 16 de agosto del 2006 y recrea la imagen de Ceferino Namuncurá. El segundo refiere al beato Artémides Zatti y se encuentra en la Parroquia San Juan Bosco, en donde también descansan los restos mortales del renombrado enfermero.
"Los vitrales que a mi más me gratifican hacer son los que la gente tiene al alcance de la vista. Porque yo hago muchos trabajos para particulares, pero los que más me seducen son los que hago en la calle o en las iglesias y que el público puede ver y acceder libremente", confiesa el maestro vitralero.
Davis también ha hecho trabajos en la Casa de Gobierno de Río Negro, restaurando y reparando todo lo que es vidrio con plomo en el edificio.
"Fuera de lo que es el radio de Buenos Aires, los artesanos vitraleros no llegaron por esta zona. Sí llegaron a Bahía Blanca o Rosario aquellos artesanos italianos, españoles y alemanes que traían todos los secretos de la técnica. Pero acá mucho no se dio. A pesar de que si uno busca en casas muy antiguas en Patagones se puede encontrar uno que otro vitral. Pero no es muy común como sí lo es en otras ciudades", comenta Davis.
Trabajador incansable, Davis encara cada proyecto con la ayuda de su mujer, Gabriela, teniendo como base de todo su arte al dibujo. "Soy un convencido de que todo empieza por el dibujo, todo tipo de arte, digo", dice el vitralero.
Y entre dibujos y grisallas, Davis construye en cada vitral una historia, un pedazo de historia con luz y vidrio.
La técnica Tiffany
Gabriela ocupa la sala derecha de la casa tipo "chorizo" que ella y su marido se encuentran reacondicionando. Cruzando el pequeño pasillo de acceso, en la sala izquierda, se encuentra el taller de fileteado de Víctor Hugo. Juntos trabajan cada uno en los suyo en este lugar grande, que invita a la creación y en donde se encuentran desparramadas pequeñas piezas por doquier.
"Esta es una técnica que consiste en el corte de vidrio. Las piezas se cortan una por una y luego se encintan con cinta de cobre, para luego estañarlas. La variedad de formas que se pueden armar es tal vez infinita. Entre las más comunes se encuentran las aves, hadas y ángeles, flores y figuras geométricas", comenta a "eH!" Gabriela. Ella tiene desde hace tres años un taller en donde enseña la construcción de distintas piezas con la técnica Tiffany.
La mayor parte de la gente que se acerca para aprender esta técnica son mujeres. En su taller y con su alumnas, Gabriela recorre junto a ellas el camino del aprendizaje. "Al principio, cuando vienen, les da pánico porque lo primero que me dicen las chicas es "yo esto no lo voy a poder hacer, no puedo cortar vidrio" y después terminan haciendo unas cosas maravillosas. Pero sí, le tienen miedo al principio", comenta Gabriela. Ella piensa que el miedo radica en que desde siempre se nos inculcó tener cuidado con los vidrios.. Y de allí la fobia a manipularlos.
Pero con el tiempo y con la dedicación necesaria todo empieza a cambiar. Y la gente que más temía a manipular los vidrios construye las piezas más hermosas que se puedan imaginar.
La técnica lleva el nombre de su creador, Louis C. Tiffany (1848-1933). Los primeros pasos en la elaboración de un vitral son exactamente igual que para el vidrio emplomado: preparación de diseños, plantilla a tamaño real, elección y corte de los vidrios. A partir de aquí es donde comienza la variación del proceso. Una vez cortadas las piezas de vidrio se pasan los cantos por una pulidora hasta dejarlos ajustados a la plantilla de diseño. Luego se aplica alrededor de los bordes de cada pieza de vidrio la cinta de cobre, asentándola con las herramientas adecuadas para esta tarea. En la siguiente etapa, se sueldan las piezas aplicando la soldadura de estaño por todo el cobre, quedando así totalmente unidas las piezas. Por último y después de una limpieza, se aplica sobre el estaño de la soldadura una pátina para ennegrecer o envejecer. Esta técnica está estrechamente ligada al diseño y confección de lámparas realizadas normalmente con vidrio opalescente
Para terminar cada proyecto lo que más se necesita es paciencia. Sobre todo en los diseños pequeños y delicados. Ciertos modelos o formas requieren un trabajo mayor. Todo depende de la cantidad de piezas que las integren. Generosa, Gabriela les enseña a sus pupilas todo lo que sabe.
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