Cuando la crisis del 2001 dejaba entrever su peor cara en la economía argentina, el enólogo danés Hans Vinding Diers ya había convencido a la condesa Noemía Marone Cinzano (integrante de la familia que dio origen al conocido aperitivo y dueña de la bodega italiana Argiano) a dar los primeros pasos de un sueño: tener su propia bodega. Encerrado en las instalaciones de la ex frutícola Cascada a la vera de la ruta 22, apenas acompañado por cuatro tanques de fibra de vidrio de 2.000 litros cada uno, algunas pocas maquinarias y munido de una voluntad de hierro, Hans elaboró las primeras 1.000 botellas de Noemía.
Sin saberlo, pero con la íntima convicción que le habían otorgado los años de asesoramiento a empresas vinícolas de varios países, había logrado un vino que desde su nacimiento se convirtió en objeto de deseo a nivel mundial.
Hoy, una botella de Noemía, de la que sólo se fabrican entre 3.000 y 3.500 al año, se consigue en el mercado argentino a 600 pesos cada una, y en el exterior a un promedio de u$s 130 por unidad.
"Esto nos convierte en una de las tres bodegas que mejores precios alcanzan por sus productos a nivel local y en varios destinos del exterior", nos dice el gerente de la firma, Oscar Ferrari.
¿Dónde radica el secreto de este vino? Principalmente en las altas calificaciones que le ha otorgado la crítica especializada, cuyos paladares se han rendido ante la calidad del producto elaborado en forma totalmente artesanal.
En este terreno, los logros son varios. Por citar algunos. En octubre de este año la bodega Noemía de la Patagonia, encargada de elaborar el vino en cuestión, fue catalogada como una de las 100 mejores del mundo en el ránking que elabora Wine & Spirits, una de las publicaciones más respetadas del sector vitivinícola internacional. En una escala con tope en los 100 puntos, el Noemía cosecha 2006 obtuvo 94 puntos, el J. Alberto cosecha 2007, 93 y el A Lisa, también de 2007, 91 puntos. Estas dos últimas etiquetas completan la gama de productos que comercializa Bodega Noemía de la Patagonia.
Esta mención en el Top 100 ubicó a la bodega regional compartiendo lauros con verdaderos monstruos de la industria, como la chilena Concha y Toro, la italiana Abbazia di Novacella, o la estadounidense Kendall Jackson.
Este ránking, además de premiar la calidad de un producto, tiene en cuenta que los vinos que elabora cada bodega hayan mantenido a lo largo de los años las características que los llevaron a ocupar un lugar de privilegio en el sector, es decir que entre una cosecha y otra varíe lo menos posible su sabor, textura y color, algo que en Noemía se logró con creces.
Aquí vale rescatar un hecho que muestra hasta qué punto se respeta la calidad en la bodega y por qué sus vinos ocupan lugares de privilegio. Nos cuenta Ferrari que "en el 2006, cuando Hans llegó desde uno de sus viajes para supervisar el embotellado de la cosecha del 2005, no quedó conforme con el resultado que mostró la evolución del vino en las barricas. El resultado fue que ese año no se hizo ninguna botella de Noemía, directamente no salió a la venta, se utilizó el vino en otras etiquetas de menor prestigio".
Otro fuerte aval internacional para Noemía partió de la periodista inglesa Jancis Robinson, una de las voces más escuchadas por los consumidores de un mercado al que todos quieren entrar, el de Reino Unido. Hace algunos días atrás, Robinson escribió en su sitio web que el Malbec argentino "brilla sobre todos" y que "en el sur del país, la Patagonia Argentina con su subregión, Río Negro, es ahora una región productora de vino con derecho", conceptos que demuestran el potencial de desarrollo que está alcanzando la vitivinicultura del Alto Valle rionegrino.
Todas las alabanzas vertidas por esta prestigiosa especialista formaron parte luego de un artículo publicado en el Financial Times, del cual esta mujer es columnista.
A la hora de calificar los mejores exponentes del malbec argentino, Robinson otorgó 18 puntos (sobre un tope de 20) al Noemía 2006 y al J. Alberto 2007, entre otros productos. Cabe destacar que es la primera vez que vinos de estas latitudes alcanzan un nivel por encima de los 17 puntos en el exigente mercado inglés.
Por último, Wine Spectator, la influyente publicación norteamericana, otorgó en junio de este año 95 puntos al Noemía 2006, una calificación que lo ubica en el escalón más alto en la lista de vinos top.
Los elogios a este producto patagónico también han proliferado en el mercado local. A mediados de octubre, para un informe aparecido en el diario La Nación, tres especialistas en vinos fueron convocados para elaborar un listado con las diez etiquetas de alta gama de su preferencia. La tarea quedó en manos de Marcelo Rebolé, sommelier principal del Palacio Duhau Park Hyatt; Elisabeth Checa, crítica de vinos y gastronomía, y Aldo Graziani, sommelier principal del Faena Hotel. Los tres, sin excepción, incluyeron entre sus preferidos al Noemía 2006.
Este Malbec también brilla en los mercados en los que se comercializa. En Brasil, por ejemplo, en el Journal Grand Cru, una publicación de la importadora de vinos más grande de América Latina, lo destacaron como "el Malbec más impresionante que hayamos degustado en el país".
El listado de premios y críticas favorables para Bodega Noemía de la Patagonia seguramente no se detendrá aquí. Mientras tanto, el proyecto bodeguero de Hans Vinding Diers y su socia y compañera de vida, la condesa Noemí Marone Cinzano, se consolida en Valle Azul, un paraíso perdido en el medio del desierto en la margen sur del río Negro, a escasos kilómetros de Villa Regina. Finalmente, el sueño dio paso a una exitosa y prometedora realidad.
TEXTOS: MIGUEL ÁNGEL VERGARA
mvergara@rionegro.com.ar
FOTOS: ALEJANDRO CARNEVALE