El 27 y 28 de Noviembre pasado, y con el objetivo de “promover y generar contenidos temáticos para instruir al público local potenciando así su crecimiento”, se llevó a cabo la segunda edición del Festival de Diseño y Arquitectura Hotel 2130.
Nuevamente fueron las instalaciones del Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén (MNBA) y las aulas de la Universidad de Flores (Subsede Comahue), las que sirvieron como marco para el desarrollo de las charlas y talleres.
Esta edición tuvo como particular, el agregado de la arquitectura por estar la misma, intrínsecamente ligada con el diseño.
Por tal motivo, se contó no sólo con la presencia de diseñadores locales, nacionales y extranjeros sino también de importantes estudios de arquitectura de la región y del país.
Así los arquitectos Gabriel Japaz (del estudio Japaz Arquitectura), Gustavo Albera (de Bormida-Yanzón Arquitectos) expusieron acerca de la concepción de una bodega como obra de arquitectura y de la identidad regional y arquitectura vitivinícola; cómo la disciplina se adapta a cada región para así desarrollar el proyecto tomando como referencia diferentes factores como el clima, suelo, orientaciones, además de los aspectos culturales.
Los arquitectos DeMarchi-Salcedo, de Neuquén, hicieron también su aporte mostrando diferentes obras realizadas en la Patagonia.
En Diseño, las charlas estuvieron a cargo de Alejandro Paul de la ciudad de Buenos Aires, quien mantuvo el interés de los presentes al hablar acerca de cómo la tipografía no debe pasar inadvertida a los ojos del diseñador y de cómo debe ésta representar a la marca de la mejor manera posible, las nuevas tendencias y posibilidades tecnológicas.
Por su parte Horacio Lardies, del estudio H3L de Neuquén, expuso diferentes proyectos conceptuales - multidisciplinarios y del arte y la cultura como marcas.
El cierre de la jornada estuvo a cargo de Franchescho Di Girolamo, diseñador, artista y actual director de la carrera de diseño de la Universidad Finis Terrae (Stgo de Chile - Chile), quien expuso proyectos multidisciplinarios realizados para museos, salas de arte internacionales y espacios públicos, narrando de esta manera la fusión que prevalece entre la arquitectura, el arte y el diseño.
ARQUITECTURA Y PAISAJE
El arquitecto Gabriel Japaz , junto con los arquitectos Juan Conte y Gabriela Pujol desarrolló una gran cantidad de proyectos relacionados con la arquitectura de bodegas, en diferentes lugares como Chubut, Mendoza, La Rioja, San Juan y Neuquén.
En nuestra zona realizaron el proyecto de la bodega NQN, a la que el arquitecto definió como “una arquitectura industrial novedosa, de fuerte carácter volumétrico, más cercana a la geografía que a lo edilicio o tipológico. La linealidad, los taludes suaves y su techo a modo de meseta integran la arquitectura al paisaje, incorporando la idea de extensión que conlleva el concepto Patagonia”, explicó Japaz en su exposición en el Museo de Bellas Artes de Neuquén.
VINOTERAPIA
El arquitecto Gustavo Albera fue uno de los conferencistas en el Museo Nacional de Bellas de Neuquén en el contexto del segundo festival de diseño que se llevó a cabo a fines del año pasado.
Albera, integrante del estudio de arquitectura Bormida y Yanzón de Mendoza explicó la amplia experiencia que estos profesionales tienen en diferentes proyectos de emprendimientos bodegueros; de hecho en Neuquén realizaron el diseño de una bodega ubicada en San Patricio del Chañar, que se llama Valle perdido.
“La bodega fue proyectada con un hotel que formará parte de una cadena internacional con presencia en todo el país con pequeños, lujosos y confortables establecimientos”, explicó.
“La oferta es novedosa porque además de que todas las habitaciones tendrán vista a las plantaciones de la finca, un spa con 'vinoterapia' contará con la descansada imagen de la cava con las barricas como postal de fondo”.
Además el arquitecto Albera hizo referencia, entre otros, al proyecto de bodegas y viñedos Fournier en Mendoza.
“El proyecto incluyó también en una segunda fase construir nuevas instalaciones anexas a la bodega, incluído un hotel de gran confort de unas 25 habitaciones, que se inauguró en el año 2005”, explicó el arquitecto del estudio Bormida y Yanzón de Mendoza.
“El hotel sirve tanto para las operaciones de gestión comercial del grupo como para fomentar la afluencia de turistas a una zona poco desarrollada en ese ámbito pese a su belleza natural, es propiedad del grupo pero la gerencia estará a cargo de una empresa de hostelería”.
“La nueva bodega tiene capacidad para 600.000 litros en tanques de acero, toneles de roble francés y piletas de cemento, que van desde los 6.500 a los 25.000 litros. En un futuro no lejano se espera construir una planta anexa con capacidad para un millón de litros dedicada a la línea de vinos jóvenes Urban, y reservar la ahora inaugurada a los vinos Alfa Crux y Beta Crux, los más selectos de su producción”.