n el libro "Sí, quiero!" la periodista Cristina Mahne se sumerge en el mundo de las bodas, un ritual que en la Argentina se celebra 90.000 veces al año y donde las wedding planner suelen ser las encargadas de satisfacer los deseos de los novios, desde los más tradicionales hasta los más excéntricos, en un mercado que mueve 800 millones de pesos.
El libro (editado por Sudamericana) se propone aportar "tips" (consejos) para organizar un casamiento y reúne los "must" de la industria y las tendencias del mercado, sin contar una serie de anécdotas divertidas acerca de los deseos más estrafalarios que pueden llegar a tener los "tortolitos" a la hora de dar el sí. Shows, baby sitters, el catering, la torta de bodas, la barra de tragos, el DJ, el fotógrafo, las luces, el vestido de la novia, souvenirs, las flores de la iglesia, carpas, la lista de regalos, el cotillón, coreógrafos que enseñan pasitos de moda, peceras como centros de mesa, karaoke, globos aerostáticos, un toro mecánico...
"Poco menos que de la noche a la mañana, los casamientos se atiborraron de cosas. De un puñado de ritos más o menos sobrios y anticuados se pasó a una maraña de estímulos que, entre otros rubros a organizar y supervisar, contemplan una larga lista", señala la autora al comienzo de la investigación.
"Se trata de un negocio que se profesionalizó mucho en estos últimos años: hay empresas muy grandes y emprendedoras que trabajan solas en su casa, es una actividad que se estratificó mucho y alcanza todos los segmentos; hay wedding planner para todos los presupuestos", cuenta Mahne.
Como una radiografía de la industria, el libro detalla que las mujeres son el motor y retroalimentación de este negocio, tanto desde el lado de las organizadoras como las novias que marchan al altar, con un gasto promedio (en el estrato social medio, medio alto y alto) de 50.000 pesos en la boda. "La gente gasta mucho más de lo que está a su alcance. Generalmente, lo que invierten en una fiesta no tiene nada que ver con el estándar de vida que llevan los novios durante el resto del año", escribe la autora. Sin dudas, las anécdotas más jugosas se concentran en los novios con deseos excéntricos, para los que ya no alcanza con la cena, el vals y el brindis con sus seres queridos, como el caso de "una novia que quería entrar al salón en una góndola con rueditas, otra que quería hacerlo a lomo de un camello o un elefante... todo el mundo quiere ser original", apunta. "Es un mercado que está en plena expansión pero que en determinado momento se va a decantar . Por eso las wedding de hoy buscan especializaciones o nichos en el cual poder desarrollarse", comentó.
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tEXTO: Mercedes Ezquiaga