En en el balneario de Cariló, en Pinamar, rodeado de un paisaje agreste, médanos y matorrales y pasos del océano Atlántico se erige esta flamante casa de vacaciones construida sobre un terreno de 1.200 m2. Ubicada en la primera línea del mar, hacia un lado con vista a la playa y hacia el otro con una gran apertura al bosque, este maravilloso escenario fue el disparador para crear esta impactante casa de playa.
Un proyecto que lleva la firma de los arquitectos Gustavo Maneiro y Gustavo Vazquez, quienes integran uno de los estudios más innovadores de la zona. "Nuestros clientes pidieron que su casa se inspirara en el concepto griego de un dolmen" (construcción con dos palos en vertical y uno en horizontal). Respetando este pedido, crearon una imagen de pórtico con mucha transparencia para poder interactuar con los dos paisajes, el bosque y el mar. "De un lado está el bosque y del otro el mar; la idea fue tratar de relacionar estos dos paisajes que no se llevan bien, el bosque agrede al mar, con lo cual la casa protege a ambos y con su transparencia interactúan de manera maravillosa", cuentan los arquitectos.
Entre médanos y un paisaje agreste, una servidumbre de paso nos permite acceder a la casa hasta vislumbrar "La Vanguardia", nombre que lleva esta casa de mar. La fachada de hormigón compuesta por un pórtico sobre el que se emplazan volúmenes prismáticos, combinados con estructuras de lapacho, le imprimieron un estilo moderno de líneas simples. Una casa de playa que cuenta con la curiosidad de tener un jardín adelante que da al mar, poco usual en el balneario de Cariló.
La construcción se compone de 390 m2 distribuidos en dos plantas, más subsuelo.
En la planta baja se encuentran el living, el comedor y la cocina integrados, más la suite principal. La planta alta cuenta con cuatro dormitorios, dos baños y un hall de distribución que funciona como playroom. Y en el subsuelo se encuentran la cochera y la zona de servicio. "Tiene el tamaño justo; los espacios no son intimidantes, es súper acogedora y cada espacio cumple su función", explican los arquitectos. La comunicación entre ambas plantas está dada por una escalera de chapa plegada con la intención de lograr un elemento "súper liviano y transparente".
Una caja arquitectónica lista para recibir la decoración hecha en "un estilo súper despojado, tranquilo; mucho blanco, con espíritu marítimo". Una ambientación que estuvo íntegramente a cargo de los dueños de casa.
Combinaron muebles en tejido de fibra con mesas de lapacho. Una paleta de colores muy neutra acompaña el espíritu sereno del mar. En el living, una chimenea que se destaca por su presencia, diseño del estudio Vázquez-Maneiro realizada en chapa de acero con base de hormigón revestido en microcemento alisado. Con firma también del estudio, muebles laqueados en blanco se lucen en la cocina, el baño y el dormitorio principal.
Una deco que invita al relax y acompaña completamente la sensación de tranquilidad que generan la playa y el bosque. Todo listo para aguzar los sentidos y despertar el mayor de los placeres.
Para los arquitectos, un desafío logrado; para los dueños de casa, un placer máximo disfrutar esta casa de playa tan impactante.
Texto: Jorge Maiqui
Fotos: Daniela Mac Adden